SWALLOWED IN THE SEA
Obsesivamente remarcaba una y otra vez el número del móvil de Lauren, sin éxito alguno. Siempre le caía de inmediato su buzón de mensajes, en señal de que el celular lo llevaba apagado; pero igual continuaba marcando, con la esperanza de que en uno de aquellos momentos, Lauren lo encendiera y la atendiera; mas eso no sucedía y ya comenzaba a preocuparle terriblemente.
-Deja de joder con el maldito...
-¡Sueltalo, Jack! ¡Dejame!
-Si no te contesta ahora es porque debe estar ocupada.
-¡No te metas! ¡Dame mi celular!
-No
-¡DAMELOOOOOOOOOOOOOOOOO!
-No, si no dejas de...
-Jack, devolveselo-cortó Alejandro, mirándolo seriamente a su hijo por el retrovisor. El chico obedeció, rodando los ojos y Camila le agradeció con un "Gracias" muy suave-Pero, Camila, deja tú también de llamar a Lauren.
-¡Pero, papá....!
-Si Lauren te dijo que venía, es porque lo va hacer, Camila-intervino su madre, terminando de arreglarle la pequeña corbatita a Jonah que iba en sus brazos-Solamente tienes que esperar.
-No quiero esperar. Odio esperar. Estuve esperando por casi 3 putos meses.
-Malas palabras acá no, Camila. Y no me rezongues. Disfruta este momento, no te preocupes, acuerdate que hoy es tu graduación.
"Acuerdate que hoy es tu graduación" ¿Cómo olvidarlo? Si desde que su madre había entrado a su habitación y la había despertado, esa fue la primera frase en escuchar. La verdad era que no deseaba recordar que ese día era su graduación, porque eso la hacía ponerse más ansiosa, más impaciente y demasiado impertinente; odiaba esperar y mirar con desesperación el maldito celular sin obtener la llamada de su novia.
Suspirando, preocupada, buscó el mensaje que en la noche le había llegado de parte de Lauren y lo leyó.
"Tarde, pero seguro. Buenas noches, Camila. Te amo"
Por ninguna parte del mensaje le señalaba dónde estaba, si ya había salido de NY ni nada. Detestaba cuando se desaparecía y no había manera de localizarla, porque ni siquiera Alan atendía su móvil, ni mucho menos alguno de los chicos, sus guardaespaldas... mucho menos James, el tío de Lauren; nadie daba señales de vida y eso la alteraba más que nada, porque era como si todos se hubieran puesto de acuerdo para amargarle el día que justamente debía estar feliz.
Volviendo a la realidad de golpe, la puerta de la camioneta se abrió a su lado y vio a su padre esperándola afuera para que saliera. Ya habían llegado a la Universidad y no se había dado cuenta de ello hasta ese instante. Él le sonrió, orgulloso y le tendió la mano para que la tomara y saliera de la camioneta. Camila obedeció y salió con cuidado, viendo además a su alrededor a sus hermanos, su mamá, su nana Emma; y sus tíos y primos que acababan de llegar en un auto que Jason había alquilado. Todos le sonreían, radiantes y poco a poco, por alguna razón, sentía que se iba haciendo el centro de atracción de las miradas de sus otros compañeros graduandos que iban con sus togas y birretes, orgullosamente caminando hacia el Auditorio. Alguno de ellos y ellas la saludaron y Camila les respondió con una sonrisa.
Su padre se acercó a ella y la abrazó, dándole un beso en la mejilla.
-Estoy muy orgulloso de ti.
-Gracias, pa.
-Va a ser mejor que entremos. Ya son las 7 en punto-declaró Scott, viendo su reloj.
