Capitulo 14: Agradecida.

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Samuel se quedo mirando a su amigo mientras le hablaba de Andrea, lo conocía muy bien, sabia la clase de hombre que era Braulio, y que era capaz de hacerle mucho daño a Andrea, y eso no podía permitirlo.

Samuel: Sera mejor que no intentes nada con Andrea, te lo advierto –dijo serio mientras Braulio lo miraba divertido.

Braulio: ¿Sabes que eso no funcionara conmigo verdad? –pregunto sonriendo mientras Samuel apretaba sus puños- la verdad es que Andrea esta bastante crecidita, ella puede tomar sus propias decisiones, ademas, ¿Por qué te importa si tu estas con Samara?

Samuel: Me importa porque Andrea solo me tiene a mi, ella es... ella es –se detuvo sin saber que decir.

Braulio: ¿Cómo tu hermana? –termino completando la frase que debía de decir- recuerdo que una vez hablamos de ella, te dije si había algo entre ustedes, que ella te miraba no precisamente como un amigo...

Samuel: Y es así, Andrea es mi amiga.

Braulio: Entonces no hay ningún problema en que la visite, ¿no es así? –dijo levantándose y dejando la copa sobre el escritorio- así como tu andas con Samara, Andrea tiene derecho a andar con otra persona, a menos que te moleste...

Samuel: Para nada –dijo dándose media vuelta para mirar por la ventana.

Braulio: Entonces... nos vemos –se fue.

Ya había oscurecido, no se escuchaba otra cosa que no sean los animales nocturnos que salían en medio de la oscuridad de la noche, y Ana estaba muy asustada, nunca imagino que alejarse del grupo solo le traería problemas, cuando se vino a dar cuenta ya no encontraba el camino de regreso, tenia hambre y sed, no había comido nada a la hora del almuerzo, y tanto caminar estaba segura que llegaría un momento en el que ya no podría mantenerse de pie. Sus fuerzas estaban comenzando a agotarse, cada vez se sentía mas débil, lo mejor era sentarse a descansar un rato para recobrar energías, así lo hizo cuando visualizo un tronco en el que pudo sentarse. Un ruido la hizo despertar, se había dormido atravesada en medio del tronco, unos pasos se escuchaban desde el otro lado, una linterna la enfoco, la luz no le permitía ver de quien se trataba, solo que la persona se acercaba a grandes zancajadas y cuando llego hasta donde estaba, la abrazo... su olor, lo distinguía perfectamente, era inconfundible para ella.

Benjamín: Al fin te encontré –dijo dulcemente mientras la aferraba a su cuerpo, envolviendo su cintura y enterrando su cabeza en su cuello- no podía perderte, a ti no –sentía el miedo de Ana, estaba temblando de frío y el accedió a prestarle su chaqueta.

Ana: ¿Cómo me encontraste? –pregunto mientras sus labios se movían a causa del frío, sintió el calor que desprendía de la chaqueta de Benjamín, era su calor, su olor...

Benjamín: Eso no importa ahora, tenemos que ir a un lugar para pasar la noche, vi una cabaña cuando venia por aquí –dijo señalando el lugar de donde había venido- ya mañana regresaremos, ¿esta bien? –la abrazo y ella asintió mientras comenzaban a caminar.

Llegando a la cabaña, efectivamente estaba vacía y muy maltratada. Benjamín se encargo de traer unas hojas para que puedan recostarse, también encendió una fogata con un fósforo que traía, saco la comida brindándole a Ana, que ya estaba bastante hambrienta.

Ana: Gracias por encontrarme –dijo después de terminarse toda la comida, Benjamín la observaba detenidamente cada detalle de ella, era perfecta para el.

Benjamín: No tienes nada que agradecer, nunca dejaría que algo te pase –sonrió mientras sujetaba su mano y acerco su rostro al de ella, para depositar un suave beso en los labios- me he dado cuenta que no quiero vivir sin ti, no podría...

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