WHAT IF
-Y bueno...eso es todo, los quiero a los 4 en la sala de ensayos, mañana por la mañana. Empezaremos con todo y no quiero excusas. Lauren, me dijiste que querías mostrarme algo...
-Sí...
-Dale, entonces ven conmigo.
-¿Puedes darme unos minutos?
Alan miró su reloj y suspirando, asintió.
-Bueno, pero apurate que en media hora tengo que salir a una reunión.
Los muchachos comenzaron todos a salir, incluyendo a Drew y Sam, luego que Lauren les diera una señal para que la dejaran sola con David. Sin embargo, el chico ya estaba por salir también, luego que recogiera su cuaderno de anotaciones y lo guardara en su morral para poder irse; así que Lauren se levantó de la mesa, dejando a un lado la montaña de cartas que aún tenía sobre ésta.
-David...
El chico se detuvo justo antes de cruzar la puerta, quedándose estacionado ahí, sin moverse ni voltearse a verla. Esperó unos segundos, hasta que finalmente decidió volverse y observando a su alrededor un instante, fijó luego su mirada en ella, muy serio.
-¿Podemos hablar?-preguntó Lauren, nerviosa y algo cohibida-Por favor
David siguió mirándola con fijeza, hasta que frunciendo tenuemente los labios y suspirando, entró de nuevo a la sala y cerrando la puerta con el pestillo puesto, se acercó de nuevo a la mesa donde estaban las cartas y sentándose en una de las sillas, se cruzó de brazos.
-Dale...-habló por fin, con la voz algo ronca y señalando otra silla-Hablemos. Te cedo el honor.
Lauren se apresuró a sentarse enfrente donde él le indicaba y luego de mirar los demás sobres con cartas, las hizo a un lado, pero dejó aparte la que estaba leyendo anteriormente del chico de la película del ataque aéreo y la guardó en una libreta donde solía componer algunas de las canciones que le faltaban arreglos o esas que jamás había enseñado a Alan, por ser demasiado personales o que no las consideraba tan buenas.
Volvió la mirada a David y se dio cuenta en ese preciso instante que, todo lo que había ensayado desde el día anterior que llegara de Italia para decirle a él, se le había olvidado por completo. ¿Qué podía decir para disculparse con él por el engaño? No había excusa perfecta, en realidad, no tenía excusa.
-¿Prefieres que empiece...?
-No, no, David, mirá...yo...es que no tengo así algo para decirte, nada con lo que disculparme...
-¿Quién dijo que yo quería una disculpa?-interrumpió David, confuso-Yo no quiero una disculpa.
-¿Ah no?
-No-negó David, tranquilamente-Yo solamente...bueno, realmente me gustaría que me contases tu versión de la historia.
Lauren asintió, quedándose un rato en silencio, pensando por dónde debía comenzar. Cuando creyó que tenía algo, tomó aire y dio comienzo.
-Mirá, David...esa vez en Roma, un día antes de irnos a Montreal, que me dijiste que tú...sentías cosas por mí y yo te dije que yo sólo sentía una amistad por ti, no te mentí; era absolutamente verdad y...todavía lo sigue siendo.
Volvió a quedarse en silencio, esperando por si David iba a decir algo, pero él sólo se quedó mirándola, queriendo que continuase. Sin embargo, Lauren notó que parecía algo incómodo.
-Yo no te mentí, sentía y siento una gran amistad por ti, eres como un hermano que nunca tuve. Sí, suena a cliché, pero es así y es igual con Josh y Derek. A los tres los amo por igual, son mis compañeros, mis amigos, pero por sobre todo, son mis hermanos.