capitulo 68

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No se como manejar esto

Alex

Ok trato de manejar esta conversación conmigo mismo desde que vi a Megan con el idiota de Piero ¿por que Meg, Por que insistes en retroceder? se que estas con Piero por lo que viste en mi apartamento, se que estas furiosa, que se yo porque lo estas, siempre creí que no te importaba lo que yo hiciera, siempre creí te importaría cualquier otro menos yo.

El profesor interrumpe mis pensamientos en clase de algoritmo, por Dios santo, ahora mismo no tengo cabeza para pensar en los malditos números, solo quiero acercarme a ella y decirle lo que quería decirle ayer, que una vez más me rompió el corazón al verla tan hermosa con otro hombre que no era yo, todavía el idiota de Piero la ve como un premio "es mi cita, la he invitado a cenar" la frase se repite en mi mente una y otra vez y me mofo de ella.

—No se profesor, en este momento tengo otro problema que resolver.

salgo del aula y voy directo al cafetin, se que ella tampoco esta clases, debe estar en el cafetin tomando algún te que le ayuden a calmar los nervios o las ansias de abofetear mi cara, la veo del otro lado de la puertas de vidrio del cafetin, allí esta, tal y como la imagine, sentada con su taza de té y con expresión alguna en su rostro.

Al ver que abro las puertas y voy a acercarme a ella me mira de mala gana, toma sus libros y huye de mi, por supuesto ya se porque su reacción  y es que rebeca no me lo deja fácil, escucho su voz tras de mi lo que me deja saber que ha estado siguiéndome del salón hasta acá.

—¿Hey a donde vas chico escurridizo? ¿por que dejaste el salón de esa manera que ocurre?

Me tiene abrazado del hombro desde atrás, lo que se me hace imposible llamar a Meg cuando pasa como un rayo veloz por mi lado mientras me asesina con la mirada, me tiene hechizado hasta molesta se ve hermosa.

—¿Rebeca que haces aqui?

—Vine tras de ti porque no quería dejarte solo, pensé que algo te sucedía.

—Sabes bien lo que sucede, Megan nos encontró en mi apartamento de forma inapropiada y sabes que las cosas no son como ella se las esta imaginando, nunca te he engañado y sabes bien que a la que quiero es a ella.

Rebeca baja la cara y me siento terrible, fui sincero con ella esa mañana, no se como terminamos en mi apartamento, ni porque la deje usar mi ropa, ella insistió en quedarse a hacer el desayuno en agradecimiento y no pude negarme, los recuerdos que tengo de su cuerpo en la cama son muy vagos, estaba muy ebrio para poder recordarlo.

Fria y Oscura Dulce Desastre IIWhere stories live. Discover now