Capítulo 28

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Habían pasado tres meses, toda una estación. Ese es el tiempo que han pasado los omegas sin dar señales de vida, sin comprar armas y municiones, ni chantajeando a nadie.

Ellos ahora tenían compañeros Sirens, aquellos que eran mejor que ellos por supuesto, y algunos Angels para atrapar a Madame K desde adentro.

En solo unas semanas, Louis y William pondrían en marcha el plan y o morirían o sobrevivirían.

—Escúchame. — Louis dice mientras limpia la sangre del cuchillo. — Si sobrevivimos, todavía tenemos que ocultarnos. La policía estará tras nosotros.

—Los trillizos pueden pagar...

—Los trillizos no harán una mierda, William. — Louis responde seco mientras gira su cuerpo hacia él. — ¿Sabes por qué? Porque con esto, ahora Edward tiene todo el derecho de pensar mal de nosotros, no quisimos que suceda, ahora olvídalo. Él sabe que en algo raro estamos. Le dimos pruebas de que somos culpables de ser lujuriosos, no somos leales, no pueden confiar en nosotros, y todo lo demás que fuimos...somos.

Por mucho que dolía admitirlo, él lo sabía. Ambos omegas sabían que era la verdad, no había vuelta atrás.

—¿Recuerdas el plan?

—Si. — William asiente. — Entramos, nos sentamos a hablar con Madame K mientras Kilde tira gasolina alrededor, sobre y dentro de la casa. Cuando la señal sea dada, una sola llamada por teléfono, atacamos a con los Angels que nos ayudaran a derrotarla.

—Habrá una batalla en esa casa cuando sea la hora, así que Jenni estará a cargo de atrapar otros Sirens y Firstliners antes del asesinato. Después, tenemos que ayudar a pelear y con suerte, escapar.

—Todo mientras la casa arda en llamas...

—Todo mientras la casa arda en llamas. — Louis confirma.

—¿Puedo...puedo llamarlos antes de que todo suceda? ¿Para decir adiós? — Louis ve el miedo en los ojos de su igual y suspira.

Es lo último que podían hacer, para relajar sus mentes, y tal vez la de los alfas también.

—Si. — Louis murmura. — Si, vamos a llamarlos.

A la mañana siguiente, los omegas se despiertan nerviosos y listos para enfrentar la muerte. Incluso si tenían éxito, no iba a hacerles fácil lograr salir de la casa quemándose. Podrían quedarse adentro.

Niall les hizo una comida abundante pero saludable, llorando silenciosamente porque nunca pensó que iba a llegar a esto. Estos chicos se habían liberado a través de El Movimiento, y ahora se estaban librando de este.

—Vengan a casa. — Niall murmura mientras los observa preparar las armas y las ocultaban por sus cuerpos.

—No podemos prometer eso. — Louis susurra aguantándose el sufrimiento como su hermano.

—Vengan. A. Casa. — Dice más firme.

En el auto, William toma su celular, con un nuevo número ya que no quería que lo rastreen. Llama al número de Marcel, sabiéndoselo de memoria y lo pone en altavoz.

—¿Hola? — Responde la voz ronca del alfa del otro lado y a los segundos siente su corazón encogerse.

—Papi...— Los gemelos dicen a la vez, con lágrimas acumulándose en sus ojos y sus corazones pesados con solo pensar de como los amores de sus vidas reaccionaran a su horrible confesión.

The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora