Fria y Oscura Dulce Desastre II

Capitulo 71

La perdí de nuevo

Alex

La veo llegar a la universidad en el auto de Piero Bianchi y aprieto los puños con la misma fuerza que quisiera matarlo, otra vez he dejado que alguien se meta entre Megan y yo, son las siete de la mañana y seguro que ha pasado la noche con él, siento como el corazón se me parte en mil pedazos más, pensé que esta vez ella seria para mí, pero rebeca y mi estúpida decisión de dejarla pasar una noche conmigo me han echado a perder todo lo que había ganado con ella.

La sigo con la mirada y va directo al cafetín ¿Qué? ¿ni siquiera hubo tiempo para el desayuno?

—Un batido de fresas por favor- la escucho decir.

—¿Necesitas energías?

—¿Disculpa?

—Veo que volviste con Piero Bianchi.

— ¿Y eso a ti que te importa Alex Fith?

—Me importa y mucho, soy yo el único estúpido que está aquí cuando quieres lloriquear, soy el único que ha estado aquí cuando uno de los idiotas que buscas como pareja juegan contigo, como con una niña tonta e ingenua.

—¿Estás seguro que eres el único estúpido que está aquí cuando quiero lloriquear cuando algún idiota me rompe el corazón, como a una niña tonta e ingenua? Pues déjame decirte, que el estúpido que está aquí ahora consolándome es Piero Bianchi y no tu, tu ahora eres el idiota que rompió mi corazón al encontrarte con una ridícula rubia en tu apartamento cuando dijiste que me amabas y esperarías por mí.

—Y tú qué hiciste, corriste a los brazos de Piero sin ningún reparo y pasaste la noche con él, comportándote como una cualquiera.

La discusión se ha terminado al darme cuenta que Meg me ha abofeteado con todas su fuerza, al voltearme la cara me doy cuenta que todos en el cafetín nos están mirando, porque ambos estábamos gritando, ella ha llorado frente a mí y frente a todos por mi culpa, la ofendí, la ofendí delante de todos ¿Qué fue lo que hice?

Me siento como un idiota por lo que he hecho, pero al fin ella lo ha confesado, fue a buscarme esa mañana y en lugar de encontrarme allí para ella, estaba rebeca desnuda con mi camisón puesto, maldita sea, comienzo a golpear todo y los que están en el cafetín salen espantados, camino de prisa porque quiero salir de allí lo más pronto que puedo, subo al auto y me alejo a toda velocidad.