Momentos difíciles

16.2K 733 121
                                    


POV Alba.

Natalia no bromeaba con eso de comprar media floristería, literalmente ambas habíamos acabado con dos ramos enormes con todo tipo de flores. Fue ella la que pidió un taxi para que nos acercase al cementerio. Al subirme, me empecé a poner nerviosa de inmediato. No sabía si estaba preparada pero quería al menos intentar afrontar aquello. El coche arrancó y noté la mano de Natalia sobre la mía, me giré hacía ella y le di una sonrisa agradecida. Ella solamente se acercó y me dio un pequeño beso en los labios, lento y cariñoso. Cuando nos separamos suspiré girándome a mirar el paisaje intentando evadirme. Junto a las caricias de Natalia en mi mano lo conseguí por momentos.

Llegamos media hora más tarde, fue Natalia la que se encargó de pagar mientras que yo bajaba del coche encontrándome con lamentada principal del lugar dónde los cuerpos de mi madre y mi hermana residían. Sentí cómo Natalia entrelazó nuestras manos y me giré a mirarla.

''¿Preparada?'' Dijo acercando mi mano a su boca, para dejar un casto beso en ella. Yo suspiré temerosa.

''Creo que no puedo'' Dije inmediatamente con miedo. Empezaba a sentir como me costaba respirar. Natalia se puso frente a mí y puso sus manos en mi rostro.

''Eh, mírame'' Dijo ella buscando el contacto visual, le hice caso y ella acarició mi rostro ''No tiene por qué ser hoy si no estas preparada'' Dijo haciendo una pausa mirándome fijamente. Yo negué con la cabeza. ''Vamos a hacer lo que tu quieras, no te sientas culpable por haber venido y querer irte o por no sentirte capaz de entrar. Eres humana bebé'' Comentó ella, haciendo que sus palabras calasen en el interior de mi cabeza, ayudándome a razonar.

''Poco a poco'' Dije ''Quiero entrar, quiero verlas, quiero hablarles. Pero, ayúdame a guiarme poco a poco por favor'' Pedí. Ella asintió dándome la mano y empezó a caminar hacía la entrada. Se detuvo justo en la entrada y se giró hacia mi.

''¿Quieres entrar?'' Preguntó asegurándose de que no me obligaba a nada. Yo asentí y juntas pisamos la fría acera de la entrada del cementerio. Suspiré mirando al frente, cientos de tumbas nos rodeaban y yo, no tenía ni idea de donde se encontrarían las tumbas de mi madre y mi hermana, le comunique sus nombres a Natalia para que ella también le fuese más fácil, Rafi Reche y Marina Reche. Decidimos empezar a buscar a algún empleado que nos ayudase, nos topamos con una mujer mayor saliendo de una especie de oficina y fue Natalia la que soltó mi mano y corrió hasta alcanzarla, mantuvo una pequeña conversación con la anciana y esta misma le señaló una zona del cementerio. Natalia volvió a mí y me comunicó que ya sabía donde se encontraban.

Me guió hasta una esquina de aquel cementerio, me iba dando cuenta cada vez que avanzábamos más que las tumbas de aquella zona estaban bastante descuidadas, con malas hiervas o incluso ramas tapando los nombres. Natalia iba concentrada murmurando números, seguramente siguiendo las instrucciones. Cerré los ojos nerviosa intentando mantener la calma cuando sentí que se detuvo. No me atrevía a abrirlos, sentí como ella me soltaba la mano y escuché como empezó a apartar malas hiervas, después hubo un suspiro y un silencio de unos segundos.

''Albi'' Habló ella acariciando mis brazos. ''Están aquí'' Dijo cuidadosamente. Abrí los ojos encontrándome de frente a Natalia mirándome preocupada se apartó de delante poniéndose a mi lado y ahí las vi. Después de tantos años, por primera vez estaba ante mi madre y mi hermana aunque fuesen lápidas. Las primeras lágrimas no se hicieron esperar y caí de rodillas frente a ambas tumbas.

''Lo siento, lo siento'' murmuraba en llanto, repitiéndome mil veces mientras me ahoga en mis propias lágrimas. Natalia me abrazó desde atrás y no dudé ni un segundo aferrarme a su cuerpo mientras lloraba.

''No pasa nada, desahogarte bebé'' Susurró ella contra mi oreja.

No sé durante cuanto tiempo estuve llorando abrazada a Natalia frente a las tumbas de mi madre y mi hermana, pero fue lo suficiente para observar que el sol empezaba a esconderse. Para cuando dejé de llorar y me tranquilicé algo enfrente de nuevo ambas tumbas.

''Lo siento'' Empecé a hablar. ''Siento que hayáis estado tan abandonadas, siento no haberos visitado. No quiero que penséis que os he olvidado, no lo he hecho, nunca lo haré. Marina, cada día pienso en el brillo de tus ojos o en tu fantástica sonrisa cuando me contabas algo que te había ocurrido en el colegio. Mamá, te echo tanto de menos. Tus consejos eran los mejores, durante todo este tiempo siempre que caía intentaba imaginarme cual sería tu consejo o qué me dirías. Incluso intentaba engañarme a mi misma pensando estar junto a ti en la cama cuando me iba a dormir, acudiendo a ti en mis noches de pesadillas.'' Había empezado a sollozar pero no quería parar de hablar aún. Solté una risa entre llantos a punto de contarle aquello a mi madre. ''Vivo con Maria, aquella niña que te caía tan bien por su soltura. Ahora la adorarías mamá. Aunque no me lo haya dicho yo sé que ella durante su vida también ha seguido los pocos consejos que le dijiste en algunas ocasiones. Incluso su primer tatuaje, fue tu nombre mamá. Lo hizo borracha una noche en la que te recordamos pero eso no le quita mérito'' Reí dejando mis lágrimas caer. ''Marina, no te haces una idea de lo mucho que te echo de menos a ti también. Si tan sólo pudiese escuchar tu angelical voz o tu infantil risa una vez más'' Bufé bajando mi mirada al suelo.

Sentí la mano de Natalia sobre mi hombro y me giré a mirarla, sorprendiéndome al verla llorando también. Cogí aire abrazándola y le di un pequeño beso en la mejilla. ''Mamá hay algo que aún no te he contado'' Empecé dirigiéndome de nuevo a las tumbas. ''Esta chica que esta aquí conmigo es Natalia, la conocí en la universidad y es mi novia. Ella me ha salvado, literalmente. Ha estado conmigo durante mis caídas, ha conseguido ayudarme a mi misma de lo que yo no podía. Sé que te hubiese encantado abrazarla, no te preocupes porque también tengo la certeza de que me aceptas. Eras tú la que me decía que Maria tenía que empezar a dejarse llevar con su primera ''amiguita'' sin pensar en los perjuicios''

''Su hija es una gran luchadora'' Habló Natalia dirigiéndose a mi madre. No podía evitar sentir mis lágrimas caer de nuevo abrumada. ''Ha pasado por mucho y aunque diga que he sido yo. Siento decirle que yo no he sido la que la ha salvado pero que se tiene que sentir orgullosa por qué ha sido su hija la que siempre se ha salvado a si misma, ella sola ha luchado a contracorriente, ha sido una gran gladiadora. Ahora sólo puedo prometerle que intentaré protegerla y hacerla feliz todo lo que ella me permita'' Habló, Besó su mano y la coloco en ambas tumbas.


Mi corazón se encogió con muchísima emoción.

Not Again || Albaliaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें