Desconocidos

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Veo cómo Jimin comienza a sacar ropa seca del armario. En otra ocasión habría dejado a quien fuera morir de frío con sus prendas mojadas, pero ese gesto gentil me demuestra una humildad en él que no conocía.

A decir verdad, nunca lo he conocido del todo. Nunca dejó que lo hiciera...

—necesitas ropa para dormir?— pregunta a lo obvio. El vestido se me ha pegado al cuerpo por la humedad y lo siento muy apretado.

—por favor— digo en un hilo de voz y me pasa una camiseta de mangas largas.

Toma unas cobijas junto a la ropa que seleccionó y sale de la habitación. Entonces, me apresuro a cambiarme. Decido quedarme con las bragas. No están tan mojadas cómo el brassier y por suerte la camiseta es lo suficientemente larga cómo para tapar más de la mitad de mis muslos.

No quiero acostarme. Sería incómodo que entrara y me encontrara echada en su cama. No sería la primera vez, pero se siente cómo si fuera un extraño para mí. No puedo evitar sentirme ajena a esta persona, no debería. Pero así lo prefiero.

Mis ojos se inundan al ver a makki recostada en su rincón. En mí estado debería evitar acercarme. El ginecólogo ya me ha advertido sobre los riesgos de las mascotas y las embarazadas, pero joder! Esa gata era cómo mí hija... Era cómo una bebé a la que con Jimin cuidábamos celosamente.

La pequeña duerme con esa tranquilidad que la identifica. Me arrodillo frente a ella y le hago caricias hasta que escucho el carraspeo de una garganta detrás de mí. —ahora sí. Podemos hablar?— asiento sin mirarlo y me remuevo sobre la alfombra hasta que quedo sentada. Ni loca me sentaré en la cama! —estás cómoda?

—claro— aseguro levantando la mirada y mí mandíbula se desencaja.

Él está parado junto a mí con las manos en los bolsillos.
Su cabello húmedo está despeinado y algunos mechones le caen sobre los ojos. Me encanta cómo luce... Podría ahogarme con mí propia saliva.
Noto que se ha cambiado de ropa por algo más casual. Una playera blanca que le queda suelta y unos pantalones cortos que le hace resaltar el trasero.

Mierda! Desde cuándo soy tan hormonal!?

Debe ser el embarazo... Si, eso debe ser

O quizá. Siempre sexualicé a Jimin y ahora me doy cuenta.

—tú dirás— digo simulando bostezar. Aunque en realidad lo hago para llevar una mano a mi boca y comprobar que no estoy babeando.

—estuve pensando. Mucho— aclara sentándose junto a mí sobre la alfombra. Por un momento me veo tentada a abrir sus piernas y sentarme en medio cómo lo hacía antes... Quizá, él también porque junta sus rodillas y se abraza de sus piernas cómo si tuviera miedo de moverlas demasiado. —no te haré un monólogo pidiendo perdón otra vez. Me di cuenta que eso es estúpido. No resuelvo nada disculpándome porque la herida ya está abierta y mí arrepentimiento no la cerrará— me mira y no sé qué debería decirle o si espera que lo haga. Sólo asiento animandolo a continuar. —creo que lo mejor es que intentemos ser amigos. Sé que no quieres ni respirar el mismo aire que yo y no te culpo por eso. Pero, quiero hacerme cargo del niño y para eso tenemos que intentar llevarnos bien.

—amigos?— pregunto con incredulidad. Levanto una ceja con diversión.

—si. Enfocarnos en el bebé y dejar a un lado todas nuestras diferencias. De nada nos sirve seguir discutiendo por lo mismo. No digo que hagamos cómo que nada pasó. Pero me gustaría que lo dejemos de lado por ahora y la mejor manera es que seas mí amiga.

—oh... Bueno, emm...— balbuceo sin saber que contestar. Claro que quiero, pero me siento muy incómoda con el término "amiga" desde cuándo pasé de ser su "hermana, novia, madre de su hijo" a AMIGA!? —es lo más maduro. Aunque no sé cómo lo lograríamos— ladea la cabeza y apoya una mano en el suelo. Deja caer el peso de su cuerpo en ese punto y así, queda inclinado hacia mí.

Enamorada Del Idiota (TERMINADA)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu