Capitulo 7: Te voy a cuidar.

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Ana y Benjamín ya llevaban un par de horas encerrados, intentaron llamar pero no tenían señal en aquel lugar, tampoco nadie los escucharía, la única forma seria que alguien necesitara algo del sótano y llegara a abrir la puerta. Benjamín estaba muy tranquilo y entretenido con un libro que encontró de su escritor favorito en la vieja biblioteca de Samuel, pero Ana todo lo contrario, buscaba la manera de salir de ahí, estaba desesperada, y lo peor era que no encontraba nada donde pudiera salir.

Benjamín: ¿Puedes dejar de dar vueltas? Estas comenzando a marearme –dijo pero al ver que no le hizo caso se puso en frente de ella tomándola por los hombros.

Ana: Suéltame –dijo alejándose de el- estoy buscando la manera de cómo salir de aquí, por si no te has dado cuenta, odio estar encerrada y se está haciendo tarde para llegar a casa...

Benjamín: Pero tranquila... ni que estuvieras mal acompañada –dijo y Ana lo miro seria- porque yo no –sonrió logrando que ella se relajara y también le dedicara una sonrisa- ves así te vez mejor, nunca te había visto sonreír, y tampoco me había fijado en tus hermosos ojos –se puso nervioso cuando Ana fijo su mirada en el.

Ana: ¿Lo dices en serio o, simplemente te estás burlando de mi? –pregunto alzando los hombros y Benjamín negó con la cabeza.

Benjamín: En serio, eres muy bonita –dijo acercándose a ella.

Ana: Deja eso... por favor... -intento separarse de él, pero no porque quisiera, sino por instinto, Benjamín acercaba su rostro, no dejaba de mirar sus labios rosados, que se remojaba a cada instante debido a que se le secaban, solo un poco mas y los tendría sobre los suyos.

Benjamín: Discúlpame –dijo al fijarse del nerviosismo de Ana, tenía ganas de besarla, pero no así, no sin que ella se sienta segura- no sé que me paso –se alejo unos pasos de ella- no volverá a pasar –se dio la vuelta llegando hasta el otro extremo del sótano, mientras Ana se quedo en el miso lugar tratando de asimilar lo que había pasado.

El médico le dio autorización a Andrea de irse a su casa, le indico reposo por tres días y unas pastillas para el dolor, Samuel escuchó atentamente las indicaciones y prometió asegurarse que las cumpliera al pie de la letra. Llego con Andrea a la casa, Samara también estaba con ellos, acompaño a Samuel mientras llevaba a Andrea a su habitación, viéndolo furiosa por ver como la cargaba entre sus brazos, le dijo que llamara a algún empleado pero él quiso hacerlo personalmente.

Samuel: Aquí estas –dijo cuando dejo a Andrea acostada en su cama.

Andrea: Gracias Samuel... pero no era necesario que me cargaras, puedo caminar...

Samuel: Nada de esfuerzos dijo el doctor, ordenare que te traigan algo de cenar y no te levantas de esta cama, si necesitas algo, pídelo.

Samara: Ya Samuel, ¿nos podemos ir? –dijo para apresurarlo, Samuel salió con ella para que Andrea no escuchara, quería que estuviera tranquila.

Samuel: Hoy no podremos salir, Andrea está mal y necesita de mi.

Samara: ¿Qué? –dijo sorprendida- Samuel, hay más empleados que se pueden hacer cargo de ella, ¿Por qué tienes que ser precisamente tu que la cuides?

Samuel: Siempre que estoy enfermo ella me cuida, no se me hace justo que ahora que me necesita no le devuelva el favor...

Samara: ¿Favor? Ella nunca lo hizo por un favor, es su trabajo Samuel...

Samuel: Andrea es mi mejor amiga, tu y yo podemos salir cualquier día, pero mientras ella me necesite no, ¿está bien?

Samara: Sabes que, haz lo que quieras –dijo enojada y se fue.

Había pasado casi una hora, Ana y Benjamín no habían cruzado mas palabra, pero no dejaban de lanzarse miradas cada que podían. Benjamín la observaba muy bien, de pies a cabeza, había descubierto algo en ella que llamaba su atención, más que con cualquier otra chica. Escucharon desde el otro lado de la puerta como alguien intentaba abrirla, hasta que lo consiguieron.

