Presentada

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TESSRIN

Estaba furiosa con ella misma porque se había dejado llevar por las apariencias y sobre todo porque Dorael le acababa de dar quizás una de las mejores lecciones de la vida.

Giró para verle y le entregó la daga.

– ¿Podemos almorzar? Muero de hambre. – mintió, no quería comer, pero debía mantenerse en ese papel que al parecer le encantaba.

Dorael asintió complacido y regresaron al comedor.

– Eres bastante fría con estas cosas. No vi que tu mano temblara ni un solo segundo – la alagó.

– ¿Creíste que todo lo que te dije era mentira? Se matar Dorael y no me carcome la conciencia. – continuó y se metió un pedazo de carne a la boca.

Dorael volvió a sonreír complacido, al parecer recién estaba comprendiendo a quien tenia frente a él. – Bien, ¿puedes decirme si puedo quedarme con esos niños o no? – preguntó ella.

– No vamos a adoptarlos. – hablo Dorael.

Tessrin escupió el vino que tenia en la boca y rio con ganas.

– Por su puesto que no. – habló aun sonriendo. Dorael también sonrío ligeramente. Una sonrisa extraña, de felicidad y nada de maldad, como si realmente le hubiese dado gracia su forma de actuar. – Solo quiero tenerlos hasta que el niño este curado.

– ¿Y luego soltarlo para ver como la familia de los attors los descuartice vivos? – preguntó. Tessrin no rio , se quedo completamente seria.

– No pensé en eso.

– Tranquila, no va a pasar. – obligaré a que algún grupo de humanos los acoja. Tu deja que de eso yo me encargo. – habló restándole importancia.

– Por si las moscas, se irán con una runa que me avisará si cumples tu promesa.

Volvió a sonreír y Tessrin sintió, que era porque comenzaba a recordarle a Zemunin. Eso era bueno y asqueroso a la vez. No pudo contener su mirada por mucho tiempo más, así que lanzó un comentario acido mientras miraba su plato.

– ¿Me parezco a ella? – preguntó. Dorael se tensó ligeramente, casi un movimiento inadvertido si ella no hubiese notado la mano tensarse en el cuchillo.

– Cada vez más, aun que ella hubiese matado al attor solo por diversión. – Tessrin se tensó y bebió un sorbo grande de vino.

– Me hubiese gustado conocerla. – mintió. Dorael lo notó y sonrió ligeramente.

– Tal vez en otra vida, en esta te hubiese matado en un parpadeo. – se limitó a decir y siguió comiendo.

– ¿Era hermosa? – preguntó. Dorael tosió un poco.

– ¿A que vienen estas preguntas?

– A que no me chupo el dedo, de seguro tu y ella tuvieron algo. Terminó mal y te encerró aquí. – Dorael tomo aire y luego lo votó con calma.

– No voy a contestar a nada más y no me busques con este tema. – habló amenazante. Tessrin no pudo evitar apoyarse en su respaldar en silencio y seguir comiendo.

Odiaba el silencio junto a Dorael. No aguantó ni unos minutos cuando habló de nuevo.

– Tus soldados son muy aburridos. Me llevaron a caminar por solo lugares caros. Quiero conocer realmente Balhala, a su gente.

– Si... bueno, has hecho un gran alboroto allí afuera, lo mejor será que te presente formalmente mañana, en el ultimo día de entregas, en el Coliseo.

Una Corte de Venganza y Ruinas   -  Una Corte de Venganza y RedenciónWhere stories live. Discover now