Miedo

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POV Natalia

La semana había pasado rápida y sin incidentes con el padre de Alba, parecía que hubiese desaparecido. Ojalá fuese así.

Por otra parte mis padres habían aparecido por el piso de Marta. Interiormente sabía que en cualquier momento tocarían al timbre o los encontraría en el portal esperando mi llegada. Se había hecho costumbre que antes de poder visualizar mi portal vacio estuviese en tensión y rodando el skate con una gran incertidumbre.

Hoy no era un día diferente.

Llegué suspirando con alivio cuando vi que mis padres no estaban en el portal y subí a mi casa. Una vez arriba comí y empecé a trabajar y estudiar, tenía que darme prisa por qué a la noche nos íbamos casi todos de cervezas y más tarde yo tenía pensado acercarme al club donde trabajaba Alba.

Cuando el reloj marcó las ocho dejé de trabajar y me metí en la ducha, dándome un baño renovador. Al salir, revisé el móvil encontrándome con varios mensajes de Alba.

Sonreí feliz mientras le contestaba, hoy empezaba su torturadora jornada laboral. Me molestaba mucho que Alba no me dejase ayudarla, perfectamente yo podría pagarle lo que necesitaba. Mi familia era asquerosamente rica y además siendo ella no me iba a doler.

Bloqueé el móvil mientras me sentaba en la cama pensando en ella. Desde la aparición del padre de Alba, ella y yo nos habíamos liado numerosas veces.

No quería pararme a pensar que tal vez todo esto fuese sólo un juego para Alba, por qué además no lo creía. Pero de vez en cuando se me pasaba por la cabeza esa idea.

Yo acababa de dejarlo con Mikel, sí. Pero mis sentimientos por Alba habían crecido increíblemente en tan poco tiempo, había empezando siendo una atracción física pero ahora era mucho más que eso.

Cada vez que me paraba a pensar en las tardes en el hospital escuchando su dulce voz hablarme, explicándome los apuntes, contándome anécdotas de nuestros amigos o llorando se me encogía el corazón. Allí estando yo inerte en aquella cama de hospital fue dónde me prometí a mi misma protegerla siempre, de todo.

Salí del trance en el que me encontraba cuando sonó el timbre. Me vestí rápido sin pensar en la hora y fui a la entrada, pensando que sería Marta o Miki pero al abrir me golpeé mentalmente.

Había estado literalmente las últimas semanas paranoica con observar por la mirilla quien llamaba a mi puerta y por una única vez que se me olvidaba. Tenía que abrirle a mis padres.

POV Alba

2:00 de la madrugada en el pub, la hora que más odiaba. Era justo cuando la gente empezaba a entrar ya borracha de fuera y tenía que aguantar el doble de gilipolleces.

Iba bastante agobiada con una bandeja llena de bebidas para una mesa cuando un chico que al principio no distinguí me hizo la zancadilla. No caí por suerte, pero mi bandeja no tuvo la misma suerte y rompí alrededor de ocho vasos con bebida. Me giré para increpar al borracho de turno pero me helé al ver quién había provocado eso, era Mikel. Simplemente me dio una mirada seria y desapareció entre la multitud. Le quería romper la cara.

Continué mi trabajo, ganándome también los gritos de mi jefe por la caída de la bandeja. Sin duda, estaba siendo un viernes nocturno de mierda.

Hacía tiempo que no veía a Maria por el club y eso era otra cosa que me agobiaba, quería contarle lo sucedido.

No la volví a ver el resto de la noche por lo que acabe pensando que había vuelto a casa pronto por alguna razón.

Cuando por fin dieron las 5:00 de la madrugada salí del club, hacía mucho frío fuera. Empecé como cada viernes mi largo camino hasta casa pero nada más girar la primera esquina supe que algo no andaba bien. Lo escuchaba, escuchaba a alguien seguirme. Tragué saliva con miedo pensando en posibles soluciones, no podía meterme en ningún comercio por qué permanecían aún todos cerrados, correr era mala idea también por qué llevaba tacones y además fuese quién fuese no le iba a ser díficil alcanzarme.

No sabía que más podría hacer, mi mente iba a mil por hora y me congelé cuando escuché esa voz.

"Alba Reche" Llamó. Paré en seco, apretando mis nudillos con rabia y asco. La sangre me hervía, me giré en dirección a él y ahí estaba de pie parado mirandome. Por alguna razón, el miedo anterior había desaparecido y únicamente sentía rabia.

"Eres un imbecil" Fue lo primero que solté.

"Y tu eres muy valiente a mi parecer. Me recuerdas a un chiwuaua; Pequeño y peleón pero que si se encuentra con un Pitbull, este se lo come en un cerrar de ojos" Dijo amenazante acercandose a mí. Este gilipollas no me iba a intimidar.

"Te crees muy hombre, ¿no?" Dije riendome sarcasticamente. "Te piensas que puedes intimidar a cualquier chica y al ver que fallas te hiere en el orgullo, ¿verdad?" Dije acercandome mientras sigilosamente sacaba mi móvil del bolsillo trasero.

"¿Quieres acabar en el hospital Reche?. No te combiene por qué como ambos sabemos, no te lo podrías pagar" Dijo sonriendo prepotentemente. "Eres una pobre camarera que no tiene ni un duro que pueda gastar en tiempo libre. Das mucha pena, ¿te crees que Natalia va a querer estar con alguien así? eres una ilusa."

Me reí ante su ataque económico, sus palabras no me habían afectado ni lo más mínimo. Aunque realmente lo último si que se me hubiese pasado por la cabeza alguna vez. Con cuidado de que no se notase desbloqueé el móvil.

"¿Te piensas que me voy a poner a llorarte o algo tal vez?" Dije indiferente.

"Tal vez, deberías alejarte de Natalia y dejarla ser feliz"

"¿Ser feliz contigo?" Pregunté. Él prepotentemente asintió y yo continué "No veo como puede ser feliz con un gilipollas que la deja 12 dias ingresada, Mikel" Estabamos bastante cerca.

"Esto que va a ocurrir; consideralo mi primer aviso" Dijo sonriente "Chicos" Llamó, de la nada salieron dos chicos bastante corpulentos, uno de ellos me arrebató el móvil y lo lanzó al suelo ante la risa de Mikel y se pusieron a su lado "Ya sabéis que hacer. Nos veremos Alba Reche" Dijo para después desaparecer.

Ahí fue cuando el miedo volvió en forma de pánico.

Not Again || AlbaliaWhere stories live. Discover now