Not Again || Albalia

Luto

POV Alba

No podía estar más decepcionada.

No, Natalia y yo no lo habíamos arreglado, sé que ella tenía buenas intenciones pero la violencia no era la solución. Estaba decepcionada con ella y con todos los demás, habían caído en su nivel queriendo conseguir un buen propósito.

Desde aquel día le había pedido tiempo a Natalia, necesitaba replantearme muchas cosas. Obviamente la quería, pero aquella actitud violenta era algo hasta ahora desconocido para mí. Por otra parte entendía que lo había hecho para defenderme y por mí. No sabía que pensar.

Claramente emplear la violencia en mí nombre no era algo bonito. No estaba bien. Tarde o temprano hubiesemos encontrado la manera de resolver el conflicto.

Suspiré pasandome las manos por la cara intentando de una vez prestar atención a las clases. Había vuelto a la universidad, pero rendía una mierda en las clases. Notaba la mirada de Natalia en mi nuca, ella no se veía bien. Tal vez, mi apariencia sería parecida.

Habían clases en las que ella se sentaba unos asientos delante mía y podía verla. Se pasaba las clases garabeteando cosas en su cuaderno con la cabeza apoyada en la mesa. Si el profesor le preguntaba algo simplemente se encogía de hombros y si la forzaban a hablar se iba de la clase.

Me dolía verla así, me dolía mucho. ¿Pero qué podía hacer? Claramente tenía un gran dilema moral.

No sabía nada de Mikel, tenía miedo de que se le hubiese ocurrido ir a la policía a denunciar la paliza. Cuando él se la dió a Natalia no sirvió de nada pero aún así me daba miedo que la policía fuesen a por todos mis amigos y a por ella.

Al acabar la clase, me dirigí a la cafetería dónde solía sentarme con el grupo de skaters pero ahora, tal como estaban las cosas decidí respetar que el grupo eran realmente amigos de Natalia y que ella era la que debía sentarse con ellos. Me senté sola en una mesa, notando la mirada de todos ellos sobre mí.

No los miré y seguí a lo mio y tal como hacía hace mucho saqué todas las cosas para adelantar el trabajo mientras comía.

Estuve un rato haciendo el trabajo hasta que sentí como alguien se sentaba enfrente, levanté la mirada sonriendo al ver frente a mí a Julia.

"Hola Juls" Dije con una sonrisa triste.

"¿Por qué no te has sentado con nosotras?" Dijo directa. Miré hacía la mesa de los skaters haciendo contacto visual con Natalia, que justo apartó la mirada rápidamente. Suspiré volviendo mi mirada a Julia.

"Ya sabes por qué" Dije simplemente. Encogiendome de hombros.

"Que estéis mal no quita que seas nuestra amiga" Dijo cogiendo mi mano por encima de la mesa. Bajé mi mirada apenada e intenté conseguir rápidamente una excusa.

"No quiero estar cerca de ella Juls" Solté secamemte viendo como Julia abría los ojos con sorpresa. Tal como lo dije me arrepentí, eso no era verdad. Realmente quería todo lo contrario, quería volver a sentirla a mi lado, sentir su piel, sus labios, su perfume. A ella.

"Lo hizo todo para protegerte, Alba. No merece lo que le estas haciendo" Dijo duramente Julia, retirando su mano de la mia y levantándose seria. "Disfruta tu comida" Dijo para después irse por donde había venido.

Escondí mi cara entre mis manos cogiendo aire fuerte. Yo también lo estaba pasando mal joder. Recogí mis cosas con prisa y decidí que por hoy había tenido suficiente universidad así que me fui hacia el metro.

Al llegar a casa tiré mis cosas en la entrada y me fui directa a mi habitación dejándome caer en la cama y soltando todas las ganas de llorar que había estado acumulando a lo largo del dia.

- - -

POV Natalia.

Había vuelto a el parque donde acostumbraba enseñarle a ir con el skate. Sólo que esta vez estaba yo sola con mi tabaco, fumándome uno tras otro mientras pensaba en ella.

Realmente no había pensado que mis actos tendrían estas consecuencias.

La entendía, la verdad que lo hacía. Pero si se trataba de ella y su integridad yo le había prometido meses atrás que la mantendría a salvo, que la cuidaría y que no le pasaría nada. Mantuve mi palabra, tanto, que se volvió en mi contra.

Tiré la colilla suspirando mientras me sacaba otro para encenderlo. Estaba fumando mucho últimamente y sabía que eso era lo peor que podría hacer pero es que realmente me daba todo igual.

Los meses que había pasado junto a Alba de pareja habían sido los más felices de toda mi vida. Tuvimos nuestros altibajos con el tema de su padre, las inseguridades, Sabela. Pero juntas ibamos abortandolas y solucionandolas.

Mi conclusión es que se me había ido de las manos, me precipité a tomar una decisión que arreglaría un conflicto. Pero tal vez no era la decisión correcta.

Hubiese podido llamar a la policía y confiar en su labor y no coger la justicia por mi mano.

Igualmente ya estaba hecho. Y yo estaba rota. Aún podía recordar la expresión de Alba al enterarse de lo que habíamos hecho y de como llorando me dijo que me alejase. Recuerdo como desesperada intenté hablar con ella y solo encontré su rechazo.

Lo que más me dolía era aquella mirada, me miró como si no me reconociese y aquello fue lo que me acabó de matar.

No sabía que hacer.

¿Qué podía hacer para que volviesemos a ser lo que eramos?

¿Todo había acabado o aún teniamos una posibilidad?

¿Volvería todo a ser lo mismo?

Esas eran las preguntas que permanecían en mi cabeza siempre.

En clase, en mi casa, dibujando, estudiando, viendo el televisor, leyendo, escribiendo e incluso durmiendo. Había empezado a tener como costumbre soñar con ella.

Soñaba que eramos felices