Flowers

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POV Natalia

Entramos estrepitosamente a mi casa entre besos, la puerta de la entrada se cerró debido a que la empujé contra a esta mientras atacaba su cuello. Ella suspiraba audiblemente excitada y ambas soltábamos pequeñas risas. Ella saltó y la agarré mientras enredaba sus piernas en mi cintura, atacando de nuevo mis labios, los cuales gustosamente recibí.

Avanzábamos con pasos torpes hacía mi habitación mientras nos besábamos sin cesar. Ambas jugábamos con nuestras lenguas en un beso fogoso pero llegó un momento en el que al llegar a los pies de la cama los besos disminuyeron en intensidad poco apoco. Hasta que juntamos nuestras frentes, juntamos de nuevo nuestros labios pero en un beso lento y cuidadoso. Puse mi mano en su mejilla acariciándola con cuidado. Con cuidado y sin prisa la tumbé en mi cama, quedándome encima de ella. Le besé de nuevo y ella sonrió entre el beso, sin duda esa era una de las sensaciones que más me llenaban.

No íbamos deprisa, todo lo contrario. Nos desvestimos sin prisa, lentamente entre besos y caricias. Me encantaba oír sus suspiros ante cada pequeño beso que dejaba sobre su piel, sobre sus cicatrices, sobre sus zonas sensibles. Mi mano poco a poco se colaba por sus pliegues íntimos, en cuanto toqué su clítoris ella dio un pequeño jadeo mientras yo me dedicaba a besar su cuello.

Empecé a masajearle más aquella zona, estableciendo un ritmo constante. Ella empezó a gemir mientras sus manos se agarraban fuerte en mi espalda. Mordí levemente su cuello, provocándola más. Ella estaba fuera de si, cosa que me encantaba presenciar, como de costumbre me acerqué a su boca y la besé mientras ella acallaba sus gemidos en mi boca. Aquello me causaba incluso placer. Incrementé el ritmo y ella empezó a gemir con más fuerza, sentía como clavaba sus uñas en mi piel, estaba cerca y en tan sólo unos minutos después llegó al orgasmo entrecerrando los ojos mientras respiraba agitadamente. Me acerqué a ella dejándole pequeños besos cariñosos por todo su rostro, ella sonrío poniendo su mano en mi mejilla. Besándome lentamente.

No hizo falta hablar, ella se movió atacando mi cuello y empujándome de manera que se subió encima de mí. Susurró un 'me toca' que sólo consiguió encenderme aún más. La miré a los ojos descubriéndolos dilatados y más oscuros de lo normal, sin duda me encantaba verlos de aquella forma. Empezó a bajar por mi cuello masajeando mis pechos, besándolos y lamiéndolos, haciéndome jadear y gemir.

Creo que hablaría demasiado de contar todo lo que ocurrió aquella tarde, nos quedamos buena parte de esta satisfaciéndonos mutuamente, llamándonos insaciables. Riéndonos bromas y simplemente estando abrazadas. Tal como nos encontrábamos en ese momento.

''Te confieso que la idea que se me había ocurrido para despejar la mente no era exactamente esta'' Comentó ella, estaba apoyada en mi pecho y abrazada a mí. Me giré hacía ella interrogante. ''En un principio te iba a proponer que me llevases a nuestro parque para practicar con el skate'' Dijo. ''Pero... esta idea me ganó'' Concluyó. Solté una risa moviéndome para besar su frente.

''Aún tenemos tiempo para hacer eso también'' Comenté. ''Sólo tendríamos que mover el culo'' Ella soltó una carcajada acurrucándose más contra mí.

''Vale'' Dijo ella. ''Pero primero durmamos un poco. Estoy agotada, cariño'' No pude evitar soltar una carcajada.

''Creo que entiendo por qué estas tan agotada'' Comenté.

''Es que estoy vieja para tanto esfuerzo físico. Capaz que me despierte con agujetas ¿sabes?'' Me reí de nuevo y me acerqué a besarle la frente, aún no contenta con eso bajé a besar su mejilla y por último sus labios. Dejando un casto beso.

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No tengo ni idea de en que momento nos dormimos, pero me desperté debido a que mi móvil sonaba desde la mesa auxiliar. Gruñí somnolienta mientras con mi brazo conseguía el teléfono

''¿Si?'' Contesté sin ni siquiera mirar de quién se trataba.

''¡Morena! ¿Tienes tú a mi mejor amiga?'' Gritó desde la otra línea.

''Sí, está aquí María'' Dije sonriendo mientras veía a Alba despertarse y mirarme al teléfono mientras asomaba una sonrisa.

''Dile que gracias por avisarme de que no iba a estar. Me hubiese ahorrado lo que vale el hotel con Afri sabes'' Comentó ella. Solté un bufido impresionada con la solteza que tenía Maria en ocasiones y miré a Alba.

''Dice que podrías haberla avisado por qué se hubiese ahorrado un hotel'' Comenté. Alba soltó una mini carcajada y acercó su rostro a mi móvil, dejándonos a ambas a centímetros.

''¿Desde cuando te importa que yo esté en el piso, Maria?'' Dijo con una sonrisa traviesa. Escuché a Maria excusarse desde la otra línea pero en ese momento, a tan poca distancia de la chica de la cual estaba enamorada no podía evitar despistarme y adorar su belleza. Era increíble el efecto que Alba Reche tenía sobre mí.

Unos minutos después, finalmente la llamada se colgó y con ambas totalmente despiertas decidimos vestirnos para salir a dar una vuelta aunque fuese para respirar aire fresco. Tranquilamente caminamos por más de una hora, incluso nos llegamos a sentar en una de las típicas terrazas del centro. Fue cuando retomamos el camino que Alba me pidió aquello.

''Nat'' Empezó. Enseguida noté en su voz que algo le preocupaba así que me giré hacía ella mientras andábamos.

''Dime guapa'' Dije sonriéndole.

''Aún es bastante pronto y... bueno yo, y-yo he hablado con s-sabela varias veces por teléfono y b-b-bu-bueno me dijo que d-eberia ya sabes eso v-visitar y bueno yo'' Había empezado a hablar atropelladamente y la calle poniendo un dedo en su boca mientras le chistaba. Poniendo ambas manos en su cintura mientras detenía mi camino.

''Despacio cariño, te escucho'' Dije intentando relajarla. Ella dio un largo suspiro el cual también aprovechó para coger aire. ''¿Vale?'' Pregunté intentando asegurarme de que estaba bien.

''Esta bien'' Dijo ella asintiendo. ''Hablando con Sabela hace semanas por teléfono. Me recomendó ir al cementerio.'' Soltó bajando su mirada al suelo. Puse mi mano en su mentón levantándole de nuevo la mirada hacía mi y con esa misma mano la redirigí a su mejilla, acariciándola. ''Nunca he ido a visitarlas. Me gustaría ir contigo por primera vez, así podría presentarle a mi madre a la persona que ella me contaba que algún día encontraría y me protegería, me cuidaría y me amaría'' Acabó confesando. Sentí como por momentos mi corazón se encogía y asentí emocionada.

''Claro que te acompañaré, al igual que si quieres podemos ir ya mismo'' Dije con emoción. Me acerqué y le besé los labios suavemente.

''¿Podemos ir a comprar unas flores primero?'' Preguntó.

''Vamos a comprar media floristería si hace falta para visitarlas'' Dije decidida.

Not Again || AlbaliaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant