Pacto de sangre

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TESSRIN

Las despedidas nunca habían sido su fuerte y esa no era la excepción. Se despidió rápidamente de la gente, abrazo con rapidez a la abuela Lin y a Ryuk y luego desplegó sus alas tan rápido como pudo.

– Los espero en la colina más alta. – se limitó a decir mientras surcaba el cielo. Se arrepentiría, obviamente lo haría, pero prefería no estar allí y que todos vieran las gruesas lagrimas cayendo por sus mejillas.

Llegaron una hora despues. Cada uno montado en un ilathucomo Eyra.

– ¿Te encuentras bien? – le preguntó Mal mientras se acercaba a ella. Tessrin estaba debajo de un árbol frondoso y de hojas largas.

– Si. – se limitó a decir, aun que lo que realmente quería decir era "no, no, no" "siento que ya nunca más volverás a verlos ", "que alejarte de tu familia es mi culpa "...

– Basta. – gruñó Mal. Tessrin entornó los ojos. ¿Acaso había hablado en voz alta? – Conozco esa mirada de pensar más de lo que debes, no te pongas peso imaginario sobre la espalda. – se limitó a decir.

– ¿No estas molesto? – preguntó Tessrin.

– ¿Por qué te fueras despidiéndote tan poco? – preguntó. Tessrin se encogió de hombros. – no puedo molestarme, aun que quiero hacerlo.

– ¿Por qué no? – Mal mostró los dientes en una sonrisa que era más una mueca, parecía preocupado por lo que iba a decir.

– Fui a verlo, a decirle en su cara, lo imbécil que era si no venia. – Los ojos de Tessrin se abrieron como platos, mientras se paraba de un brinco.

– ¿Estás loco? – preguntó intentando contener su enojo y revisando su cuerpo con la mirada para ver si había algún rasguño.

– Posiblemente lo estoy, pero no había nada que perder.

– ¿Nada? ¿Tu vida te parece poco? – Mal tomó aire.

– Tessa – hablo con seriedad – Olvidas que soy el capitán de un barco mercenario, que se ha mantenido en el poder por toda la sangre que ha derramado, tanto de fae como humana.

El cuerpo de Tessrin se erizó.

– Puedo cuidarme solo, ¿sabes? – se limitó a decir. – ahora, ¿estamos a mano? Tu no te molestas y yo tampoco. – habló y su sonrisa esta vez fue real. Tessrin quería darle un golpe y también molestarse por lo idiota que había sido, pero entonces sintió el aroma de Cal. Tomo aire y le entregó la mano.

– Es un trato– habló mientras le estrechaba la mano y sentía la presencia de Cal cada vez más cerca– y creo que lo hiciste bien. – continuó y miró detrás de su hombro. Allí venia Cal.

Giró mientras tomaba su mano y entrelazaba sus dedos.

– Si me comporto como un completo idiota con él, no me culpes, no soy perfecto. – Habló entre dientes. – y si se queja por el pequeño pedazo de fresno que le toco en la barriga, es un bebe. – susurró. Tessrin solo pudo abrir los ojos como platos, pero no logró decir nada. Cal descendió con fuerza, haciendo que el viento que producían sus alas le desordenaran el cabello.

– Sigue regodeándote de ese momento, no volverá a pasar.

Mal mostró los dientes.

– Estoy seguro de que no quieres comprobarlo. – habló mientras tocaba su cinturón de cuchillas. Cal le mostró los dientes en forma de amenaza.

Se escucharon dos aplausos.

– Felicidades machos, son unos estúpidos niños. – dijo Bryaxis desde el otro extremo.

Una Corte de Venganza y Ruinas   -  Una Corte de Venganza y RedenciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora