Capítulo 29

4.8K 545 137
                                    


—¡Chicos! — Marcel casi deja caer el teléfono al oir sus voces temblando. — Chicos, ¿Dónde están? Por favor díganme dónde están.

A este punto, Edward y Harry ya habían escuchado los gritos de Marcel y se acercaron a él, preguntándose con quién estaba hablando. ¿Eran ellos...?

—Lo siento Papi. Te amo. — William dice con voz lamentosa antes de sollozar. — Pero no podemos verlos nunca más.

—¿Qué? — Marcel exclama a punto de llorar agarrando fuertemente el celular como si eso mantuviese a los gemelos cerca de suyo. — ¿Por qué?

—Hemos hecho muchas cosas terribles, Papi. Muchas cosas malas. — Louis dice de repente. — Estoy seguro que Edward lo sabe. Nos ha odiado desde el principio, estoy seguro que unió todos los cables.

—Lo sé. ¿Así que están confesando? — Edward murmura mirando a sus hermanos. Él les comentó todo lo que había resuelto en torno a los omegas, y los alfas menores se negaron a creerlo.

—Supongo. — Louis dice. — Eso es lo que quieres ¿no?

Edward se queda en silencio, Harry habla. — Eso no importa ahora, podemos perdonarles, ¿o no chicos?

—Me temo que no rizado. Estamos a punto de hacer algo peor de lo que hemos hecho hasta ahora. — Ambos omegas suspiran derrotados. — Como sea. Supongo que... ¿Los amamos? Adiós.

La línea se corta antes de que alguno de los alfas pueda decir algo más.

Edward mira a sus hermanos que tenían lágrimas en sus ojos, petrificados. — ¿Qué es lo peor que pueden hacer?

Ambos se encogen de hombros y niegan con la cabeza. — Supongo que solo podemos esperar.

William tiembla siguiendo a Louis por el pasillo que llevaba a la oficina de Madame K. — ¿Estás seguro de que podremos hacer esto hermano?

—No podemos retroceder ahora. — Louis duda antes de abrir la puerta. — Hola Madame K.

—Oh, chicos. — Ella murmura. — Llegan tarde. ¿Qué es lo que quieren?

Louis tose aclarándose la garganta. — La policía ha notado lo qué está sucediendo. Es solo cuestión de tiempo antes de que algo pase.

—Tomlinson. — Ríe con molestia. — ¿Qué algo pase? Nada nos pasará a nosotros. Nadie puede acercarse a nosotros. Sólo somos un mito para ellos. Y tenemos un ejército. — Dice haciéndoles una seña con la mano a los Angels detrás de ella. — Nunca pasará nada.

De repente, el teléfono suena, y luego deja de sonar. Y el rostro de Madame K choca contra el escritorio. Ella grita cuando uno de los Angels le mantiene la cabeza contra este mientras rasguña sus brazos queriendo liberarse. El hombre sisea de dolor separándose de ella.

—¡¿Qué es lo que estás haciendo?! — Grita como una loca y Louis salta sobre el escritorio cayendo sobre ella sosteniéndola contra el piso mientras intenta alcanzar su daga que tenia oculta en su bota.

—¡Louis! — William grita cuando Madame K le da con su puño en el rostro. El omega menor mira hacia la puerta por donde entraban algunos Sirens, Sirens que no eran parte del plan.

De un rápido movimiento toma su pistola de su espalda baja y les dispara en la cabeza, cuando ve al segundo al mando y algunos aliados peleando con otros omegas.

—¡Traidores! ¡Traición! — Madame K grita enojada y Louis la toma del pelo cuando esta trata de apuñalar a Will. La tira hacia atrás justo a tiempo, pasando el cuchillo por su garganta. William jadea.

The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora