THE SCIENTIST
Todo había sucedido en un segundo, en un miserable y simple segundo muerto, en el que se quedó paralizada del miedo en la acera y viendo a Camila a un costado, completamente inmóvil; deseando que repentinamente se levantara y demostrara que estaba bien, pero nada de eso sucedió; ella seguía ahí, sin moverse sobre el pavimento. No escuchaba nada a su alrededor que no fuera el mortal silencio y lo único que se le ocurrió hacer, quiso levantarse y salir corriendo hacia ella, pero se había quedado de piedra, como en estado de shock y sin poder mover ni un músculo. Aquello parecía una pesadilla y sólo podía pensar en que quería que terminara ya.
Vio que Harry era el primero en llegar a ella, junto con Thiago y Louis, percibiendo todo como en cámara lenta. Harry la tomó levemente por los hombros y con el miedo adosado a lo blanco de su rostro, por el espanto que tenía; la miró a la cara y llevó unos dedos al ángulo de su mentón para tomarle el pulso carotídeo.
Lauren pudo, entonces, levantarse y acercarse también; comenzando a sentirse ahogada y asfixiada, empezando a sentir las lágrimas mojar sus mejillas, justo cuando se arrodillaba frente a Camila y tomaba su mano entre las suyas. Miró a Harry y deseó con toda su alma que el rostro del muchacho no fuera ese, el de desesperación, miedo, terror, dolor...todo conjugado en una sola. Harry miró a su alrededor, asustado y pareciendo un niño pequeño, perdido, que iba a ponerse a llorar.
-¡Una ambulancia! ¡No está respirando!
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Hay momentos en la vida en los que piensas que nada puede ser peor, pero entonces sucede algo que lo cambia todo y entonces entiendes que realmente sí que puede ir peor y es que todo pareciera volverse en tu contra. Así lo pensaba Lauren ahora, sobre todo cuando todos pasaron detrás de la camilla donde los paramédicos llevaban a Camila con una máscara de oxígeno, todavía inconsciente y velozmente siendo conducida hacia emergencias. Ahora sí podía respirar, pero con ayuda a ratos porque a veces se quedaba sin respiración nuevamente. Cuando habían estado todavía frente a la casa, Harry le había dado respiración boca a boca, por indicación de Sinu, mientras ella llamaba a la ambulancia y pegaba gritos porque no llegaban a tiempo. Cuando lograron que Camila respirara por sí misma, por medio del RCP, ya habían pasado unos 6 minutos y la ambulancia acabó llegando a los 13 minutos después del accidente.
Todavía Lauren tenía grabada en la mente, repitiéndose constantemente el grito de Camila llamándola y luego el empujón que le dio para sacarla del medio. Todo lo demás fue tan rápido que no tuvo tiempo para reaccionar y eso lo hacía más doloroso, porque mientras más pensaba que debería haber hecho algo, más era la culpa que sentía porque no había hecho absolutamente nada, sólo ver como un auto la embestía violentamente, haciendo romperse la parte trasera de la cabeza con el vidrio y luego la frente al caer y rodar hasta la zanja de la acera. Había estado haciendo todo por controlarse y no romper en llanto, pero cuando la pasaron por su lado y por un brevísimo segundo tomó su mano fría, simplemente gimoteó y no pudo seguirse aguantando más.
No sólo era Camila, no sólo era la vida de ella la que estaba en una delgada línea, sino la de su bebé. Había recibido un fuerte impacto en el vientre, producto del golpe contra el capó del auto y Camila y el niño estaban en situación crítica.
-No puedes pasar, Sinu-escuchó de pronto a uno de los doctores, deteniendo a la mujer antes que entrara con los demás hacia emergencias
-¡Yo soy médico también!
-Pero conoces las reglas. No puedes pasar, perdón.
-¿Y tienes idea de cómo está?
El doctor la miró por unos segundos, en silencio, hasta que escuchó que lo llamaban de emergencias. Él negó y le dio unas palmaditas en el hombro.
