El fin de la guerra

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TESSRIN

El tiempo se paró para ella, su vida se acabo allí. Sintió como su pecho se comprimía, como ya nada valía la pena, ni si quiera su tierra o su gente.

No amor, no te des por vencida ahora. – dijo Cal a través del vinculo y la sacó de la oscuridad en la que se estaba sumergiendo. Sintió como nuevamente sus pulmones se llenaban de aire, pero, aun así, el vacío en el pecho continuó, justo donde había estado el tatuaje que la unía a Mal.

– Si no quieres que tu otro compañero muera, vete ahora. Acaba con esto ahora. – Le gruñó Bryaxis regresándola a la realidad por completo. Pero ¿Cómo lo haría sin él? ¿Cómo se levantaría si uno de sus compañeros estaba muerto?

– Carajo Tessrin, hazlo ahora, sino será demasiado tarde – gritó Bryaxis haciendo que su cuerpo temblara. – Tamízate y acaba con tu padre. No resistiremos más.

– No, Ezra....él...él tiene que... – Ni si quiera podía articular una oración. Estaba conmocionada.

Yo estoy con Ezra. – respondió Cal. – Ve por tu padre. Lo mantendré entretenido aquí.

Tessrin gritó con dolor e impotencia, no quería dejarlo, pero por otro lado aun escuchaba su voz, pidiendo que luchara, que no se diera por vencida. Beso la frente de su querido Mal y se levantó.

– Por favor sácalo de aquí – Le pidió a Bryaxis. El Dios del miedo asintió.

–Adiós niña – Respondió mientras Tessrin tomaba la espada de Mal y se tamizaba hacía la mansión de su padre.

CAL

El pecho de Cal se quedó sin aire, como si hubiesen arrancado algo desde la raíz. Parte de su corazón, parte de su estabilidad. Gritó al darse cuenta de que el tatuaje que lo unía a Mal ya no estaba. Su compañero estaba herido, quizás muriendo. Su magia salió de su cuerpo como una exposición haciendo que todas las bestias que tenía encima se desintegraran. Voló como una flecha hasta llegar a Ezra, aun con la cola dentro del cuerpo de Mal. Quiso vomitar al ver a su compañero en ese estado, pero no hubo tiempo, hizo que todo el dolor se volviera rabia, así que se lanzó sobre Ezra y comenzó a golpearlo una y otra vez con tanta rabia que ni el se reconoció. Giró un segundo para ver a Tessrin y Mal, estaban cubiertos por Bryaxis. Fue solo un segundo, pero eso bastó para que Ezra saltara y se alejara de él. La bestia con rostro de lobo rio y escupió sangre e icor por la boca.

– Un simple humano, que patético Caladrial. – Le habló burlonamente. Cal le gruñó y le lanzó las lenguas de oscuridad una y otra vez, Ezra las esquivó rápidamente. – Estas distraído. ¿Tanto te ha dolido perderlo? – preguntó con burla. Cal estaba distraído, tenía que admitirlo, pero no era fácil teniendo a Tessrin en sus pensamientos mientras luchaba con Ezra. Le pidió que no se rindiera, le trató de pasar fuerzas por el vinculo, pero no lo logró, él quería rendirse al igual que ella, después de todo habían perdido a Mal. El pecho se le contrajo de solo pensar que ya no lo vería más.

Sintió las ganas de Tessrin de atacar a su hermano. Ese dolor contenido que estaba a punto de explotar en rabia. Si la dejaba hacerlo, posiblemente morirían, porque al igual que él, ella estaba destrozada y distraída.

Yo estoy con Ezra. – respondió Cal. – Ve por tu padre. Lo mantendré entretenido aquí.

Tessrin no respondió, solo se tamizó.

– ¡No! – Gritó Ezra al darse cuenta de que su hermana se había alejado.

– SI – gruñó Cal y lo cubrió en su magia oscura. Estaba débil, sabía que no acabaría con Ezra, pero por lo menos le daría tiempo a Tessrin.

Una Corte de Venganza y Ruinas   -  Una Corte de Venganza y RedenciónWhere stories live. Discover now