CHASING CARS
Lo bueno del viaje es que en apenas un par de horas ya estaban bajando del avión y pisando suelo chileno. Nada de grandes diferencias horarias, ni ajustarse a las distintos climas; quizá solamente al idioma aunque realmente no fuera tampoco problema, puesto que era el mismo, pero con la distinción de los modismos y la jerga propia del chileno; que a eso se ajustaba preguntándole a cualquiera de su equipo que ya supiera, por ejemplo, a que se refería esa chica que se le acercó corriendo a abrazarla al salir del Aeropuerto Internacional y le gritó algo con "aweonado conchusumadre reculiado". Luego comprendió que con eso se estaba refiriendo a Keaton y lo que la chica le había dicho a los gritos, mientras Drew, Dyl, Martin, William y otros dos guardaespaldas más se la llevaban cargada lejos de ahí, era que Keaton era, en pocas palabras, "un reverendo hijo de puta"; como bien el periodista chileno que la entrevistaba en ese momento, tuvo la amabilidad de explicarle.
Camila iba al lado suyo, siempre. Al final Sinu sí había aceptado que ella se quedara por esos cuatro días con ella, pero siendo acompañados por Alejandro. Lauren tenía la impresión que era una forma de conseguir el perdón de su hija. Sin embargo, Camila no quería saber, ni siquiera oír sobre su madre y estaba totalmente cerrada al diálogo. Estaba siendo bastante sorprendente como de pronto se había vuelto tan increíblemente más tozuda y terca que antes. No aceptaba un No como respuesta, a menos que se le diera una razón de peso o una buena explicación; por momentos se irritaba si se le llevaba la contraria y eso causaba parte del mal humor que llevaba desde que salieran de Buenos Aires; ya que su padre había insistido un poco para que conversara con Sinu, pero ella seguía allí, fuerte en su posición. Aún así, Alejandro tenía fe que con los días se le pasaría.
Jason, el tío de Camila, se había vuelto a miami., porque al parecer había recibido una llamada importante desde Canadá en la que lo solicitaban. Así que se terminó yendo en el vuelo privado en el que llegaron él y Alejandro a Argentina; ahora directo a California para buscar a su familia y volver.
Llegando ya al hotel en el que se quedarían, al salir de la limusina, todos, ahí pudo notar un poco más la ausencia de Sam, ya que él solía ser el que abría la puerta para dejarlos salir. Volteó a ver a Drew y vio que a éste no se le borraba la molestia del rostro que llevaba desde que salieran del hotel en Buenos Aires. Sabía que los dos, Sam y él eran bastante más apegados, casi como hermanos y que esa preocupación que acompañaba la molestia, era debido a que se sentía atado de manos y sin poder hacer mucho por ayudar a su amigo.
Después de recibir órdenes de Alan de estar lista para salir en dos horas a la firma de autógrafos que estaba pautada para esa tarde, subió a la suite asignada para ella y Camila. Apenas entraron y dejaron los bolsos y el equipaje con ayuda de Alejandro y James, se quedaron a solas y fue justo el momento en el que comenzó a sonar el teléfono de la suite. Camila atendió.
-¿Si?... Uhmm, no, no sé...ya va... Lauren...
-¿Sí?-preguntó Lauren, dejando su bolso encima de la cama.
-Preguntan del Servicio de habitación si... ya va, aguanta un cacho... ¿Señor?-volvió a ponerse el teléfono en el oído para escuchar-Escuche, eeeh... ¿Puede repetir lo que dijo?
Lauren sonrió y se acercó a ella para atender la llamada, sin embargo, Camila se negó.
-...Ah, bueno, gracias. Ya va... dice el señor que si vas a querer comer ahora. Que ellos tienen unos...
-¿Me dejas hablar con él, Camila?
-Estoy hablando yo.
-Por favor-insistió
Se quedaron mirando por unos segundos hasta que Camila suspiró y le entregó el aparato, mientras se iba hacia fuera de la habitación.
-¡¿Vas a querer algo tú?!-preguntó Lauren
