Capítulo 4

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Al momento de regresar al auto, Marcel está prácticamente temblando. —Harry, ¡E-Edward va a despellejarme!

Harry suspira rodando los ojos mientras maneja a su casa. —No, el nunca haría nada para lastimarte Marcy. Cállate.

—Huelo a omega. ¡Un omega me besó! —Exclama con su rostro colorado. El admite que le encanto, pero cuando Edward se entere, estará frito. Oh Dios.

Harry suspira nuevamente. —Bueno, podemos tomarnos un tiempo en llegar a casa y ducharnos cuando esté dormido.

Marcel le lanza una mirada. — Él no se ira a dormir hasta que lleguemos a casa.

Harry piensa por un momento. — ¿Podríamos ir a lo de Liam?

—Él está en Londres...—Marcel murmura— No.

—Maldita sea. —Harry suspira rendido ya quedándose sin alternativas. — Bueno, fue lindo conocerte Marcy. Edward va a olerte y después me matara a mi porque tu eres muy hermoso para morir.

—Harry. —Marcel exclama. — No lo hará.

El hermano mayor suspira mirando por fuera de la ventana viendo que ya estaban en la puerta de su casa. Se estaciona. — Supongo que veremos qué sucederá, ¿o no...?

Marcel obliga a su hermano a entrar primero, completamente aterrado. Esta temblando mientras Harry abre la puerta y lo deja entrar. Pero su corazón se para por completo cuando nota a Edward sentado sobre la mesa.

—Así que volviendo tarde, ¿no? — Edward dice parándose y caminando hacia ellos. — Y borrachos, por lo que huelo.

Se acerca mucho más a Marcel, y el menor de los trillizos pareciera que iba a desmayarse.

La mano de Edward se mueve y se le llenan los ojos de lágrimas, asustado de que Edward le pegue o vaya a ahorcarlo.

Pero el mayor lo único que hace es levantar su cabeza colocando un dedo en su mentón, y choca sus labios suavemente con los de Marcel. Se separa, y sus ojos se tornan oscuros.

—Marcel. Explícame. Y explícame malditamente rápido.

Marcel ya era un mar de lágrimas. — Edward, escucha, el vino hacia mí, se subió encima mío, trataba de separarlo...

—Lo hizo, nosotros no hicimos nada, Edward, te lo prometemos. —Harry acota y Marcel está completamente agradecido de que esos gemelos endemoniados se hayan ido del bar antes de que Harry pudiese hacer algo. Porque, dios, estarían muertos ahora.

Edward los mira a ambos seriamente. — Jamás irán de fiesta sin mí de ahora en más. Vayan a tomarse una maldita ducha, ahora. Los dos. La próxima vez, no los perdonare. Malditamente asqueroso.

Marcel agacha la cabeza, siguiendo a Harry hacia el baño, pensando para adentro mientras se bañan. "¿Por qué el gemelo mayor estaba tan persistente en irse?"

¿El más joven de los gemelos, William era? El realmente parecía querer algo.

Así que, ¿qué fue lo que les hizo cambiar de opinión?

Una vez salen del baño, sigue a Harry hacia la cama, acurrucándose contra el, arrepentido de haber salido en primer lugar. Ahora Edward era muy cortante con ellos, y no podía sacarse el gusto del omega de la boca, no importa cuántas veces se haya lavado los dientes.

Y no podía parar de pensar en los coquetos pequeños omegas, no importa cuán duro este tratando de no hacerlo.

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Tal vez suba otra capítulo más tarde.

The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora