Capítulo 55

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—Iremos a una cabaña Lou —William dice con emoción. — Nunca he ido a una cabaña.

—Ninguno de nosotros amor, y hay una razón por eso. — Louis dice mientras mira su pancita sobándola mientras sonríe. — ¿Crees que serán capaces de cambiar?

Eso era algo de lo que ninguno de los dos gemelos había hablado hasta ahora, y ninguno de los trillizos sabia de esto. Ser cambia formas, estaba mal visto en estos días para la sociedad, incluso algunos morían en manos de los oficiales porque eran vistos como una amenaza. Además, era una rareza. Cambiar no era relevante ahora, y los gemelos no querían ver la necesidad de hacerlo.

—Espero que no. — William murmura. — Pueden matarlos Louis. No a mis cachorras, no quiero eso para ellos.

—Yo tampoco quiero. — El gemelo mayor suspira desviando la mirada del espejo ahora mirando a su igual. — No hemos cambiado desde que mamá murió.

—¿Qué pasará si no podemos evitarlo? Sabes lo que dicen sobre los cambia formas.

Louis suspira, lo sabía. Los cambia formas suelen vivir en la naturaleza, lejos de los pueblos asesinos, muchos no pueden evitar ser dominados por el lado salvaje. Su lobo interior llama por la libertad cuando están en la naturaleza.

Los gemelos no eran muy diferentes, es por eso que nunca dejaban la ciudad. Incluso cuando estaban matando gente, se quedaban.

—No podemos arriesgarnos Will. — Louis niega con la cabeza comenzando a tener miedo. — Los trillizos nos matarían.

—Nunca harían algo como eso. — William niega teniendo más fe en sus lazos que eso. — Estamos enlazados.

—Sí, está bien... — Louis murmura obviamente pensando diferente. Pero pronto deja el tema porque Harry entra en la habitación.

—¿Alguien quería crema batida cubierta con moras con pickles?

—Oh, oh, oh — William exclama estirando sus brazos desde donde estaba sentado en la cama. — ¡Yooooooo!

—Aquí tienes ángel. — El alfa le entrega el plato y William comienza a devorar como un oso. — ¿Me das uno?

El omega gruñe tomando un jugoso pickle y golpea la cara de Harry con este mientras el mayor intentaba tomar una mora.

Louis explota a carcajadas mientras Harry se queda parado mirando en shock.

—Es raro que convide, solo en situaciones graves. — El omega mayor se encoge de hombros. — Donde queda la cabaña? ¿Cuán lejos de aquí?

—Más o menos a diez o 15 kilómetros del pueblo. — Harry camina hacia Louis, viendo que era más cortés, y comienza a acariciar su pancita. — Lindo, privado...Un buen lugar para nosotros.

—Creo — Louis dice con una sonrisa leve, sabiendo que el alfa tramaba algo cuando su mano acaricia por arriba de su buzo. — Creo que estás siendo muy provocativo con un omega embarazado.

—Mi omega embarazado.

—Tengo impulso sexual de un lobo en celo ahora mismo. — El alfa gruñe, pero Louis empuja su cara.

—No comiences. Tienes trabajo.

El alfa gruñe moviéndose pegándose más a él en comportándose de manera que empezaría a rogarle.

Louis rueda los ojos mirando a su hermano que se encoge de hombros.

***

La noche anterior al viernes, el día que se irían a la cabaña, Louis había despertado a Will y ambos estaban hablándoles a sus pancitas.

—¿Qué piensas que serán? Hablando en término de lobo.

—Creo que omegas y alfas, no se cuántos. — Louis susurra la respuesta, riendo felizmente mientras toca la pancita de su hermano. — ¿Tu?

—Un beta, o dos, no estoy seguro de los demás.

—Betas sería lindo. — El otro omega concuerda. — No habrá celos.

—Serán unos bebés tranquilos. — William murmura. —¡No puedo esperar!

—Yo tampoco.

—Lou — William mira a su hermano. — ¿Crees que si cambiamos los lastimará?

—Te dije —Louis suspira. — Tenemos que retrasarlo lo más que podamos.

William mueve su nariz. Odiaba cambiar tanto como Louis, pero no era tan fuerte como su hermano. Will siempre se deja llevar por los impulsos o deseos, asi es como terminaron con los alfas, y piensa en las consecuencias luego.

Siempre vivió su vida al límite, y eso lo hizo débil ante las tentaciones. Es por eso que Louis estaba con él, para mantenerlo cuerdo.

—No seas tonto Willy.

—Estoy siendo yo mismo.

***

Al día siguiente, en la mañana temprano, empacaron sus cosas y las cargaron en el auto antes de empezar el viaje.

A medida que iban saliendo del pueblo y metiéndose en el bosque, la naturaleza comenzaba a consumir sus sentidos y William golpea levemente con las palmas de sus manos la ventana.

Louis pellizca su muslo cuando deja salir un sonido de ruego por querer salir. Marcel los mira, pero Louis lo besa tratando de distraer al alfa y a sí mismo.

—¿Está todo bien ahí atrás? — Edward pregunta oyendo la sesión de besos y los suaves quejidos de William.

—Ammm...— William tose aclarándose la garganta, apretando sus puños mientras Harry baja la ventanilla dejando que entre el fresco aire y olor a pinos. — Ahh, sí, sí. Perfectamente bien.

—Está bien...

Esto iba a ser el infierno.

The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora