Not Again || Albalia

Liberación 2a Parte

POV Alba

Silencio.

Natalia se había quedado en silencio observando mi torso desnudo.

Lo sabía
no le gustaba
era un mounstruo
la había cagado enseñandoselo
me he cargado nuestra relación

Mi cabeza iba a mil por hora y hasta que no noté la mano de Natalia posarse en mi mejilla no me di cuenta de que había empezado a respirar pesadamente con los ojos cerrados mientras lágrimas corrian por mi rostro.

"Albi" Me llamó ella, retirando mis lágrimas mientras acariciaba mi rostro. "Mirame" Pidió. Abrí los ojos encontrándome con su una mirada la cual me impactó. Natalia me miraba con unos ojos cautivadoramente llenos de amor y algunas lágrimas caían por su rostro.

"¿Por qué lloras?, no llores Nat" Dije poniendo mi mano en su cara apartandole las lágrimas. Natalia se acercó a mí rozando nuestros labios y sonrió.

"Lloro por que eres preciosa Alba" Dijo para posteriormente conectar sus labios con los mios. Sentía que el pecho me iba a explotar, correspondí algo torpe por el nerviosismo su beso, que empezó suave pero se iba tornando cada vez más humedo. "Eres preciosa" Me repitió entre besos empujándome lentamente para tumbarme.

Me dejé llevar con ella encima de mí atacando mi cuello y mientras yo gemía y hundía mis dedos en su pelo me di cuenta de que todo estaba bien. Natalia no había reaccionado como yo temía, Natalia me quería y sin duda era recíproco.

Decidí tomar el control y en un descuido de Natalia la giré con fuerza haciendo que quedase bajo mi cuerpo. Ataqué yo ahora su cuello y fui bajando por él oyendo los jadeos de Natalia.

Cuando me encontré con la tela de su camiseta la levanté y con un poco de ayuda de Natalia desapareció de mi vista dejándome ver su sujetador, el cual me encendió más aún.

Bajé más aún entre besos sintiendo la respiración agitada de Natalia. Ella se medio incorporó sentándose conmigo encima de ella y entre besos busqué el clip del sostén, consiguiendo desabrocharlo.

Los pechos de Natalia quedaron libres y no tardé en pasar mis manos por allí mientras nos besabamos fogosamente, nos tumbamos de nuevo y ataqué sus pechos con mi boca consiguiendo que Natalia soltase un gemido, pasaba mi lengua por sus pezones totalmente duros ante mi húmeda lengua.

Natalia volvió a tomar el control inesperadamente cuando me dio la vuelta tumbándome a mi bajo ella.

Me empezó a besar el cuello y masajeo mis pechos con sus manos. Poco a poco fue bajando e inesperadamente empezó a besar todas y cada una de mis cicatrices.

Lo encontraba sumamente cautivador a la vez que excitante por el momento. Su boca se encontró con mi pezón y empezó a jugar con él mientras masajeaba mi otro pecho, consiguiendo que soltase algún que otro jadeo.

Poco a poco nos fuimos desprendiendo de la ropa que aún llevabamos puesta, quedandonos completamente desnudas piel con piel.

Su mano viajó hasta mi zona íntima y empezó a masajearme lentamente mientras me daba un beso totalmente húmedos.

"Estas bastante mojada" Susurró acercandose a mi oido respirando entrecortadamente.

Aquello me prendió incluso más y no pude ni contestar, cerré los ojos dejandome llevar por el placer mientras Natalia descendía hasta mi cuello para besarlo, mientras su mano empezaba un ritmo constante sobre mi clítoris.

Con el tiempo incremento su velocidad consiguiendo que empezase a gemir con más impetú.

A la vez que me penetró con sus dedos, Natalia dejó mi cuello para subir a la altura de mi boca y besarme, intenté corresponderle pero miles de corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo acompañadas de placer causando que entreabiese mi boca pegada a la suya, haciendo así que mis gemidos terminaran en su boca.

Cuando llegué al orgasmo Natalia me dio un casto beso mientras yo intentaba recuperarme, abrí los ojos y atiné a ver la escena más erótica de mi vida.

Natalia subía su mano con la que me había tocado y metía uno de sus dedos en su boca, probándome mientras me miraba fijamente.

Me acerqué a ella totalmente encendida por aquella provocación y la tumbé bajo mi cuerpo.

"Me toca a mí, Lacunza" Dije atacando sus labios velozmente, era un beso totalmente de necesidad, un beso sexual. Nos estabamos comiendo las bocas.

Bajé a sus pechos y empecé a besarlos y lamerlos, masajeando uno con mi mano mientras me mantenía ocupada con el otro.

Mas tarde coloqué ambas manos en sus pechos mientras me escurría bajando por su cuerpo, dejando pequeños besos por el camino. Al poco tiempo me encontraba entre sus piernas viendo aquel tesoro ante mí. Miré hacía arriba y vi a Natalia con los ojos cerrados respirando pesadamente mientras sus manos agarraban las sabanas con fuerza.

Dejé pequeños besos en sus muslos, acercándome tortuosamente lento a su clítoris. Estaba sólo a unos centimetros pero quería que ella me lo pidiese.

"Albi..." Dijo Natalia entre suspiros. "Por favor" Pidió. Yo sonreí y no esperé más. Atacando aquel manjar que se brindaba ante mí.

Los gemidos de Natalia eran música celestial para mis oidos.

Me excité aún más de sobremanera cuando sentí que una de las manos de Natalia se posaba sobre mi cabeza, enredandose con mi pelo y la otra se entrelazaba fuerte con una de mis manos que se había quedado en la altura de su ombligo.

Unos minutos después notaba que Natalia estaba cerca y sin perder el tiempo incremente el ritmo mientras con mi mano libre le penetraba con dos dedos.

Natalia dió un respigo gimiendo con fuerza, no hicieron falta muchas embestidas por qué al poco tiempo Natalia también llegó a su liberación.

Le di las últimas lamidas conforme con el resultado y subí de nuevo hacía ella, me tumbé encima de ella, apoyando mi cabeza en el hueco de su cuello y sonreí feliz mirándola.

Ella me respondió de la misma manera mientras posaba una de sus manos en mi rostro acercandose a mí. Nos besamos por última vez en la noche, con un beso lleno de amor.

Me acurruqué de nuevo en su cuello mientras Natalia nos cubría con mantas para posteriormente rodearme con sus brazos.

"Te quiero Nat" Le dije cuando el sueño empezaba a vencerme.

"Te quiero, Albi" Respondió acariciándome el pelo también visiblemente cansada.

Me moví un poco dejando un beso en su mejilla y dejé que el sueño me venciera. No sin antes sentir un beso suyo en mi frente. Sonreí.

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No seáis pecadoras que os conozco.