Capítulo 1

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A los siete años de edad, su padre falleció por lo cual su madre se convirtió en una viuda y en segundos se transformó en una persona desprolija y descuidada. Una apariencia que mantenía alejados a los alfas de ella, especialmente ya que ella tenía cachorros.

A los ocho años de edad, empezaron a notar como su madre era tratada en la manada. La obligaban a limpiar los pisos de las casas, los alfas abusaban de ella manejándola a su antojo sin importarles las consecuencias.

A los nueve años de edad, ellos pasaban las noches solos más seguido en su pequeña casa. Su madre apenas estaba en la casa, solo estaba para prepararles las comidas y ayudarlos a prepararse para la escuela. Sin embargo, el fuego que ella una vez tuvo con su alfa apareció nuevamente. Ella comenzó a sonreír, llegaba a la casa con menos moretones, y había logrado conseguir mucho dinero. Ese año, pudieron comprar una nueva casa.

Cuando cumplieron trece años, se presentaron como omegas y decidieron ser compañeros mutuamente. Ese año, su madre les enseñó las reglas cruciales que los omegas deben seguir en la sociedad o si no irían a la cárcel.

A los catorce, sucedió el primer acoso. Un grupo de alfas de primer año que jugaban fútbol, los atacó verbalmente y los tocó. Se fueron rápidamente a casa a decirle a su madre, que decidió que la cena de esa noche sería en la casa de otra mujer. Ese fue el año donde su madre los presentó a El Movimiento.

El Movimiento. Donde los omegas se unían a luchar por sus derechos, y destruir a la manada Styles dependiendo su puesto. Estaban los "Frontlineres" y los "Sirens." Los Frontliners hacían reuniones públicas, hacían marchas, e incluso maldicen a las familias de la manada. Los Sirens se quedaban más en el detrás de escena, seducían despiadados y brutales alfas, asesinándolos luego en la noche.

Louis y William son Sirens, les enseñaron como usar sus cuerpos y sus aromas, para atraer a un alfa antes de matarlo y esconder la evidencia con una simple "S" escrita en rojo en alguna parte de su cuerpo.

Eran los mejores en su trabajo, mayormente todos los casos que tenían que hacer, terminaban con éxito.

Actualmente, tienen veinticinco años, y habían pasado la "etapa de madurez" que todo alfa considera que un omega debería ser. Estuvieron cinco años por sobre el límite, y solo un alfa que lo hayan rechazado o uno asustado de nunca encontrar a su compañero, los encontraría atractivos como para aparearse. Sin embargo, eso no significaba que otros alfas no estén interesados en una noche de diversión.

Esta noche, tenían una tarea y un blanco específico que debían seducir en un club. Entonces, los gemelos estaban bailando y refregándose entre sí mientras el lugar a su alrededor se hacía cada vez más chico.

—¿Está funcionando? — William susurra en el oído de su hermano gimiendo suavemente mientras el mayor le agarraba el trasero. No consiguió una respuesta verbal, solo un beso caliente y húmedo.

—Solo sígueme la corriente. — Louis le susurra a medida que refriega su duro miembro contra el de su hermano, manteniendo su mirada de reojo en el alfa que se encontraba en una esquina que miraba directo hacia ellos. — Mira hacia él. Willy eres mejor observando a alguien de manera sexual.

El más joven suelta risitas tontas, mirando por encima de su hombro al hombre y se muerde el labio inferior. Se da vuelta, pegando su espalda al pecho de Louis, y menea las caderas al ritmo de la música mientras mantiene su mirada en la del hombre frente a ellos. El alfa cambia de posición, pero William sigue insistente.

El omega a propósito se tira hacia atrás en el hombro de su hermano, gimiendo mientras siente las manos de Louis en su miembro. No pasa ni un segundo, que se encuentra con un cuerpo caliente frente al suyo devorando su cuello expuesto.

