the devil is dead

13.9K 730 133
                                    

POV Natalia

Después de disfrutar viendo como María callaba las bocas de todos los presentes más de una vez con sus palabras sin un mínimo de filtro y totalmente sinceras el abogado del padre de Alba tuvo suficiente.

Escuché mi nombre y tragué saliva acercandome a aquel lugar, juré aquel rollo de decir la verdad y me senté nerviosa a la espera de las primeras preguntas.

Levanté la cabeza mirando a Alba y conectamos nuestros ojos, los suyos mostraban todo el nerviosismo y miedo que retenía así que intenté transmitirle calma, sonriéndole.

"Buenas tardes señorita Lacunza" Empezó el abogado que había contratado. Asentí con la cabeza a modo de saludo.

"Buenas tardes" Respondí educadamente.

"¿Usted ha estado presente en varios escenarios en los cuales estuvo el acusado?" Asentí de nuevo.

"Así es" Respondí seria.

"¿Puede describirmelos?" Carraspeé mi garganta y empecé a relatar poco a poco todos los encuentros que había tenido con el padre de Alba.

Desde el primero; cuando sorprendió a Maria y utilizamos la excusa de que compartiamos piso para esconder a Alba. Pasando por el incidente de su padre intentando irrumpir en su casa y recalcando que fue denunciado. Hasta el último de todos, por el que finalmente se estaba celebrando este juicio.

"Gracias por relatarnos lo ocurrido señorita Lacunza. He acabado" Dijo nuestro abogado sentandose al lado de Alba. Suspiré observando como el abogado del padre de Alba se acercaba a mí.

"Hola, Natalia Lacunza" Saludó con una sonrisa de oreja a oreja. Bufé y siendo cortés asentí con la cabeza.

"Buenas tardes" Dije.

"Bueno, empecemos... Usted es la actual pareja de Alba Martínez Reche, ¿no?" Fruncí el ceño sin entender muy bien que tenía que ver aquello pero asentí.

"S-si, lo soy" Había tartamudeado y me maldije internamente por aquello.

"Bien, señorita Lacunza. Hemos estado investigando un poco" Dijo mirando hacía la jueza. "Y hemos descubierto que la joven que tenemos aquí frente a nosotros hurtó más de 100 000€ a sus padres." Abrí los ojos como a platos mirando en dirección a la jueza.

"Protesto. Ataque sin motivo a una testigo" Dijo de inmediato nuestro abogado. Se hizo un silencio expectante, la jueza no sabía muy bien como proceder. Finalmente levantó el mazo y lo golpeo.

"Se deniega, prosiga" Tragué saliva mirando hacia Alba que movía nerviosa su pierna derecha mientras se mordía las uñas. Suspiré bajando la mirada y pasándome las manos por ello pelo.

''¿Cómo justifica esos hechos?'' Preguntó el abogado de su padre con una sonrisa digna de quitar con una buena hostia. Di un profundo suspiro poniéndome recta en mi sitio.

''No los hurté porqué no existe denuncia alguna de mis padres sobre mí por ese hecho. Además, fue dinero que posteriormente se acordó que fuera para mi independencia.'' Dije defendiéndome de aquella acusación. Ciertamente era verdad.

''Podemos tener una breve llamada con su padre por Skype en este mismísimo momento señoría, tenemos su contacto'' Tensé mi mandíbula flipando con lo fuerte que estaba siendo esto, no me lo podía creer.

''Protesto'' Habló nuestro abogado. Lo miré nerviosa. ''Este juicio trata sobre el caso de mi cliente, no sobre la vida privada de su pareja'' Miré hacía la jueza.

''Se acepta. Si no tiene nada más que preguntarle que realmente resulte útil para el caso ordeno que la señorita Natalia Lacunza vuelva a su sitio y pase la denunciante y víctima'' Ordenó. Suspiré aliviada viendo cómo el abogado de su padre tensaba la mandíbula con rabia y volvía a su sitio. Esa fue mi señal para levantarme y la señal De Alba para que se acercase a mi lugar. Me levanté viendo como Alba se acercaba temerosa y le di una pequeña sonrisa, acariciándole el brazo.

''Todo va a ir bien'' Le susurré rápidamente debido a que no podíamos cruzar palabras durante el juicio. Me fui a mi sitio y miré a Alba, viendo como me observaba desde su lugar. Me asintió mientras suspiraba y agarré de nuevo la mano de Maria con fuerza y nerviosa.

''Todo va a ir bien'' Me dijo esta vez Maria a mí. Resultaba que yo también necesitaba escuchar aquello.

