Rota

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LAIA

Laia observó a Mor en la cama, desnuda y durmiendo con tranquilidad. Maldita sea, se había dejado llevar por completo. Se deslizó de la cama y quiso hacer lo que mejor sabia hacer en esas circunstancias. Quiso huir, pero la mano de Mor entrelazada a la suya la detuvo. Observó sus dedos entrelazados y se mordió el labio. Tomó aire con fuerza, ¿Por qué se había apresurado?

Quizás porque casi mueres.– Le respondió Mor por el vinculo. Laia se tensó.

– Ahora que sabes utilizar el vinculo, no abuses de él. – Le regañó, Mor le sonrió ampliamente y le beso la mano.

– Por favor, no sigas molesta y no me abandones mientras duermo, es de muy mal gusto. – Laia se encogió de hombros y se hecho sobre la cama, mirándola directamente a los ojos.

– No tengo nada de experiencia en esto. – le dijo la verdad. Mor frunció el seño.

– Yo creo que eres muy experimentada. Me has dejado sorprendida. – habló con una risita.

– No baba, no hay duda de que soy una diosa en la cama. Hablo de lo que viene después de eso. – Mor rio y luego le quitó los cabellos del rostro y la besó castamente en los labios.

– Hace tanto tiempo que no estoy en una relación que créeme cuando te digo que yo tampoco recuerdo como funcionan.

– Es cierto, eres una anciana. – bromeó para evitar la tensión.

– Aprendamos juntas Laia. – Le pidió Mor. Laia tomó aire.

– Eso depende de ti, pero hasta que tu lo decidas podemos hacer esto. – habló y simplemente la comenzó a besar con vehemencia mientras sus dedos se hacían paso a su centro.

BRYAXIS

Le había puesto la runa dela paz a la Diosa de la Guerra. Su cuerpo se estaba partiendo en dos y él era el único culpable de eso. La observó gemir de dolor, como si la runa la estuviera exorcizando durante días y lo único que pudo hacer fue quedarse a su lado, darle agua cuando pidiera, y esperar.

Al cabo de cinco días, Zemunin abrió los ojos dorados. Observó y lo empujó con fuerza.

– Eres un imbécil. – le gruñó, pero el golpe no había sido tan fuerte ni sus palabras eran tan acidas. ¿Era la runa o realmente no estaba tan malhumorada con él?

– ¿Los dejaste vivir?

– Si son fuertes sobrevivieron. – dijo con sequedad.

– ¿Por qué? ¿acaso la amas? ¿Es mejor que yo en la cama? – Preguntó

– No – respondió secamente y casi ofendido.

– Entonces ¿Por qué?

– Lo que tengo aquí, sea lo que sea te pertenece a ti y solo a ti. – habló tocando su pecho.

– Sin embargo, diste tu don por ella. – Replicó

– Porque ella lo vale. – habló con sequedad.

– ¿Eso que significa? – Preguntó elevando la voz.

– Ella es para mi, lo que Zafrina fue para ti.

– Luz en la oscuridad. – dijo Zemunin después de un largo silencio. Levantó la vista y observó a Bryaxis. – Eso quiere decir que jamás podré matarla.

– Ni a ella, ni a su hermana. – Tomó aire con rabia y luego asintió con la cabeza.

– Dime que paso con Dorael. – pidió y él lo hizo. Toda la verdad.

Una Corte de Venganza y Ruinas   -  Una Corte de Venganza y RedenciónWhere stories live. Discover now