Capítulo 13

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Ya era el día siguiente y no había ningún mensaje de Harry en la pantalla en el celular de William. Anduvo con puchero todo el día, mientras hacía compras, acurrucarse y tener sexo con alfas.

Y, mientras estaban en la cama del alfa seleccionado de la misión de hoy, Louis dejando que el hombre disfrute de su sabor y aroma, Will no puede evitar mirar su teléfono varias veces esperando un simple mensaje.

Nada, absolutamente nada.

Suspira, tomando la almohada y espera que el alfa alce la cabeza del cuello de Louis. Había una razón por la que habían agarrado un solo alfa.

Los hombres siempre fallaban en darles atención por igual, siempre encontraban uno más atractivo que el otro. Eso dejaba al hermano que no le daban bolilla para que se haga cargo del asesinato.

Así que, es por eso que William tenía el arma del alfa, la que él les había mostrado mientras estaba borracho solo para alardear. No los impresionó.

Cuando el alfa se separa y se acuesta en la cama boca arriba, con la almohada presiona sobre su cabeza contra la cama.

Louis fue rápido y agarro el arma quitándole el seguro y poniéndola contra la almohada mientras el alfa gruñe y con sus uñas rayaba los brazos de Will luchando por aire. Aprieta el gatillo, el sonido siendo cubierto por la almohada, mientras esta se cubre de un color carmín, y el cuerpo del hombre se queda quieto por completo.

—Iré a buscar algunas curitas ya alcohol para desinfectarte las heridas. — William asiente ignorando lo lastimado en su brazo y la sangre saliendo de ellos. — Aquí estoy cariño. — Louis vuelve al cuarto y se sienta a su lado comenzando a curarle las heridas a su igual.

Limpian debajo se las uñas y cara del hombre para no dejar ningún ADN de ellos en su cuerpo. Se visten y William suspira.

—Ya te mandara algún mensaje, no te estreses.

Esa noche, cuando llegan a casa, William convence a Louis de sacarse una foto con él. Tal vez eso lo incentive a mandarle algo.

Se arrodillan frente al espejo, con sus traseros desnudos apuntando el vidrio de forma que los brazos heridos de Will no se vean. Giran sus cabezas para que sus rostros se vean no importándoles que sean identificados y William toma la foto.

"¿Papi?"

William nunca recibe respuesta de su parte.

Han pasado días y ningún mensaje nuevo del trillizo. Se muerde el labio inferior, mientras monta el miembro de Louis con ansias y lloriquea de placer. — ¿Lou, por qué no responde? Sé que lo disfrutó. —Pregunta con dificultad. — También Marcel.

Louis suspira y toma su teléfono para tirarlo por ahí. — ¿Puedes concentrarte en nosotros ahora? — Da una dura embestida en la próstata de William y lo gira dejándolo acostado bajo el. Sale de dentro suyo oyendo gruñir a su hermano de frustración, pero a los segundos suelta un gemido cuando se coloca en sus caderas penetrándose a sí mismo montándolo.

Así era como manejaban el sexo, cambiando lugares constantemente hasta que alcanzaran el orgasmo porque lo que ellos más querían era ser llenados.

—Esos alfas ahora son tu nueva obsesión.

—¿Y qué sí lo son? —William gime moviendo sus caderas hacia arriba y arrugando la sabana con sus puños mientras Louis araña su pecho. — También son tu obsesión.

Louis gruñe y tomando su propio miembro y sin querer pensando en los fuertes alfas, se corre gritando el nombre de su igual manchando su pecho con su semen. Se levanta y acerca su rostro al miembro de su hermano que pedía a gritos liberación. Lo toma en su boca encontrando su mirada con la suya y segundos después se corre tragando lo más que podía de él. Se separa de él mirándolo con una sonrisa pícara relamiéndose los labios.

—No puedo negarlo.

***

—¿Te ha respondido algún mensaje? —Louis pregunta a Will mientras entran a un bar. Habían decidido matar a alguien esta noche así Madame K no les decía nada.

—No. — William frunce el ceño mirando su celular, pero ninguna notificación aparecía. — Aunque no me importa, hare lo que sea para tener sus pollas esta noche.

—Yo también, asi que no seas tan egoísta. — William rueda los ojos. — Nunca quise que alguien me llene con su nudo, pero gustosamente tomaría el de ellos.

—Somos dos hermanos.

Cuando entran, no se dirigen a la barra a tomar nada. Directamente van a la pista de baile y comienzan a bailar pegados el uno al otro rozando sus cuerpos. Se aseguran de besarse y tocarse lo justo para que de sus entradas salga lubricante natural, cosa que volvía locos a los alfas. Haciendo su esencia más poderosa.

—¿Quién nos está mirando? — William pregunta mientras gime lamiendo la garganta de su hermano mayor y este gruñe.

—Un alfa en un traje carísimo. — Louis murmura tomando el trasero de su hermano en sus manos moviendo sus caderas contra el para crear fricción. — Muy apuesto, y alto.

—Podemos tomarlo. — Louis asiente estando de acuerdo con el tirando del pelo de Will y metiendo la lengua profundo en la boca del menor.

Después de unos minutos, un hombre que Louis nunca había visto antes, se acerca a ellos parando su sesión de besos. Era petizo, con una pancita de haber tomado mucha cerveza, y casi calvo.

Apestaba a dinero y privilegio.

—¿Quieren salir de aquí?

William toma la cintura de su hermano alzando una ceja al, para nada atractivo, hombre frente a ellos.

—¿Qué te hace pensar que queremos eso?

—Son omegas. — El hombre gruñe y los dos chicos fruncen el ceño ante esa respuesta. — Les recomiendo que me escuchen y me den lo que quiero antes de que me vaya y deje que otro alfa los tome. Un alfa que pueda lastimarlos.

Louis ensancha los agujeros de su nariz, pero toma la mano del hombre. Oh, él si iba a disfrutar esto. William lo imita, con sus manos agarrando fuerte la remera de su igual, pero su cara mostraba solo puro odio.

—Disculpen. — Paran de caminar cuando una nueva voz aparece, profunda y calma. — Me parece que ellos están conmigo.

—Ningún alfa dejaría a estos omegas solos. — El hombre bajito responde quejoso. — Mereces que te los quiten, así que ahora muévete.

Louis respira profundo cuando alza la mirada para ver al alfa. El que los estaba mirando mientras bailaban, pero también, era el mayor de los trillizos Styles.

Estaban muertos.

—No, tu muévete. — Edward gruñe apretando su puño mientras se para frente al otro alfa. — Yo los vi primero. Son míos. Ahora, muévete o te dejaré en el hospital.

El alfa mayor hace un sonido de molestia, pero suelta a Louis y se va dejando a los tres chicos.

—¿Tu eres...?

—Edward Styles. — El hombre dice firme con una mirada de asco en el rostro mientras se acomoda el traje. — Y ustedes dos son los omegas por los que mis hermanos están como locos.

¿Cómo podría saberlo? 

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The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora