Ahogo

16K 695 31
                                    

POV Natalia

"¿Por qué no tuvisteis relaciones sexuales?" Preguntó Sabela, miré de nuevo a Alba y noté como lo estaba pasando mal. Realmente mi interior me gritaba que interviniera e hiciera cesar las preguntas invasoras de este tipo pero no estaba en mi mano nada de esto, únicamente había venido para apoyarla y a través de mis continuos apretones y caricias en su mano intentaba desesperadamente hacérselo llegar.

"Yo, por mí" Dijo levantando la mirada del suelo hacia Sabela. Segundos después volvió a fijar la vista en el suelo.

"¿Puedes hablarme de tu famila?" Tragué seco, realmente lo estaba pasando fatal.

"Eramos una bonita familia" Empezó. "Pero mi madre y mi hermana murieron en un accidente. Sobrevivimos mi padre y yo únicamente" Le di un pequeño apretón a la mano.

"¿Que hacía tu padre después del accidente?" Dijo la psicóloga a sabiendas.

"Bebía mucho, empezó a cambiar tanto que ni lo reconozco si pienso en él cuando mi madre y hermana estaban vivas"

"Te pegaba" Dijo más como afirmación que como pregunta Sabela. Alba asintió suspirando. "¿Cual era la frecuencia?"

"Generalmente, la mayoría de los días" Confesó. Cogí aire impotente ante lo que Alba contaba.

"¿Abusó sexualmente de ti?" Dejó caer Sabela, abrí los ojos con un miedo irracional mirando hacía Alba esperando su respuesta, me relajé cuando Alba negó con la cabeza. Solté el aire que no sabía que había estado reteniendo. "¿Dónde te pegaba?" Preguntó Sabela.

"Generalmente por todo el tronco y espalda, en el rostro únicamente recibía bofetadas" Mis ojos se estaban empezando a aguar con todo esto y los cerré intentando concentrarme en que tenía que permanecer fuerte por ella, por mi Albi.

"¿Te llamaba de alguna forma en especial mientras te pegaba?"

"Puta, zorra y Albita" Dijo casi en un susurro.

"¿Tu ex novio estaba enterado de todo esto?" Preguntó la psicóloga. Miré a Alba que soltó una risa sarcástica mientras negaba, tenía lágrimas por sus mejillas que ya habían empezado a caer. "Antes has dicho que no mantuviste relaciones sexuales con tu ex" Dijo recapitulando "¿Fue debido a que si te desnudabas él descubriría cosas debajo de tu ropa?" No podía más y solté la mano de Alba levantándome repentinamente del sofá.

"Yo, lo siento. Tengo que ir al baño" Dije con la voz rota mientras caminaba hacía la puerta, salí de ahí a toda prisa y me metí en el baño. Me senté en la taza y empecé a llorar todo lo que había estado reteniendo en mi interior.

Lloraba por impotencia, me dolía mucho que Alba tuviese que haber pasado por todo eso, me dolía que no hubiese encontrado ayuda a tiempo, me dolía que tuviese que haber soportado durante tanto tiempo esa rutinaria tortura por parte de su padre, me dolía que su madre y hermana les faltase. Simplemente me dolía.

Me tiré unos veinte minutos intentando reunir las fuerzas para volver a serenarme y entrar de nuevo para apoyarla. Debía hacerlo por ella, si yo lo estaba pasando mal no quería imaginarme como lo estaría pasando Alba. Así que me mojé la cara con agua fría, respiré profundo y salí de nuevo a la recepción acercándome a la puerta donde en el interior se encontraba Alba, toqué tres veces a la puerta y abrí con cuidado. Encontrándome a Sabela en la misma posición donde la dejé y a Alba con los brazos cruzados y los ojos rojos e hinchados, habían ocurrido cosas en mi ausencia. Me acerqué de nuevo al sofá y me senté de nuevo.

"Lo siento" Les dije a las dos. Sabela negó con la cabeza dándome a entender que no pasaba nada mientras que Alba buscó mi mano y la apretó contra la suya mientras la oí suspirar. Acaricié su mano con mi pulgar y Sabela volvió a hablar.

"Bueno, como iba diciendo. Alba, seguro que la Maria que me cuentas debe ser un personaje increíble" Giré mi mirada hacía Alba que asentía con una sonrisa sincera.

"Lo es, te lo aseguro" Comentó.

"Entonces empezaste a beber cervezas a escondidas con ella a los 15 años" Ella asintió.

"Eramos unas malotas" Dijo Alba sonriendo.

"A parte de eso ¿qué hacías en tu tiempo libre?"

- - -

Media hora después salíamos de la consulta cogidas de la mano, menos mal que la última media hora había sido más relajada, la verdad.

"¿Estas bien?" Le pregunté a Alba que se mantenía andando callada.

"Si, sólo es que ha sido un poco duro. Estoy intentando procesar lo ocurrido" Dijo pensativa. "¿Tú estas bien?" Dijo girándose hacía mí.

"¿Yo?" Dije intentando ganar tiempo para pensar. Alba mantuvo su mirada de no creerme y suspiré. "Lo he pasado mal" Confesé. "Me sentía impotente y ha habido un momento que ha sido demasiado para mí. Siento haberte dejado sola" Alba negó suspirando.

"Tranquila Nat, lo entiendo. Casi me alegro que no estuvieses en las preguntas que han seguido cuando te has marchado, era demasiado explícito" Dijo tragando saliva.

"No puedo imaginarte sufriendo de la manera en la que lo describes todo, Alba" Dije afectada. "Me duele demasiado" Confesé.

Alba se acercó a mí y me abrazó, no dudé en corresponder ese abrazo dejando caer algunas lágrimas.

"Es pasado, tranquila" Dijo separándose y quitándome las lágrimas. "Ahora te tengo a ti, contigo sé con certeza que estoy a salvo y que no me va a ocurrir nada Nat" Dijo sonriendo.

Cogí aire intentando tranquilizarme y asentí "Nada te va a ocurrir mientras pueda hacer algo al respecto" Confirmé.

Empezamos a andar y aprovechando que era ya de noche se me ocurrió una idea para alegrar el ambiente. "¿Te puedo invitar a cenar?" Pregunté "Si quieres luego, el paseo va a tu cuenta" Bromeé. Alba se río y asintió.

"Me parece bien, Natalia Lacunza" Le sonreí y nos dimos la mano de nuevo y reanudamos el paso por la ciudad, el ambiente seguía siendo navideño y gracias a ello justo en ese precioso momento la bombilla que residía en mi cabeza se iluminó. Se me acababa de ocurrir su regalo perfecto para navidad.

Not Again || AlbaliaWhere stories live. Discover now