Capitulo 28: Verdades.

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Ana y Benjamín llegaron a casa, no encontraron a Andrea suponiendo que aun no había llegado, no se molestaron en llamarla aunque quería hacerlo, pero mejor prefirió preparar algo de comer junto a Benjamín, así cuando ella llegara encontraría algo hecho. Entre los dos se ocuparon de preparar algo de comer y pasar un momento agradable entre los dos. Cuando estaban a la mesa, el celular de Benjamín empezó a sonar, si, era su hermana, pero el no contestaría, prometió pasar la noche con su novia y así lo hará.

Ana: ¿Por qué no contestaste? Se puede enojar y empeorar la situación...

Benjamín: No me importa, yo estoy contigo, ella que hable después. No arruinemos el momento entre los dos solo por mi hermana, ¿esta bien? –sujeto su mano y la beso, esta asintió lanzandole una leve sonrisa, y se acerco a besar sus labios.

Ana: Benja... ¿En serio serias capaz de ponerte contra tu familia solo por mi?

Benjamín: De quien sea que quiera separarnos, sabes que te amo –la beso nuevamente- nunca me separaría de ti –la miro con ternura y volvieron a unir sus labios en un tierno beso.

Se querían, se entregarían el uno al otro si de ellos dependiera sus vidas. Algo que pareció inocente, que comenzó sin ellos darse cuenta, ahora los estaba haciendo vivir una linda historia de amor.

Subieron a la habitación, se desvistieron entre besos y caricias, una vez mas se entregarían a la pasión, solo les importaba vivir esto que estaban sintiendo y que ya casi no les cabía en el pecho de tanto que estaba creciendo cada día.

Benjamín: Te amo –susurro entre sus labios.

Ana: Te amo, mi Benja –susurro ante la mirada llena de amor y pasión que su chico le dedicaba, entonces se entregaron nuevamente, e hicieron el amor como nunca.

Samuel se encontraba en su despacho, últimamente no podía salir de allí, estaba solo frente a su computador intentando trabajar, pero lo cierto es que no tenia cabeza para nada. De un momento a otro cuando levanto la mirada, visualizo una silueta muy conocida bajo el marco de la puerta, ¿se trataría de ella? Se estrujo los ojos para clarecer su vista cansada y poder verla mejor, ya no tenia dudas.

Samuel: ¿Andrea? –ella no respondió, permaneciendo en el mismo lugar, solo viéndolo- ¿Qué haces aquí? ¿Necesitas algo? –cuando se acerco pudo ver sus ojos rojos e hinchados, algo lo hizo estremecer, no le gustaba verla llorar, no quería que sufriera- ¿Andrea que paso?

Andrea: Tu –no podía hablar debido a os llantos retenidos- tu –cerro os ojos antes que una lagrima se deslizara por su mejilla.

Samuel: Andrea, tranquila... -se acerco a ella pero asi mismo ella retrocedio, este la miro intrigado.

Andrea: Te vas a casar –este la miro con tristeza- por eso me alejaste, te vas a casar –ambos hicieron un largo silencio, Samuel no sabia que decirle, estaba haciendo planes con su ''novia'' mientras le dio un mes de vacaciones a Andrea, técnicamente la estaba alejando de el- ¡Respondeme! –grito rompiendo el silencio, y con eso dejando escapar de una vez por todas, sus lagrimas.

Samuel la miro, sintió una impotencia tan grande al verla destrozada, desconsolada, como si tuviera un dolor inmensamente en su pecho, y literalmente, estaba sufriendo.

Samuel: Andrea –susurro tratando de acercarse a ella, pero esta se levanto limpiando sus lagrimas, mirándolo con dolor.

Andrea: Desde niños fuiste inalcanzable para mi, siempre te veía muy lejos, siempre estabas arriba, pero no lo podía evitar ya estabas aquí –poniendo una mano en su pecho, Samuel no entendía a que se refería, al menos eso era lo que quería creer- todos los días pensando en alguien que no me volteaba a ver, en alguien que solo pensaba en mi como una amiga, y eso dolía mucho...

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