Capítulo 81

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Maratón 2/3

Al día siguiente, en la mañana temprano, William apretó el botón para llamar a una enfermera. Todavía no era la hora de las visitas, pero sabía que Louis y los trillizos estaban en la sala de espera, esperando que se haga la hora para poder entrar.

Sin embargo, el quería pasar un tiempo a solas con sus bebes. La enfermera, madre de cinco niños, estaba encantada de llevarlo a ver a sus cachorros.

Así que, allí estaba él, mirando a su único cachorro alfa con amor y adoración.

—Mami desea poder cargarte — Le dice a través del vidrio esperando que el bebé pueda oírlo. — Mantenerte calentito y llenarte de besos.

Max mueve su brazo y estira sus piernas.

—Eres un apuesto niño — Ríe bajito. — Tendré que vigilar a esos betas y omegas que te rodeen. Aunque estoy seguro que romperás varios corazones.

—¿Sr. Tomlinson? — Mira hacia la enfermera? — No se si le dijeron, pero, estos círculos se pueden abrir. — Dice señalando un circulo calado en el vidrio.

El omega mira como con cuidado ella lo abre, lo suficiente para que una mano que para por allí.

—Es lo mejor que puedo darle, en sentido de contacto físico.

—Gracias — Dice y mete la mano. Estaba temblando, y estaba tratando de ser delicado. Su dedo índice roza la manito de Max. Esta se aleja antes de abrirse y agarra el dedo de William por instinto.

Will nota el fuerte agarre, y como el bebe aprieta cuando el pulgar del omega acaricia sus pequeños nudillos.

—Desearía agarrarte — Dice. — Mami se va a casa mañana, pero vendré todos los días a verlos. Mami no los dejara.

Max bosteza y lloriquea. Al instante, William se preocupa estando confundido. ¿Es demasiado fuerte?

—Es hora de comer, Sr. Tomlinson — La enfermera dice y los otros bebes en la habitación comienzan a llorar. — Tenemos que alimentarlos.

—Tengo mucha leche — Dice rápidamente. — Por favor déjame alimentar a dos. Solo a dos.

La enfermera suspira mirándolo. Ella no debería permitir eso en verdad, pero serían más manos para ayudar.

—Los omegas necesitan más que Max y Sophie. — Will asiente y ella lo empuja hacia las camas de cristal. Las abre, con cuidado toma a cada uno y le explica a William como sostenerlos. Luego ella le abre la bata y deja su pecho descubierto.

—Solo déjalos que te agarren, ellos harán el resto. — Asiente y mira como Scar y Aaron mueven sus naricitas contra su pecho antes de capturar el pezón en sus boquitas.

—¿Puedes decirme si serán capaces de cambiar a lobo?

—Eso no lo sabremos hasta dentro de unos años. Más o menos cuando tengan tres o cuatro años. — Él asiente ante la respuesta y mira como la enfermera toma el biberón para darles a Max y Sophie.

No se habla más después de eso. Coloca su atención en sus omegas, reteniendo las lágrimas mientras los mira. Sus manitos pequeñas agarrando fuertemente alrededor de sus pezones mientras espera a que abran bien sus ojos.

—Lou nunca me dijo de qué color eran sus ojos. — Susurra. — No puedo esperar a saberlo.

Susurra cosas dulces hacia ellos todo el tiempo, diciéndoles lo mucho que los amaba y como sus papis también los amaban.

—Mamá Lou les enseñara a pelear — Dice volando hacia el futuro. — Serán muy buenos, serán capaces de vencer a Maxie y a sus papis. Sé que Lou y yo podemos...pero sus papis no son amenazas.

—No para ti princesa — Trata de no saltar al oír la nueva voz en el cuarto. Alza la vista encontrándose con sus cuatro compañeros. — Puedo ver que te dejaron sostenerlos.

—Me está dejando darles de comer — Dice con una sonrisa grande. — ¡Estoy tan feliz!

Caminan hacia el mirando hacia los dos bebés con caras de enamorados.

—¿Eso significa que no habrá más leche para mí? — Marcel pregunta y Edward golpea su nariz.

El menor de los trillizos se queja y trata de golpearlo también. Eso hace que William se encoja un poco ya que Marcel se había acercado mucho a él, y Aaron agarra con más fuerza su pecho con un sonido de incomodidad.

—¡Paren! — William los reta. — ¡Antes de que los hagan vomitar, paren!

—El empezó...— El menor de los alfas responde con un puchero.

Louis se acerca a besar la punta de la nariz de Marcel. Eso afloja todo el conflicto y la habitación se vuelve pacifica otra vez.

***

A la mañana siguiente, a Will, lo habían dejado irse a casa.

No quería, no sin sus bebes. Los había visto antes de irse, y Max parecía el único que estaba ganando más peso. No sabía si era por su genética de alfa, pero le preocupaba los otros.

—¿Crees que los cuidaran bien? — Pregunta pensando en lo pequeño que los omegas eran.

—Mejor que así sea — Edward responde mientras entran al auto, ayudando a Will que entre primero. — ¿Por qué no lo harían?

—Somos cambiaformas — Dice acariciando su pancita operada con nervios. — No a todos les gustamos.

—Es 2018 amor — Harry responde. — No les harían daño porque son genéticamente diferentes.

William asiente y deja que Marcel lo abrace. Se obliga a sí mismo a relajarse, pensando en su regreso a casa. Pero no podía.

Se suponía que iba a volver con sus bebés, y no lo está haciendo. No era lo que planeaba, y le molestaba. Lo que más le molestó, es que los bebés podrían estar hospitalizados por meses. No podía permitirlo, y solo porque no pudo llevarlos a su debido tiempo. Era una madre terrible. Absolutamente.

—Vamos — Louis lo ayuda a salir del auto una vez llega, y William no espera. Trata lo más rápido posible de entrar a la casa, hacia su habitación. — Willy...

—Quiero estar solo — Dice. — Solo por hoy.

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The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora