DESLIZAS OTRA VEZ
Aquella canción de John Lennon, Beautiful Boy, siempre era cantada por su padre a sus hijos antes de dormir y para ella la cambió a Girl. Una vez que Sofia nació, hacía lo mismo para ella y pronto fue sólo a ella a quien le cantaba.
Hacía mucho que no escuchaba a su padre cantar esa canción y después de estarla oyendo por un par de minutos y sentir las caricias de él en su cabello, abrió los ojos y se encontró con los marrones de Alejandro. Él detuvo sus caricias y dejó de cantar, pero enseguida le sonrió y le dio un beso en la frente.
-Nos diste un susto de muerte, cariño. Te desmayaste en el circuito y te trajimos al pequeño ambulatorio que hay acá en el club.
Camila cerró los ojos dos segundos, pero los volvió a abrir, mirando a su alrededor lo que era un cubículo con cortinas azules. Miró a un lado y vio que tenía puesto un suero que bajaba poco a poco.
-Perdón-susurró, apenada
-¿Porqué te disculpas?-preguntó Alejandro, tomando su mano entre las suyas.
-A lo mejor no tuve que a ver ido al karting...
-Los técnicos y los chicos dicen que antes de estrellarte contra las defensas, casi chocas con Lauren y que levantaste la mano para retirarte...
-Me sentí mareada, quería vomitar...-dijo y se quedó callada unos segundos, sintiendo que las lágrimas llenaban sus ojos-Perdón.
Alejandro besó su frente, esa vez quedándose así por un rato y luego apartándose para acariciar su mejilla y secarle unas lágrimas.
-¿Cuánto llevas así, hija?-preguntó Alejandro, calmadamente
-¿El qué?-preguntó Camila, con voz ahogada.
-Los mareos, las náuseas, ganas de vomitar...dolor de estómago... ¿Desde cuándo?
-Ya te dijeron-musitó Camila, bajando la mirada
-Sí, ellos dijeron que llevas un tiempo así, como dos semanas. Que te dijieron que vayas al médico, pero no les haces caso.
-Solamente fueron unos mareos y náuseas. A lo mejor algo me callo mal y me dio gastritis. No es gran cosa, pero ellos exageran.
-Si hubiera sido gastritis, ¿No piensas que habría sido importante que te viera un médico?
Camila frunció el ceño, confundida.
-¿Si hubiera sido...? ¿Tengo algo más y no me estás diciendo?
Alejandro pareció pensativo un rato, con el ceño fruncido, pero no parecía de enojo sino de preocupación y algo más.
-¿Papá...?
-¿Cuándo fue tu último período, Camila?-preguntó él, clavando su mirada en la de ella.
-¿Qué tiene que ver...?
-Camila, ¿Cuándo fue...?
-¡Hace como un mes o algo así!-exclamó Camila, exasperada y más confundida que antes-Se supone que me debe estar por venir, pero a veces se me atrasa. No es gran cosa, al final siempre baja, pero...no entiendo ¿Qué tiene que ver, papá? ¿Pasa algo? ¿Estoy enferma?
Él sonrió y negó, volviendo nuevamente a darle un beso en la frente y en la mano. Sus ojos la miraron y por un segundo vio ese brillo en ellos como si fuera a echarse a llorar. Aparecieron unas livianísimas arrugas en sus sienes y fue suficiente para que Camila sintiera como si le daban una bofetada; miró hacia abajo y puso una mano en su vientre, casi inconscientemente.
