Capítulo 46

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Esa noche disfrute de la cena que me habían preparado mis padres, Rose y Dalia, me preguntaron por qué no había invitado a Piero, lo disculpe diciendo que seguramente su familia le había preparado una cena también y por eso no estaba bien que viniera con nosotras.

Mientras cenamos me hicieron miles de preguntas, todas suspiraron al contarle la opera de la Traviata que Piero me había llevado a ver y rieron cuando les conté lo de el desfile de las naranjas, vi los ojos ilusionados de madre, dalia y Rose al contarles lo de la noche de San Valentín, obvio que no conté la noche apasionada y romántica que tuvimos él y yo.

Esa noche dormimos todos en la casa de campo, Dalia y Rose prepararon una habitación para papá y mamá, el señor Tadashi había dicho que trataría de llegar a la cena pero por supuesto nunca llego, así que Dalia se marchó a su habitación y Rose como de costumbre fue a dormir en la misma habitación que yo.

Sabía muy bien porque no había ido a dormir con Dalia quería más información y yo estaba torturándola, demore más de lo debido en la ducha para ver si se dormía y me dejaba ya, baje a ser un té y al subir con la taza ella estaba esperándome recostada en su cama con los brazos cruzados, reí dentro de mí, sabía que estaba poniéndose furiosa por estar evitándola.

—¿Vas a contarme o no?

—¿Sobre qué Rose? Llevo toda la noche hablando de lo que hice en Italia.

La veo levantarse y caminar hacia mi acorralandome contra la pared, sus ojos japoneses están entrecerrados y yo trato de contener la risa –seguro que contaste todo, se que escondes oscuros secretos Megan Jones.

No pude más y solté la risa —oscuros secretos ¡por favor!

— Sé que hay algo que no me has dicho a Piero le brillaban los ojos cada vez que te veía, así que cuenta ya.

— Ok pero promete que no vas a volverte loca.

— Lo prometo, lo prometo —dijo dos veces con las manos en forma de ruego.

—La noche de San Valentín Piero y yo habíamos legado de Piamonte, supe que era 14 de febrero por todas las ventas de flores que había en las calles de Venecia, todos los restaurantes y negocios con corazones pegados en las vidrieras y miles de parejas hospedandose en el hotel donde él y yo estábamos hospedados. Me invitó a cenar y yo no sabía si aceptar o no, pero me pidió que aceptara después de todo sería nuestra última noche en Italia, después de tomar una ducha abrí la maleta y y lo vi ¿Por qué Rose? Porque pusiste ese vestido en la valija?

— Pero Meg yo pensé...

—Pensaste muy bien, el vestido es hermoso y cada vez que lo mire tendré también hermosos recuerdos.

—¿Qué? —sus ojos se abrieron como platos—  ¿qué sucedió para que lo amaras tanto?

—Esa noche Piero me preparo una sorpresa, Noel me llevo a un castillo afueras de la cuidad, la entrada estaba hermoso e iluminado con faroles adornados en el suelo, al abrir la puerta el estaba de infarto, hermoso, pulcro y elegante, la casa estaba iluminada solo por velas al igual que la mesa y la habitación.

—¿La habitación? ¡Meg la habitación!

—Shhh baja la voz Rose van a oírte, no sé qué pasó, quería besarlo, quería corresponder el amor que me había dado todos esos meses, quería corresponder a mis propios deseos, lo bese...

La cara de Rose fue sonrojándose y su sonrisa iba expandiéndose cada vez más por su rostro cuando le contaba como había hecho el amor con Piero y como al amanecer había huido llena de vergüenza a hotel.

— Lo sabia... sabia que ibas a caer.

— Y ¿Qué opinas?

—¿Qué opino? Estoy feliz, estoy feliz por ti sabía que volverías a enamorarte cuando tu corazón sanará.

—Rose, calma escúchame —la tomo de los hombros para que pare de saltar —no estoy enamorada, no amo a Piero solo siento que me gusta y me gusta estar con él, pero no quiero volver a amar, todavía no.

—¿Entonces estás jugando con Piero?

—No Rose por favor como puedes tan siquiera pensar eso, él es un hombre maduro que comprende exactamente lo que me sucede y dice que no va a presionarme y va a esperar que aprenda a quererlo.

—Hay que tierno, aparte de sexy y bella Piero es tierno, brindemos — levanta las copas —por Piero Bianchi y su lucha en conquistar a Meg, salud.

— Salud.

Fria y Oscura Dulce Desastre IIWhere stories live. Discover now