El principio fue suave, nuestro abogado intento mantener a Alba cómoda en todo momento con las preguntas que le hacía. Pero en el momento en el que vi levantarse al abogado de su padre me puse en alerta de inmediato, podía ver el malestar en las facciones de Alba y estaba siendo horrible estar ahí y no poder ayudarla.

Las preguntas del abogado de su padre eran despiadadas, iban sin duda a hacer daño. Con sus palabras intentaban dañar la moral de la pequeña y hacerla parecer insegura sobre sus propias palabras, seguramente en un intento de que todos dudasen de ella. Nuestro abogado hizo todo lo posible evitando que Alba tuviese que contestar a ciertas preguntas. En el momento en el que nombraron a Sabela supe que estaban tanteando terreno peligroso para la estabilidad emocional de la rubia.

''Les voy a matar'' Susurró Maria a mi lado. Me giré a verla asintiendo de acuerdo.

La destruyeron psicologicamente, sí. Para cuando la jueza ordenó que era suficiente Alba ya era un mar de sollozos, notaba desde mi propio cuerpo la ansiedad de la rubia y sentía una impotencia desgarradora por no poder hacer nada. Se sentó en su sitio y sin importar nada me iba a acercar a ella pero Maria me agarró del brazo notando mi intento. Suspiré resignada y esperé a que alguien hablase.

''Señoría, ya que la defensa del señor Martínez ha hablado y hecho preguntas sobre un tema bastante privado he pensado que podríamos hacer una videollamada corta con la Dra.Sabela, se lo he cuestionado durante el interrogatorio y he recibido su consentimiento a hablar.''

''Protesto'' dijo de inmediato el abogado del padre, no pudo ni decir el motivo por qué la jueza sin dejarle hablar aceptó la propuesta de nuestro abogado.

Cinco minutos más tarde la sala contactó con Sabela, que desde su consulta nos saludo a todos los presentes. Fue la jueza la que le preguntó.

''Perdón por molestarla doctora. Pero precisamos de su análisis sobre una de sus pacientes, la señorita Alba Martínez Reche'' Dijo ella. Sabela, sonriente asintió y con unos papeles en su mano empezó a hablar.

''Ha sido demostrado a través de mis frecuentes sesiones y terapia con la joven, que sufre traumas ocasionados por una tercera persona, en este caso su padre. Según mis análisis es certero que la joven no miente y que realmente ha sufrido en sus propias carnes la historia que hoy os ha relatado. La misma historia que he estado intentando que sea capaz de contarme a mí en la intimidad durante meses, muchas veces teniendo que cancelarlo por ataques de ansiedad. No tengo más que aportar, ese es mi análisis.'' Finalizó Sabela. Sonreí contenta por haber conseguido aquella declaración y la jueza después de apuntar algo en unas hojas habló.

''Bien, es hora de deliberar. El jurado popular se puede retirar, el acusado debe abandonar la sala y los demás presentes tenéis media hora de descanso para comer. Luego, se conocerá el resultado.

Bien, esa media hora se hizo eterna. Mantuve durante todo ese tiempo a Alba abrazada a mí, escondida en el hueco de mi cuello. No podía parar de repetirle lo mucho que la quería y lo orgullosa que estaba de ella. Ella asentía dejándome pequeños besos en mi piel.

Cuando nos reunimos todos de nuevo, se creó un silencio que se podía cortar con cuchillo. Aparecieron las personas del jurado popular y se sentaron. La jueza, se sentó también.

''¿Ha habido veredicto?'' Preguntó. El jurado asintió.

''Ha habido consenso'' Comunicó uno de ellos pasándole un papel a la jueza. Ella después de examinarlo asintió y levantó la mirada.

''Acusado, póngase en pie'' Ordenó. ''Por unanimidad , se declara a Pedro Martínez Hernandez culpable de todos los cargos a los que se le acusa, condenándolo así a cumplir una condena de 35 años sin posibilidad de rebajantes. Se levanta la sesión''

Carlos, Maria y yo pegamos un grito saltando alegres de nuestros asientos, nos abrazamos los tres. Me giré a ver a Alba que había empezado a llorar y nuestro abogado la abrazaba. Sonreí acercándome a ella, que al levantar la mirada soltó una risa mientras lloraba abalanzándose sobre mí. Nos abrazamos lo más fuerte que pudimos y ya llorando ambas le cogí con mis manos su rostro, acercándome para darle un beso salado por las lágrimas pero lleno de ilusión y felicidad.

Not Again || AlbaliaWhere stories live. Discover now