Rencuentro

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TESSA

Ocultó su forma bestial y dejó que el pueblo la apresara. Escuchó a la abuela Lin protestar y a Mal a lo lejos, pero ella simplemente se quedo quieta, esperando que los hombres le pusieran los grilletes pesados de metal. Conocía ese material, un metal antiguo que eliminaba los poderes de cualquier fae.

Tessrin los miró en silencio, hace mucho Ianthe había utilizado uno de esos para amarrarla a un tronco y azotarla.

Los siguientes minutos pasaron muy rápido. Se hizo un consejo de emergencia, Tessrin se quedó en una celda. Mal intervino por ella.

– No vienen por ella. Vienen por esto. – hablo y Tessrin imagino a Mal mostrando el libro. – vendrán más. – Prosiguió mientras las personas susurraban que era la culpa de Tessrin, que tendrían que desterrarla. Hasta algunos insinuaron que tenían que matarla.

– NO – Rugió Mal mostrando su autoridad. – Ella no es el problema, es esto. – volvió a decir y explicó su poder. – Aún si nos destierran, las bestias seguirán viniendo, los matarán por puro placer.

– Entonces ¿qué propones? – Preguntó la voz de una mujer joven.

– Tengo un plan, pero voy a necesitarla. – habló Mal con tranquilidad.

– ¿Cual es el plan? – preguntó la mujer con frialdad. Tessrin sintió el corazón de Mal, tan fuerte como un martilleo.

No tenia plan....

– Estudié las runas del libro, hay una forma de mantener a Sietsen seguro, pero ella es la única que sabe dibujarlas.

... Oh, Mal era buen mentiroso.

Cuando Mal entró a la celda después de horas de discusión con el consejo de emergencia, se veía agotado y preocupado. Se arrodilló frente a Tessrin y le tomó las manos.

– ¿Estas bien? ¿Te hicieron daño? – Tessrin negó con la cabeza.

– ¿Realmente crees que tu plan funcionara? – preguntó con las cejas levantadas, vio el rostro contrariado de Mal, así que ella añadió. – orejas de alto fae, escuchan muy bien, así que se que mentías. – Mal le sonrío ampliamente y le acarició una mejilla.

– Mi plan es sacarte de aquí. – le susurró al oído.

El corazón de Tessrin palpitó con fuerza. No quería escapar.

Si bien el plan de Mal había iniciado con una mentira, no estaba del todo descabellada, ella si había estudio el libro y sabia que si existía una runa que podía hacer lo que él decía. Tessrin la imaginó, si ella le hacia unos ligeros ajustes, podría funcionar. No dejaría a toda esa gente a merced de las bestias que podrían llegar.

– Creo que tu plan puede funcionar. – Mientras más lo pensaba, más tenia sentido. – El libro tiene runas de protección que se pueden usar para el bien con algunas ligeras modificaciones. Puedo poner un campo de fuerza alrededor de estas tierras, asociarlas a las vidas de estas personas, ellos podrán salir y entrar, pero solo aquellos que no quieren hacer daño a la gente de Sietsen podrán entrar.

– ¿Y realmente crees que funcionara? – preguntó una mujer detrás de ellos. Tessrin asintió con la cabeza.

– Estoy segura, he estudiado estas runas por meses. – habló y no mentía, todas esas semanas en el barco le habían ayudado a entenderlas a la perfección. Es más, estaba segura de que se conocía ese libro de memoria. Tanto que podía quemar el libro si quisiera.

Levantó la cabeza y vio a la mujer joven de ojos rasgados y cabellera oscura y corta

– Déjame hacerlo y también déjame quemar ese libro. – Tanto Mal como la mujer la miraron con sorpresa.

Una Corte de Venganza y Ruinas   -  Una Corte de Venganza y RedenciónWo Geschichten leben. Entdecke jetzt