—¡Oh! — Jadea, y Louis gimotea lastimosamente haciendo de cuenta que quiere la atención del hombre también. — Eres demasiado brusco.

—Puedes decir que si. — El alfa sonríe de forma burlona y besa a Louis. — Han estado jugando conmigo por un tiempo. Creo que merezco algo por ser tan paciente.

Ese comentario, casi hace que la erección de William baje, casi. Era obvio que el hombre pensaba en ellos como si fueran objetos, y piensa que debería ser premiado por haber esperado como un verdadero caballero.

Louis pellizca su cintura, sabiendo que William tenía una gran bocota y a veces los metía en problemas. El joven omega pega un saltito, pero entiende el mensaje y tira del pantalón del alfa.

—Llévanos a casa, papi. — Él susurró inocentemente, y el hombre gime gustoso. — No nos hagas rogar. ¿Por favor?

Eso hizo que el alfa los lleve al auto al instante, para ir a su casa donde de forma presumida se empezó a desvestir y esperaba que los gemelos hagan lo mismo.

—Mira por un momento papi. — Louis dice seductoramente, dejando que William se arrodille y desabroche el botón de su pantalón. — Prometemos que será un buen espectáculo.

—Mierda. — El susurra y se acuesta tocándose a si mismo con ojos excitados. — Esta bien.

Louis deja que William le chupe y succione el pene, realmente disfrutando mientras gemía incontrolablemente, pero de todas formas mantenía la mente fija observando alrededor para ver si encontraba un arma cerca de ellos.

Nada. Mueve sus caderas penetrando la boca de William, uno de ellos debía mantenerlo bien distraído así el otro podía ir a buscar un cuchillo a la cocina.

El mayor mira de reojo al hombre en su cama, dándose cuenta de cómo miraba plenamente a William como lo había hecho en el club. Seguramente quería más a Will, y eso le parecía perfecto.

—¡Ah! — Louis se aleja de la boca de su hermano antes de que se corra, y Will se para del suelo para besarlo de forma candente. — A la cama, bebe.

William murmura algo inentendible fijando su vista en Louis y entiendo la idea. También notó la mirada del alfa sobre ellos, así que sabía que tenía que distraerlo.

Se sube a la cama, moviéndose por sobre su fibroso miembro besando el torso y pecho del hombre. Sus labios suben hacia los suyos estampando estos en su boca, besándolo húmedamente mientras se mueve contra el. Louis se escapa de la habitación para ir hacia el piso de abajo.

Él es cuidadoso cuando se mete en la cocina buscando donde se encontraban los cuchillos, no quería dejar un desastre. Cuando los encuentra, toma uno que se veía bien filoso y corre rápidamente hacia el cuarto para encontrarse con los dos sentados en la cama con la espalda del hombre contra la cama.

—Amo tu cuerpo, maldición. — El alfa gruñe y Louis oye su mano golpear contra el trasero de su hermano. — Estas tan listo para mi. Sin prepararte, bebe, puedes tomarlo.

Ahí es cuando Louis camina silenciosamente hacia ellos, sosteniendo el cuchillo fuerte en su mano. Toma en su mano vacia los rulos del alfa tirando su cabeza hacia atrás de forma brusca.

—No me olvides, papi. — Louis dice con burla en su voz al mismo tiempo que William sale de arriba del hombre. El alfa no tiene tiempo de preguntarse que esta pasando, ya que en cuanto Will se para de la cama, Louis lleva el cuchillo a la yugular del hombre y le hace un tajo de punta a punta salpicándolo un poco con su sangre.

Deja el cuerpo caer, limpiando el mango del cuchillo para que no queden marcadas sus huellas digitales, y lo tira al suelo. Se viste mientras William pasa dos dedos por la herida y luego con la misma sangre traza una gran "S" en el pecho del hombre, después se viste para marcharse.

Se van de la casa, sonriendo con suficiencia y soltando risitas entre ellos.
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The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora