BROKEN
El regreso a la casa vacacional fue bastante más corto que la ida, quizá porque Harry iba un tanto más rápido mientras conducía, sin embargo, no excedía los límites de velocidad. Camila estuvo todo el tiempo en silencio, con su cabeza recostada en el hombro de Lauren, mientras ella dormitaba también. Por el retrovisor, Harry de vez en cuando la observaba con lo que Camila pensaba era un poco de sospecha ¿Se habría dado cuenta que los descubrió haciendo sus cosas? A lo mejor sí, no podía saberlo, pero que él la mirara de esa manera la ponía demasiado paranoica o algo así.
Al llegar, Harry aparcó el auto justo en el mismo lugar que estaba antes de salir y despacio todos bajaron. Sin embargo, cuando Camila se dirigía con Lauren hacia la casa, sintió la mano de Harry sobre su hombro para detenerla.
-¿Puedo hablar un segundo contigo?
-Uh...si, obvio...-musitó Camila, volteándose luego hacia Lauren-¿Le dices a mi papá que ya voy, por favor?
-Dale-dijo, pero antes de seguir a Louis dentro de la casa, se acercó a Camila y le estampó un beso en los labios, para luego sonreírle como desde el día anterior no lo hacía y seguir, ahora sí a Louis.
-¿Si?-preguntó Camila, sonriente y viendo a Harry-¿Qué me querías decir?
Harry sonrió y le acarició brevemente su mejilla, con un gesto de diversión en su rostro.
-No te hagas, Camila-murmuró Harry, en voz baja-Ya sé que nos viste a Louis y a mí.
Por un segundo se quedó seria, muy seria, pero luego no pudo evitar sonrojarse y explotar en risitas junto con Harry, quien se cruzó de brazos, entretenido.
-Bueno, bueno, lo admito...los vi, pero... ¡Te juro! ¡Te lo juro por lo más sagrado que no vi gran cosa, Harry! Te lo juro...en serio...es que me pareció escuchar un perrito llorando y...cuando me di cuenta que era Louis...
-Ah, entonces ahora dices que mi novio gime como un perrito...
-No, Dios, no...o sea no es que gime como perrito, sino que...bueno, así se escuchaba. No tengo la culpa...
-Obvio, porque la culpa de que él haga eso, soy yo. ¿No?
Nuevamente se quedaron serios ambos, hasta estallar en risas otra vez.
-¡Bueno, si! Lo admito...-soltó Camila, todavía riéndose-sí los vi, pero como te dije, no fue gran cosa. Enseguida me fui y...
-De una, yo me di cuenta cuando saliste corriendo.
-Pero, ahí te quedaste. Dándole y dándole...
-Obvio. No podía parar ya en un momento como ese, que capaz si lo hacía, me daba una parálisis o se me agarrotaba lo más esencial. Es horrible que te interrumpan...
-Perdón. Yo no quería...
-Nah, tranqui-dijo, sonriendo y abrazándola-No me interrumpiste, ya te lo dije. Fue hasta cómico y todo, porque Louis no se dio cuenta para nada.
-No se suele dar cuenta de nada, ¿No? Ni siquiera cuando te da patadas al dormir.
Harry alzó una ceja y luego, frunciendo el ceño, rió.
-¿Cómo sabes que Louis me da patadas?
-Porque tú me lo dijiste.
-¿Cuándo te lo dije?
-Esta mañana
-¿Esta mañana? ¿A qué hora? Yo no me acuerdo.
-No sé qué hora eran, pero... ¡Mierda, Harry! ¡Me estás tomando el pelo!
