Capítulo 52

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—No, no puede ser, absolutamente no — Marcel exclama sin poder creer lo que oía, niega con la cabeza repetidas veces. — No están embarazados. ¡No puede ser!

—Marcel, vamos. — Edward rueda los ojos. — Leíste todo el articulo tal como yo lo hice. Todo está ahí.

—No. — Marcel repite. — Solo porque están engordando un poco y huelen raro... no significa nada. ¿Tal vez están entrando en celo?

—Creo que ya pasamos por eso...— Harry murmura mientras abre el armario para agarrar ropa. Habían planeado quedarse en lo de su madre unos días.

Marcel mira fijo el vestidor por bastante tiempo hasta que Edward lo codea sacándolo del trance. — ¿Qué estas mirando?

El menor de los trillizos lo mira. — Buena broma chicos. ¿Dónde están todas mis remeras?

Harry niega con la cabeza. — Ammm, yo no fui. Las mías tampoco están.

Edward estaba en silencio hasta que abre su armario donde tenía sus remeras. — ¿Qué diablos? — Mira hacia el pasillo asomando la cabeza. — ¡Louis y William! Vengan aquí, ahora mismo, ¡maldita sea!

A los dos omegas les lleva un minuto en llegar al cuarto, sintiéndose realmente perezosos este día. Se paran frente a Edward, Louis lucía cansado e irritado. William estaba algo triste. — ¿Qué?

—No me digan "Que", ¿Dónde está toda nuestra ropa?

William se pone pálido y Edward sabe que lo atrapó. — Will...— Sostiene su hombro mirando hacia él. — Dime dónde está.

—B-Bueno veras...alfa, amm...— Tartamudea y Louis le gruñe bajito.

Edward gruñe fuertemente y William estaba lloriqueando sin control. — ¡La necesito! ¡No puedes llevártela! — Ahora estaba escupiendo gruñidos entre palabras. Golpea la mano de Edward alejándola de él corriendo fuera de la habitación.

Edward mira a Louis expectante pero el omega se cruza de brazos. — No te diré ni una mierda.

El alfa aprieta la mandíbula. — Ustedes dos están malditamente haciéndome perder la paciencia. Necesito empacar. ¿Dónde.está.mi.ropa? — Gruñe a Louis, sus ojos volviéndose rojos.

—No voy a decirte. — Louis dice de forma desafiante y Edward alza los brazos rindiéndose, unos segundos depues sale del cuarto.

Sigue el fuerte aroma de William hacia la habitación de invitados. No ve absolutamente nada cuando entra, pero sigue los pequeños sonidos de llanto que venían del gran armario de dos puertas.

Allí, William estaba llorando a mares, acurrucado en un enorme nido de ropa. Su ropa.

—Oh vamos, ¿Qué esto?

William le lanza un sweater aullando fuerte y dramáticamente. — ¡Eres muy cruel! ¡Ya no me amas, no compartes conmigo! ¡Eren un gran malito, no te soporto!

Edward se soba las sienes suspirando. — Jesús Cristo ayúdame. — Sale del cuarto volviendo hacia la habitación principal tomando a Marcel del brazo. Arrastra al confundido alfa hacia el cuarto y lo para en frente del armario.

—Mírame a los ojos y dime que no está embarazado.

William gime bajito aun llorando, hundiendo su rostro en una blusa que olía a Harry antes de gruñir y mirar enojado a Edward. — No lo estoy! ¿Qué sabes tú gran tonto? ¡Vete al diablo! ¡Los dos, se creen muy sabios, pues no aguantare esto!

Marcel mira fijo a Edward alzando las cejas. Luego mira a Will tosiendo aclarándose la garganta. — ¡Primero que nada, sabes lo que pienso sobre maldecir! ¿¡Segundo, que significa todo esto!? ¿Esa ropa es mía?

—Nuestra ropa. — Edward murmura. — Míralo. Armando un gran nido. Con las hormonas por el cielo. Ahora, ¿qué decías sobre que esto no es evidencia suficiente?

—Bueno, Louis...

—Louis también tiene que ver con esto. Y está allí tratando de arrancar la cabeza de Harry. — Edward lo corta rápidamente negando con la cabeza. — Acéptalo.

Marcel suspira. — Creo que necesitamos hablar esto...

The Alpha Sirens (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora