Enferma

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POV Natalia

Llegué al portal de Alba y Maria y toqué el timbre, Maria me abrió enseguida y entré a la casa encontrándome de nuevo con el padre de Alba sentado en un sillón. Maria cerró la puerta detrás de mí.

"Creo que le dejé claro la última vez que si volvía aquí iba a llamar a la policia" Dije bastante enfadada. Maria se puso a mi lado y el hombre se levantó del sillón aparentemente calmado.

"Vengo a hablaros de mi hija, sólo tenéis que escucharme. No tardaré" Dijo sentándose de nuevo. Fruncí el ceño parada de pie, Maria se sentó en el sofá. "Maria, yo sé que tu la conoces desde que erais pequeñas por eso mismo creo que eres la más engañada de todos nosotros" Empezó, giré a mirar a Maria que tenía una expresión seria en el rostro. Sin duda, también estaba hirviendole la sangre.

"Mi hija no es ninguna santa, ha creado toda esa mentira de que yo era mala persona con ella para engañaros. Se escapó de casa y debe volver, esta enferma"

"¿Qué?" Pregunté, esto estaba pareciendome surrealista.

"Tiene una enfermedad mental, se imagina situaciones muy serias dónde yo le pego o vete a saber qué. Os ha mentido todo este tiempo, decidme dónde esta por favor. Debe volver a casa" Apreté los puños y tensé mi mandíbula.

¿De verdad este señor se pensaba que le ibamos a creer? Me estaba hirviendo la sangre.

"Usted esta loco" Dijo Maria.

"No, Maria. Es la verdad, debéis creerme"

"Mire" Empecé a hablar "Tienes un serio problema, su hija no es ni de lejos lo que estas describiendo y no, no estamos engañadas." Cogí aire intentando que no me afectase de más toda la situación. "Su hija se ha roto la espalda semanas y meses trabajando para poder pagarse su nueva vida, lejos de usted. No tiene ningún tipo de enfermedad ni de lejos pero tal vez usted si" Dije apretando los puños con fuerza. "Si no se larga, tendremos serios problemas" Avisé.

"Niña" Dijo levantándose "Usted no sabe nada de mi hija, yo la he criado"

"Tal vez, no sepa muchas cosas de ella. Pero tendré el lujo de ir descubriéndola cada dia un poco más, no como usted. Para ella usted esta muerto" Dije seriamente. "Más vale que desaparezcas ya de aquí"

El hombre tensó su mandíbula mirandome con odio en los ojos. Maria que había permanecido callada fue a abrirle la puerta para que se fuese. El padre de Alba se mantuvo quieto mirándome con ese odio irracional.

"Esta bien, me voy. Tened cuidado, las calles son peligrosas" Dijo marchándose.

"¿Acaba de amenazarnos?" Preguntó Maria incredula

"Que huevos tiene de venir aquí a contarnos el cuento ese e intentar hacer parecer una puta loca a Alba" Dije cabreada.

"Menos mal que Alba no estaba aquí" Suspiró Maria. Yo asentí quedandome callada pensando en Alba. "¿Que le vas a contar?" La miré.

"Tengo que contarselo todo, ¿no?" Me encogí de hombros. "Lo único es que sé que le va a doler. No quiero que sufra"

Maria se acercó a mí y puso una mano en mi espalda apoyándome.

"Morena, Alba va a tener unos días malos. Pero almenos me alegro de saber que tú estas ahí para ella" Dijo mirádome. "No sé que tenéis, ni que sois. Pero eres un apoyo clave para ella" Asentí con la cabeza suspirando.

"Ella lo es para mí también. Tengo que volver con ella" Dije. "¿Puedo entrar a su habitación y cogerle unas cosas de la uni? No lo hemos hablado pero creo que sería combeniente que se quedase hoy en mi casa"

"Alba estará encantada con eso y yo también. Podré traer a Afri" Dijo sonriendo picaramente. Sonreí con ella.

"Tendrás que contarme eso" Comuniqué.

- - -

Una hora después estaba de vuelta en mi casa, abrí la puerta encontrándome con Alba dormida en el sofá. Dejé sus cosas apiladas en la entrada junto al skate y me acerqué con cuidado de no despertarla.

Era adorable, no lo pude evitar y saqué el móvil tomándole una foto. Más tarde, cuando lo guardé me acosté a su lado empezando a darle pequeños besos por la cara intentando despertarla como ella había hecho por la mañana. Ella abrió los ojos y me sonrió, pasando sus brazos por mi cuello y tirando de mí para conseguir un beso que delicadamente le dí sin problemas.

"Buenos días, dormilona" Saludé.

"Hola Nat" Dijo tapándose la boca para bostezar. "¿Qué ha ocurrido?" Preguntó. Yo suspiré y empecé a acariciarle la cara con cuidado fijandome en todas sus facciones.

"Ha intentado hacernos creer que tienes una enfermedad mental y que todo es mentira, que debias ir con él" Alba se quedó callada fijando su atención a algún lugar del salón.

Sabía que todo esto le estaba afectando mucho así que tiré de ella en un abrazo, se acurrucó en mi cuello y ahí fue cuando silenciosamente Alba empezó a temblar y sollozar.

Le acaricié la cabeza mientras le susurraba que no ocurría nada, calmándola. Viendo que no tenía el efecto deseado y al quedarme sin ideas hice lo primero que se me pasó por la cabeza. Empecé a cantarle una canción.

Cantando conseguí que se tranquilizase y se durmió en mi cuello. Me tomé el lujo de hacer una mini siesta con ella, ambas lo necesitabamos.

Para cuando despertamos, Alba estaba mejor. Me dio las gracias y descubrió que le había llevado cosas de la uni de su casa para trabajar. El ambiente ya no era tan cargado y ambas estabamos de mejor humor así que montamos un caballete junto al otro y empezamos a pintar juntas. Bromeabamos sobre cosas técnicas y nos ayudabamos cuando nos ofuscabamos con alguna parte del dibujo.

Casi era de noche, cuando llamaron al timbre. Bufé pensando en que sería Marta pero con miedo de que se tratase de mis padres miré por la mirilla. No sé si prefería que fuesen mis padres o la persona que estaba viendo por la mirilla ahora mismo.

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quien será, será...

Not Again || AlbaliaKde žijí příběhy. Začni objevovat