Traición

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POV Natalia.

Después de pasar gran parte de la tarde sentadas frente a las tumbas de la madre y la hermana de Alba charlando con ellas, Alba había estado sensible. Decidí que no pasaba nada si mañana nos saltábamos las clases y la llevaba a mi casa y despejándola a base de palomitas y películas. Nos pasamos todo el viaje del taxi abrazadas, incluso llegó a dormirse en mi pecho.

Cuando llegamos no tuve más remedio que despertarla después de pagarle el viaje al taxista. La pobre estaba que se caía y solté una pequeña risa rodeando sus hombros con mi brazo, le besé la frente mientras abría la puerta de la calle. Entrando junto a ella al hall, pasamos por delante de Joaquín y cómo siempre le saludé, él al notar mi presencia llamó mi atención.

''Natalia, ¿puedes acercarte un momento?'' Habló. Fruncí el ceño y miré a Alba que se encogió de hombros asintiendo.

''Claro Joaquín'' Contesté soltando a Alba, me giré hacía ella y le tendí las llaves de mi casa para que fuese subiendo. Alba se acercó y me dio un pequeño beso en los labios antes de desaparecer por el ascensor. Suspiré sonriente y me acerqué al puesto de mi portero. ''Buenas tardes'' Saludé. Él me sonrío en su sitio. ''¿Ocurre algo?'' Pregunté. Él negó con la cabeza.

''Te ha llegado un paquete y una carta'' Comentó sacándolos. ''La carta viene de parte de tu madre, el paquete no tiene remitente'' Asentí, recordé justo en ese momento que sería buena idea informarle de la gente a la que no quería permitirle la entrada.

''Oye Joaquín, ¿recuerdas aquel chico con el que estaba saliendo? Mikel'' Pregunté, él asintió sonriendo.

''Veo que has encontrado una mejor compañía'' Comentó. Sonreí pensando en Alba y me encogí de hombros.

''No era muy difícil encontrar a alguien mejor que aquel tío. No le permitas la entrada si lo ves entrar alguna vez'' Informé, él asintió. ''¿Recuerdas el rostro de mis padres?'' Pregunté.

''Sí, claro. Es difícil no recordarlos, son bastante...'' Hizo una repentina pausa pensando que tal vez me sentiría ofendida.

''Extravagantes'' Finalicé. ''Sobre ellos, quiero que me llames al fijo si entran'' Comenté. Él asintió y nos despedimos.

Me adentré hacía el ascensor y subí a mi piso, encontrándome on la puerta abierta, cerré la puerta entrando hasta el salón, no había rastro allí de Alba así que dejé el paquete y la carta en la mesa del comedor y me acerqué a mi habitación, al abrir la puerta lo que me encontré no fue cuanto menos adorable. A Alba le había dado tiempo de ponerse su pijama y estaba hecha una bola en mi cama con los ojos cerrados. Entré y me empecé a cambiar de ropa frente a ella, bajo su atenta mirada. Cuando acabé no tarde en acostarme a su lado, acurrucándome contra ella. Ella soltó un ronroneo mientras sonreía achinando sus ojos, le dejé varios besos por su rostro y ella giró su cara en busca de mis labios. Nos dimos un beso lento y juntamos nuestras frentes separándonos, ella se acurruco contra mí de nuestra habitual forma, poniendo su rostro en mi cuello.

''¿Cómo estas?'' Pregunté en un susurro. Escuché como ella suspiraba.

''Cansada. Ha sido un día fuerte'' Comentó. Asentí de acuerdo con ella, vaya día habíamos tenido ambas.

''Mañana será un día mejor'' Dije acariciándole el pelo.

''Gracias por estar ahí para mí. En el cementerio'' Habló contra mi cuello.

''No me des las gracias Albi, siempre voy a estar ahí para lo que necesites'' Susurré.

''Lo sé'' Dijo ella. ''No sé qué he hecho para merecerte'' Comentó. Fruncí el ceño girándome hacía ella.

''No'' Dije. ''Yo soy la que no sabe que he hecho para merecerte Alba. Realmente eres la mejor persona que he conocido, en plan; Todo. Tienes una mente, una manera de ver el mundo, de pensar... Estoy orgullosa de mí misma por haber sido capaz de cruzarme contigo.'' Dije sonriéndole. ''Te quiero mucho'' Confesé mirándola. Ella sonreía con un brillo en sus ojos precioso.

''Yo también te quiero Nat'' Dijo acercando su mano a mi rostro, acariciándome la mejilla.

''Debes estar cansada'' Deduje.

''Un poco'' Confesó ella mientras iniciaba un bostezo, sonreí mirándola.

''Vamos a dormir.'' Dije abrazándola de nuevo, ella gruñó acercando su cuerpo y acomodándose sobre mi cuerpo, con su rostro en el hueco de mi cuello. Le empecé a acariciar el pelo mientras cerraba los ojos y me dejaba llevar por el sueño, relajándome escuchando la respiración de Alba.

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A la mañana siguiente ambas nos despertamos tarde, Alba se molestó por qué no la había despertado para acudir a la universidad. Pero realmente no importaba mucho por qué ella necesitaba un respiro, siempre iba agobiadisima.

''¿Sigues enfadada?'' Le pregunté saliendo de la ducha. Ella estaba de espaldas a mí en mi escritorio, cara a mi portátil con la sesión iniciada de la web de la universidad en su cuenta.

''Sí'' Dijo secamente. Solté un bufido despreocupada y me acerqué a ella, la abracé por detrás y le dejé un casto beso en su mejilla.

''Necesitas desconectar'' Le dije cariñosamente.

''No. No necesito desconectar así'' Dijo ella levantándose, mi sonrisa se borró dándome cuenta de que realmente se había molestado. ''¿Puedo ducharme?'' Preguntó secamente. Me quedé quieta en mi sitio.

''Sí, claro'' Dije con un tono de voz bajo. Ella sólo con mi afirmación desapareció de la habitación a un paso rápido, entrando al baño.

Vaya, realmente se había cabreado. No pensé que se lo iba a tomar tan en serio, sino obviamente la abría despertado y ambas hubiésemos acudido sin problema. Bufé triste mientras pasaba mi mano por el pelo, decidí acercarme a la cocina para empezar a prepararnos el desayuno, tal vez comiendo un poco se le pasarían los humos.

De camino, vi en el salón el paquete que me dio Joaquín y me detuve. Ayer con todo el cansancio ni lo miré. Creo recordar que no tenía remitente, me acerqué a él y lo observé. Era pequeño pero pesaba. Sin perder tiempo fui a la cocina y cogí un cuchillo para abrirlo.

Rompí el envoltorio y abrí aquella caja encontrándome dos sobres en su interior. Se notaba por el tamaño que estaban bastante llenos ambos. En ambos ponían el nombre de Alba, eso fue lo primero que me extrañó. Si iba para mí, ¿Por qué en ambos sobres ponía su nombre? Abrí uno de ellos y sentí realmente que mi corazón se detenía. Por un momento dejaba de escuchar el sonido que hacía Alba al ducharse, dejé de escuchar todo. Me mareé incluso al ver aquella fotografía. Primeramente emocionalmente me sentí destrozada, triste, luego recordé que justo en este momento Alba estaba en mi casa y mi tristeza dio a un increíble enfado. Arrugué aquella fotografía y saqué todas las de ese sobre que para mi sorpresa eran la misma foto repetida.

Me dejé llevar por la rabia y cogí una de ellas, dirigiéndome hacía el baño donde Alba se encontraba ajena a todo.

Not Again || AlbaliaWhere stories live. Discover now