Comienzos

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POV Alba

Natalia me había llevado a cenar a un restaurante bastante popular por la zona, había oido hablar de él mucho pero nunca había ido. Comimos en aquel sitio felizmente hablando sobre cualquier cosa, nos dábamos de vez en cuando la mano por encima de la mesa e intercambiábamos miradas. Después de que Natalia pagase nos dimos la mano y salimos de aquel lugar. Hacía bastante frio y tenía pinta de que iba a empezar a llover pero eso no me iba a parar.

"Creo recordar que te debo un paseo" Le dije entrelazando nuestras manos. Natalia sonrió y asintió. Se me ocurrió llevarla a un bonito parque que conocía que tenía un pequeño lago. Empezamos a andar, al ser de noche me perdí un poco y andábamos por unas calles un tanto oscuras. De normal estaría atacada pero estando con Natalia y con la seguridad y tranquilidad que me transmitía no tenía miedo.

Empecé a pensar en ella, había sido capaz de entrar y estar ahí averiguando cosas nuevas de mí, algunas un poco forzadamente pero en todo caso. Nada más salir de la clínica seguía siendo la misma Natalia, nada había cambiado en su comportamiento hacía mí.

Respondiendo esas preguntas había empezado a crecer un miedo en mí totalmente nuevo; Que Natalia sudase de mí, por todos mis problemas. Pero con sus palabras al salir de ahí me demostró que estaba equivocada, o mejor dicho. Mi mente lo estaba.

No sabía dónde estaba mi padre, no sabía donde estaba Mikel. Pero en ese momento de aquella noche, caminando junto a Natalia de la mano me decidí a no pensar en el pasado. Vivir el presente y hacer en cada situación aquello que sienta sin miedo.

"A ver dónde me llevas, Reche" Dijo jugando al ver que nos manteníamos por calles oscuras.

"Iba a decir una burrada pero no" Realmente se me había pasado por la mente decirle 'a mi cama o al hotel' de broma pero me hubiese dado demasiada vergüenza. Natalia bufó divertida.

"Entonces yo también iba a decirte algo pero ya no" Dijo haciéndose la indignada con una sonrisa en su rostro.

"Juegas con fuego, Lacunza" Avisé mirándola con una sonrisa traviesa. Sin duda los ojos y la sonrisa de Natalia Lacunza me iban a matar en una de estas como siguiese mirándome de esa manera.

"Espero quemarme" Sentenció, ambas nos reímos y nos adentramos al interior del parque. Andábamos en silencio y justo al llegar al mini lago Natalia detuvo su paso, mirando al frente hacia el lago.

La imité y me quedé mirando el pacifico paisaje mientras me apoyaba en su pecho, ya que al hombro no llegaba. "¿Te acuerdas de cuando nos conocimos?" Preguntó de repente. Me quedé pensativa y asentí.

"Los exámenes de prueba de acceso, ahí fue la primera vez que te vi" Dije melancólica.

"Te pregunté cual era la clase y tu me dijiste la primera que se te pasó por la mente, mandándome casi a Cuenca" solté una carcajada recordando ese momento y le acaricie la espalda con una de mis manos libres.

"Lo siento, iba super agobiada y viniste tu a agobiarme más" Dije sonriendo mientras recordaba ese día.

Realmente me inventé la clase por la que me preguntó, luego me sentí fatal pero ya estaba hecho. Recuerdo que cinco minutos antes del inicio del examen Natalia entró y se sentó, hicimos contacto visual y ella me sacó el dedo corazón. No nos volvimos a ver hasta que empezaron las clases, donde ya olvidamos aquel pequeño incidente y nos tratábamos como dos compañeras de clase normales. Sin duda, bendito el Lunes en el que se me olvidó desayunar haciendo que Maria y Natalia se reencontrasen. Volví a la realidad cuando Natalia me contestó después de el silencio que se habría creado. Sin duda, estaba también recordando todo aquello.

"No tiene perdón" Contestó, la miré y nuestros ojos hicieron contacto. Natalia sonrió de una manera que hizo que mi estómago se revolviese. Sonreí traviesa sabiendo a que se estaba jugando.

"¿Seguro?" Quería jugar y provocarla un poco, estaba de humor así que poco a poco fui poniéndome de puntillas y acercándome a su mejilla, pasando antes rozando su cuello. Me quedé unos segundos en la mejilla pero cambié mi destino, acercándome al lóbulo de su oreja. Lo mordí ligeramente y lo mojé un poco con la lengua para después volver a la mejilla y darle un beso sencillo.

"Eres mala, Alba Reche" Sentenció Natalia girando su cabeza en busqueda de mi boca. Nos empezamos a besar con amor, nuestras lenguas empezaron a danzar juntas a un ritmo lento. Pase mis brazos por su cuello y ella me cogió de la cintura acercándome a ella. Todo estaba siendo perfecto. Cuando nos separamos ambas nos sonreímos como tontas, volví a fijar mi atención en el lago mientras me apoyaba de nuevo en su pecho.

"Suerte que besas bien" Dije jugando.

"Claro que lo hago" Dijo con autosuficiencia, me reí y le di un pequeño golpe.

"Eres una creída" Le piqué. Natalia no contestó pero oí su risa, no podía sentirme más en paz.

"Alba" Llamó mi atención, la miré.

"Dime" Natalia se separó de mi pero teníamos nuestras manos agarradas.

"Yo, me preguntaba" Empezó aparentemente nerviosa "¿Quieres ser mi novia?" Soltó. Sentí que dentro de mi se estaba celebrando una fiesta, mi corazón empezó a bombear fuertemente. Sonreí como probablemente nunca lo había hecho y asentí riéndome.

"Sí, claro que sí" Dije saltando encima de ella, Natalia me agarro sujetándome por las piernas y hundí mi cabeza en su cuello feliz. Ambas reíamos y sonreíamos felices, me separé de su cuello y busqué de nuevo sus labios, nos empezamos a besar con avidez, empezó siendo un beso lento pero conforme subía la temperatura se estaba convirtiendo en un beso necesitado. Nos separamos por la falta de aire y nos quedamos mirándonos a los ojos respirando pesadamente y con una sonrisa en nuestras bocas. Empezó a llover justo en ese momento.

"¿Qué hacemos con esto?" Dije riéndome.

Not Again || AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora