Una Corte de Venganza y Ruinas - Una Corte de Venganza y Redención

Lo siento

Tessrin

Tessrin sintió en ese momento como otra explosión hacia vibrar sus oídos y su estomago, luego observó el cielo y el bosque, llenándose de polvo. Oleadas y oleadas de polvo cubrían todo lo que estaba delante de ella. La ola la cubrió y entendió al sentir el sabor de roca en la boca que la exposición había sido eso, habían reventado una montaña rocosa hasta hacerla polvo.

La realidad la golpeó con fuerza, pero no tuvo tiempo de recomponerse. Llegó el olor a sangre tan fuerte y pungente que Tessrin tuvo miedo. ¿Rhysand y su gente estarían bien?

El polvo era tan denso que tapaba todo a su alrededor, así que se lanzó en picada guiándose solo por el olor. Escuchó la advertencia de Bryaxis al mismo tiempo en el que veía el manto de oscuridad bajo ella. Tanta oscuridad que sintió que la tragaría entera. Se alejó, sabía muy bien que esa magia tan extraña provenía de Rhysand. Comenzó a batir sus alas para tener un rango de visión más grande. Lo que encontró la paralizó por un segundo. Miembros desmembrados, partes de alas y sangre, mucha sangre por todos lados, como si algo hubiese explotado arrasando con toda la tropa de ilaryanos que estaban al frente. Vio a Rhysand de rodillas, apuntando sus manos hacia la masa negra que estaba frente a el.

Bajó hacia esa zona tan rápido como pudo.

– ¿Que pasó? – preguntó. Rhysand la observó en silencio. Su rostro estaba pálido. Podía ser el ser más poderoso de esas tierras, pero su magia se estaba drenando y si seguía así posiblemente se quedaría sin nada.

– Ayúdalo. – Pidió ajustando los dientes con fuerza. Tessrin vio que detrás del Alto Lord estaba Cassian, sangrando y con las alas destrozadas. Tessrin se arrodilló, se mordió los dedos para que la sangre fluyera y comenzó a hacer runas en su rostro, alas y en el pecho que estaba con quemaduras y rocas incrustadas.

Miró a Bryaxis, su rostro estaba desencajado, de seguro pensando en lo mismo que ella estaba pensando en ese momento: ¿La fuerza de Zemunin era tan grande que necesitaba todo el poder de Rhysand para contenerla?

– Necesitas ayuda, ¿dónde esta tu compañera? – Preguntó Bryaxis mientras ella continuaba con las runas.

– NO. – gruñó Rhysand. – Ella no puede venir. – continuó con cansancio en la voz.

Tessrin no quiso hacer más preguntas aun que le parecía bastante extraño que su compañera no estuviera allí. Pensó en Cal y maldijo al darse cuenta que hubiese sido bueno tenerlo allí con ella.

Se levantó del piso al escuchar el corazón de Cassian latiendo con más fuerza y fue a hacerle una runa de curación a Rhys, aun que sabia muy bien que eso no serviría de nada si su magia se drenaba.

– Si no hay nadie para ayudarte, necesitamos de alguna manera ponerle la runa de paz para tranquilizarla y atraparla o tu morirás y ella se escapará – Habló Tessrin con severidad.

Bryaxis recogió un pedazo de ala de uno de los ilarianos que había reventado con la furia de Zemunin y se lo entregó a Tessrin.

– Hazla aquí y yo se la pondré. – Le pidió mientras Tessrin tocaba el pedazo de piel y dibujaba la runa con su sangre.

– Tienes que hacerlo rápido, sino se secará. – Bryaxis asintió con la cabeza y ambos miraron a Rhysand, esperando que el abriera su manto de oscuridad.

Rhys asintió con un parpadeo y lo abrió. Bryaxis entró sin ni si quiera despedirse, las paredes de niebla oscura se cerraron tras de el y ella sintió un hueco en el estomago que se convirtió en la peor sensación de impotencia en ese momento. Comenzó a caminar de un lado a otro, como un animal encerrado y como sabia que se volvería loca si no hacia nada al respecto, comenzó a buscar a todos los sobrevivientes que pudiera haber. Solo encontró a dos Ilarianos. Solo dos de todos los cuerpos que estaban allí sin vida. El primero era un ilariano adulto y la segunda era una joven ilariana, ambos tenían el cuerpo parcialmente quemado y realmente no sabia si sus alas sobrevivirán, sin embargo les comenzó a poner las runas mientras contaba los minutos con desesperación. Bryaxis ya se estaba tardando demasiado.