Enamorada Del Idiota (TERMINADA)

Avanzar

Martes

—buenos días— susurra hundiendo su nariz en los cabellos de mí nuca. No puedo creer que nos hemos dormido en el sillón. Me hace ilusionar con la idea de dormir todas las noches con él. Sería... Grandioso.

Tengo los brazos dormidos al igual que las piernas. Pero no me importa, despertar a su lado compensa cualquier cosa. —tengo calor, me iré a dar un baño— le doy un beso en la mejilla. estiro mí cuerpo quitando toda la pereza y me levanto de un salto, cómo de costumbre, antes que vuelva a quedarme dormida. —deberías preparar tus cosas para ir a la universidad. O piensas faltar otra vez?

No dice nada. Se remueve entre los cojines hasta que logra sentarse. Asiento conforme y me dirijo a mí cuarto por mis cosas.

****

Mientras me cambio, escucho los murmullos en la sala. Lo que significa que todos ya están levantados. Espero que la charla el día de hoy, sea normal. Eso es irónico. Siempre odié el interrogatorio mañanero de mí padre y hoy, estoy rogando para que suceda.

En el pasillo me cruzo con Jimin que está por tomar su turno en el baño. Me guiña un ojo dándole su consentimiento a mí atuendo y se pierde por la puerta dejándome un poco más enamorada que de costumbre.

—buenos días— saluda mí padre con la voz adormilada. Le hago una pequeña reverencia y tomo mí lugar. —dormiste bien?— asiento y miro la puerta de la cocina. El olor agridulce invade mí boca recordándome el apetito que había olvidado. —te ves... Diferente. Creo que no había notado lo mucho que creciste estos últimos días.

Entonces, me tomo un momento para pensar. Yo tampoco lo había notado, pero ahora uso falda con camisa, ante no me animaba a combinarlas. O usaba un jean con camisa, o falda con una sudadera que nada tenía que ver... Sí, he cambiado. Toco mí cabello y noto que ya no está suelto o atado en la coronilla. Llevo una trenza cruzada que nace en mí sien, recorre mí cabeza y termina debajo de mí pecho. —es un regalo de jiyoon, ella insistió— limpio la tela blanca de mí pecho indicando de qué prenda me estoy refiriendo. Me mira con una sonrisa sincera y me pega una última ojeada.

—pues, te queda de maravilla. Me encanta verte así, no sólo es tu atuendo, sonríes a diario y hablas más— sé que quiere decir más, pero se contiene.

—jiyoon me ha ayudado mucho, digamos que me prestó un poco de su autoestima— susurro un "gracias" cuando Sandara se para detrás de mí y coloca un plato en mís manos.

—nunca te faltó autoestima— suelta sereno y se inclina para tomar su plato.

—no. Pero para vestir si y a ella le sobra— añado porque es verdad. Autoestima siempre tuve de sobra, pero a la hora de vestir lo que me sobraba era inseguridad.

—es una chica grandiosa

—lo es.

Nos quedamos unos minutos en silencio. El estar sola con él nunca se me había hecho tan incómodo. Pero cuando Sandara vuelve con el desayuno, parece que mí padre toma más coraje. —ayer me olvidé de decirte. Bueno... No me olvidé, pero no era el momento para hablar— Quedo con mí mano estirada en el plato de tostadas, lo miro y con timidez asiento para que continúe. —ayer hablé con Donghae— trago duro, con sólo escuchar su nombre se me revuelve la bilis. —quieres oír las malas noticias primero o las buenas?

—las malas. Después podré suavizar la primera— en realidad, me da igual

—bien...— se remueve en el asiento sin saber por dónde empezar. Dejo mí tostada en el plato y tomo el tazón de cereales. —terminó con tu hermana— suelta sin más y mis piernas flaquean. Lo miro por el rabillo del ojo simulando desinterés, lo cierto es que me he quedado atónita. —la buena, es que le dieron el cargo fijo en la universidad de Seúl. Se quedará a vivir en la ciudad— otra vez tengo esa extraña sensación de que no me está diciendo todo lo que quiere. —pensé que ibas a decir algo al respecto.