The Alpha Sirens (Larry Stylinson)

Capítulo 49

Capitulo 49

—Dicen que puedo mantenerlos en secreto por tres meses antes de que se me empiece a notar. — William murmura mientras se mira en el espejo acariciándose la pancita con cariño. — No puedo esperar a sentirlos cuando pateen. Mamá los ama.

Se baja la remera sonriendo suavemente y con orgullo al pensar en tener a sus cachorros. Sale de la habitación para luego bajar las escaleras hacia donde se oía ruido.

—¿Qué esta pasando? — Pregunta a sus compañeros viendo que rodeaban la televisión.

—¡Estoy pateándole el trasero a este hombre, eso es lo que pasa! — Louis ríe y Edward gruñe tirando el joystick al piso haciendo puchero.

—¿Están jugando FIFA? — Harry asiente y Will se sienta en su regazo besando la mejilla de Marcel.

—Louis nos ganó a todos. — Marcel dice frunciendo el ceño.

—Al menos le puede ganar a alguien. — William ríe y su hermano lo mira fijo. — ¡Yo le gano todo el tiempo!

—Claro que no!

—¡Que sí!

—¡Pruébalo!

—Obvio que lo haré. — William se encoge de hombros y toma el joystick de las manos de Edward tomándolo él. — Solo no llores después de ver los resultados.

Los gemelos juegan tres partidas juntos, William ganando cada una por poco. Pero claro, el omega mayor no quería rendirse y lo llamaba tramposo.

—Supéralo. — Will ríe y besa la mejilla de Louis. — No eres el peor de la casa, quédate con eso.

—Si, como sea. — Louis gruñe, pero luego sonríe cuando su hermano huele su cuello luego de besarlo.

—Mamá los amará. — Marcel susurra a sus hermanos mirándolos con amor mientras los omegas están en su mundo jugando entre ellos suavemente. — Son tan buenos para nosotros, no hay manera de que no los ame.

—Será el doble de nietos que tendrá. — William se congela ante esa palabra y mira a Edward. Los alfas los mira fijamente mordiéndose el labio inferior. — Vamos amores.

Se mueven hacia el sillón dejando que cualquier alfa los tome. Harry y Edward tenían a William mientras que Marcel agarro a Louis contra él.

—Hola Haz...—Sonrie y rie bajito. — Eddy...

—¿Estás bien descansado? — El mayor de los trillizos pregunta y el chico asiente en respuesta mientras deja que el alfa lo huela.

Se había olvidado por completo de que el aroma a bebé estaba allí. Edward se aleja de él, sus ojos volviéndose rojos y luego verdes otra vez, pero no dice nada cuando Will lo mira.

—¿Qué quieren de cenar? — Harry les pregunta a ambos.

—Comida italiana. — William dice al instante. —Aros de cebolla, bastoncitos de mozzarella, bife con queso. Dios, eso suena como el cielo. Lo necesito ahora.

—Wow. — Marcel ríe. — Que mezcla.

—Yo quiero comida española. — Louis salta emocionado. — Tacos, arroz y legumbres, empanadas- ¡oh oh! Y flan de postre...

—Ooooooh. — Los ojos se William se iluminan. — ¡Flan!

Los alfas se miran entre ellos ante los pedidos extraños de los gemelos, pero Harry toma el teléfono y ordena todo lo que quieren. Algo estaba pasando, los tres lo sabían, pero no sabían que era.

William se quedó despierto toda la noche, los otros cuatro a su lado. Era pasada la medianoche y todo lo que el omega podía hacer era mirar el techo tocándose la panza.

¿Cómo reaccionaría Louis? ¿Cómo reaccionarían los alfas? No podía abortar, y no podía dejar que Louis lo haga tampoco. No era justificado, y los cachorros eran el sueño literal de William. No iba a lanzar eso a la borda.

—Me pregunto cuántos tendré...— Susurra acariciando la piel con una sonrisa. — ¿Tres? ¿Tal vez más?

Ríe solo antes de acomodarse contra el cuerpo más cercano, Marcel., y se relaja cuando el alfa inconscientemente lo envuelve con sus brazos.

—Papi... — William susurra, aunque el hombre no podía escucharlo. — Serás un papi real ahora. En nueve meses.

Mira al alfa durmiente besando su mandíbula. — No es eso increíble? Yo creo que sí. — Finalmente se queda dormido una vez bosteza. Sus propios brazos envolviéndose en su estómago por toda la noche.