####: ¿Ana? –Era la empleada que le dio la canasta de ropa- ¿has estado encerrada todo este tiempo? –observo a Benjamín que también se asomo para ver de quien se trataba.

Ana: Fue un accidente, gracias por abrirnos la puerta –dijo rápidamente y salió.

Benjamín: Por favor, nada de esto a Samuel o a mi hermana –dijo y la empleada asintió, entonces fue a alcanzar a Ana, la encontró saliendo por la puerta de servicio, corrió hasta que al fin pudo detenerla- espera...

Ana: Tengo que irme, es muy tarde ya...

Benjamín: Justo por eso, permite que te lleve a casa –dijo y Ana lo miro pensativa- ya es muy tarde, a menos que tomes un taxi.

Ana: Dejare que me lleves, pero solo porque es muy tarde -acepto irse con Benjamín porque tenía mucha prisa, además que no tenía dinero para pagar un taxi.

Samuel ordeno que le llevaran algo de comer a Andrea, estuvo revisando unos expedientes pero regreso rápidamente, cuando la encontró saliendo del baño y se apresuro a ayudarla para que llegara de nuevo a la cama.

Andrea: Samuel, que me haya caído no significa que este enferma y no pueda caminar, de verdad no hace falta...

Samuel: No se si hace alta o no, pero te recuerdo que tienes indicaciones explicitas del doctor, nada de esfuerzos, así que siempre que necesites ayuda cuenta conmigo.

Andrea: ¿Y Samara?

Samuel: Se fue –respondió sin mirarla a los ojos.

Andrea: ¿Pelearon?

Samuel: Eso no importa ahora, mejor tomate tus pastillas para que puedas dormir –dijo sacando una pastilla y se la entrego con un poco de agua.

Andrea: ¿También te quedaras aquí? –pregunto al verlo sentarse en el sofá cama que tenía en su habitación.

Samuel: Solo hasta que te duermas –saco una cobija y la abrió para cubrir su cuerpo.

Andrea: Pero, no es necesario Samuel... hace frio...

Samuel: ¿Tienes frio? –pregunto acercándose a ella y terminando de cubrirla bien.

Andrea: No, pero tu...

Samuel: Descansa, yo estaré bien –dijo y volvió al sofá cama, Andrea logro ver como se acomodaba antes de cerrar sus ojos, su cuerpo estaba tan cansado que se durmió casi al instante.

Benjamín estaciono su coche frente a la casa de Ana, inmediatamente ella salió de prisa, sin darle tiempo siquiera a decir algo, pero debía dejarla, ya hablaría con ella. Ana entro a la casa, viendo solo una luz encendida, dejando su bolso encima de la mesa, escucho la voz de su madre a su espalda.

Leonor: ¿Así que al fin llegas? –dijo casi gritando, algo que espanto a Ana.

Ana: Este, yo... tuve un contratiempo en el trabajo y...

Leonor: Te vi llegar con un hombre, ¿Quién era? No me digas que en lugar de trabajar como dices, andas de golfa con los hombres.

Ana: No es así, si estaba en el trabajo pero me quede encerrada y Benjamín solo me trajo porque era muy tarde...

Leonor: Así que la niña se queda encerrada, no será un pretexto que estas usando para justificar tu tardanza –dijo acercándose a Ana y esta se mostraba más temerosa.

Ana: No, te juro que no –alcanzo a decir antes de sentir las manos de su mama sujetándola por los hombros con fuerza.

Leonor: Eres una mala hija, y ahora una golfa, esto me faltaba, pero ahora vas a aprender a respetar, si no fue por las buenas, será por las malas.

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Hola, había prometido capitulo ayer, pero se me presentaron contratiempos, por eso les avise que no iba a poder actualizar diario. Pero aquí está el capitulo. Se vienen cosas que espero les guste. Muchas gracias por leer.

En el video de arriba, puden ver a los personajes principales, las dos parejas, espero les guste, hecho por mi amigo Jonathan.

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