Enamorada Del Idiota (TERMINADA)

Lo que me gusta 🔞

—se supone que debes respirar tranquilamente para que pueda imitarte— pareciera que le cuesta inhalar y su pecho no puede normalizarse. Siento cómo resopla en mí oído, lo que me pone nerviosa y me hace llevar la imaginación por otro rumbo. Tengo que contenerme para no tener esos pensamientos —vamos, Jimin. Si haces eso cuando lo necesite, sólo me pondrás más nerviosa.

Lo miro sobre mí hombro. Estoy parada con las manos en el respaldo de la cama y él detrás de mi. Se supone que debe darme un suave masaje lumbar. Pero llevo minutos en esta posición y sólo he logrado que apoye su mentón en mí hombro y que sus manos rodeen mí cintura. —es más difícil de lo que pensé— confiesa balanceando su cuerpo pegado al mío, creando un baile acorde a la música lenta que suena de fondo. —a demás, no se supone que esto debemos hacerlo cuando tu vientre sea más grande?

—el doctor quiere que me prepare. Supongo que me ve cómo una inútil, incapaz de soportar el dolor del parto— no sé si esa es la razón. Pero él asiente conforme.

—quieres que dejemos esto de la preparación preparto para después?— pregunta cuando nos encontramos caminando en círculos sin romper la pose. Creo que mí cuerpo extrañaba tenerlo así. Me había acostumbrado tanto a sus manías, que ese simple acto me hacía olvidar que estaba enojada con él.

—supongo. No sé qué te pasa. Cómo si darme un masaje fuera algo difícil— digo con tono de burla. Espero que salga con alguna excusa referente a la incomodidad o a su falta de experiencia. Pero en lugar de eso, pega su cuerpo con más fuerza, dejándome atrapada entre el borde de la cama y él.

—es que... Se me hace muy excitante tenerte contra la pared y las piernas abiertas— ronronea sobre mí oído mientras su nariz recorre el cuello descubierto.

—jimin!—  carcajeo y lo golpeo con el codo, pero no lo quito. Dejo que absorba mí aroma esperando que no se detenga en sólo un abrazo necesitado.

—qué? Dijiste que querías que sea sincero y eso hago— lo dice cómo si le doliera y comienza a besar la piel que encuentra a su paso. Tengo que cerrar los ojos y las piernas para no dejarme  llevar tan rápido, aunque siento que será difícil por que escucho cómo respira agitado y eso me hace  quemar la cabeza—tú, no lo pensabas?

—en ese momento, luché para no tener esos pensamientos. Sólo pretendía que me hicieras sentir bien.

— Ahora lo estás pensando? Puedo asegurarte que tengo intenciones de hacerte sentir bien— sonríe en mí cuello dejándome la piel de gallina. Literalmente, me hace arder con nada.

Su mano juega con el dobladillo de la musculosa y sus dedos se pierden dentro hasta encontrar piel. Me estremece su tacto, me quita la poca fuerza que me queda para negarme. —si. Ahora tengo ganas de otras cosas— giro bruscamente para quedar frente a él. Quiero tener una distancia decente para poder admirarlo, pero me toma de la cintura demostrando que no permitirá que me aleje demasiado.

Parece un niño asustado, no creo que pueda acostumbrarme a ese lado que desconocía de él. En parte me conmueve, por otro me hace querer corromperlo y eso es precisamente lo que pienso hacer ahora.
Cruzo las manos alrededor de su cuello provocando que se incline a mí altura para juntar nuestros labios. Primero lento, pero lo intensifico cuando sus dedos se clavan en mís glúteos y presionan para pegar mí pelvis a la suya.

Sus labios se sienten temblorosos, tensos y eso me causa mucha ternura, pero de igual manera, llevo una mano a su boca y lo acaricio para tranquilizar su expresión. —siento que trato de violar a un pobre inocente— digo y empujo su cuerpo hasta la cama. Lo obligo a acomodarse para sentarme en una de sus piernas. —pide, Jimin!— susurro en su oído y me mira con una ceja en alto.