SWALLOWED IN THE SEA
El haber recibido el diploma por parte de su padre y el título de Ingeniero de parte del rector fue una de las emociones más intensas que había sentido alguna vez.
Por graduarse con Summa Cum Laude, todo el recinto estalló en vítores y ovaciones que duraron casi 10 minutos y por eso los profesores y demás autoridades de la Universidad, tuvieron que poner orden, porque nadie prestaba atención y hasta se habían levantado para aplaudir, mientras gritaban "Excelencia Cabello", por el apodo que uno de los profesores le había colocado y que luego todos los demás profesores y estudiantes estuvieron de acuerdo en repetir cada vez que la veían por los pasillos, en clase o en cualquier parte. Ella sólo se sonrojaba cada vez que lo decían o lo recordaban.
Después de otra media hora de seguir nombrando estudiantes y ver pasar a sus propios amigos con sus respectivos títulos y la sonrisa grandísima en la cara, además de las respectivas payasadas de turno de Harry que hizo reír a una buena parte de la gente; Camila se dirigió hacia el podio donde el decano de su facultad la esperaba, luego de llamarla, nuevamente, para que diera el discurso que siempre debía dar el estudiante graduado con honores, que en ese caso era ella misma, para culminar con el acto que había durado ya 1 hora y media, casi 2 horas. Todo porque ese año se graduaba una población de 215 estudiantes, en total.
-Con cuidado, señorita Excelencia. No se lleve el micrófono-bromeó el decano a su lado, haciéndola sonreír y acomodándole el micrófono. Como se llegó a escuchar, varios rieron también.
-Muchas gracias, profesor Licari.
Alejándose de ella y dejándola en el podio, Camila sonrió nerviosamente y sintiendo que las manos le temblaban y apenas podía sostener la hoja con su discurso, que había intentado durante semanas, que no fuera largo y tedioso para que sus compañeros, profesores, familiares y amigos no se quedaran dormidos a mitad de éste.
Escuchó varios comentarios en apoyo, incluyendo uno de una de las chicas con la que se formaban los grupitos en apoyo a ella y otro en apoyo a Camila. La chica siempre buscaba la competencia con Camila de alguna manera y terminaba, generalmente, con los platos en la cabeza.
-Sí, Imhoff. Si quieres subir Tú y dar el discurso...
-No, gracias, Cabello. Sé que lo vas a hacer bien, como al final siempre pasa-respondió la chica, con un tono ácido, pero a la vez bromista.
-No te pongas celosa, Becca. Confieso que yo voté por ti en las elecciones pasadas.
-Y yo por ti, Cabello.
Una risa general acompañó el comentario, además de varios silbidos y dos comentarios sobre Lauren poniéndose celosa. Camila miró hacia atrás donde su novia estaba y le sonrió, misma vez que ella también le sonreía y agitaba la mano izquierda. Apenas fue ese instante en el que se dio cuenta que tenía lo que parecía una férula en la mano derecha y eso la hizo fruncir el ceño. Ya le preguntaría luego que terminara.
Observando nuevamente a Rebecca Imhoff frente suyo, le sonrió también y tomó aire.
-Yo también te voy a extrañar, Becca.
Esa vez fueron los aplausos y los silbidos. Camila rió cuando vio a varios de sus compañeros darle algunos golpecitos de broma a Rebecca y susurros al oído de sus amigas. La chica le sonrió a Camila, quedándose callada, pero también completamente sonrojada.
-Bueno...Tengo que decirles que acá tengo mi discurso para lanzarme a la presidencia de los Estados Unidos de... Nah, mentira. Borren eso... perdonen, es que estoy muy nerviosa...
-¡Que venga Lauren y te quite los nervios, entonces!-gritó uno de sus compañeros, causando más risas.
-Uhmm... no sé si sea correcto...-musitó a través del micrófono, mirando hacia los profesores, decanos y el rector, quienes también reían de las bromas. Entonces volvió a ver a Lauren-¿Lauren, cariño, quieres venir acá a quitarme los nervios?
