Calanmai

241 18 31
                                    

TESSRIN

Habían pasado cuatrocientos días en total desde que ella se levantó y comenzó a tomar su cargo con seriedad. Cuatrocientos días desde que ella había matado a su hermano y había destruido la mansión de su padre. Recibió quejas sobre su actitud y tuvo una gran pelea con Mal y con Laia por ello, pero Tessrin jamás se arrepintió de hacerlo, después de todo ahora tenia paz. Después de todo ¿Cómo hubiese dormido tranquila sabiendo que su gemelo estaba vivo y solo, viviendo su propia pesadilla por toda la eternidad?

Observó su nueva casa, una casona amplia encima de una colina que le permitía ver el océano desde lo alto y la ciudad que se estaba formando abajo. Con un bosque a sus espaldas con grandes arboles de todas las clases. Su hogar olía a primavera, llena de aromas de frutos y flores. Vio a su gente moverse allí, prendiendo las hogueras para el Calanmai y luego escuchó las risas de los niños en la ciudad empedrada llamada Antica y sonrío. Simplemente lo hizo al darse cuenta de que su Tierra había necesitado tan poco tiempo para volver a crecer y florecer. Se tamizó hacía el balcón de su habitación para tener una mejor vista de todo lo que le rodeaba.

Había tardado en encontrar el perfecto lugar para asentarse. Un lugar que tuviera cuevas mágicas cercanas, como las que tenia la mansión de su padre, pero que también estuviera cerca al mar, para que Malachi estuviera tranquilo y cerca a grietas que le permitieran a Cal dar viajes a la Corte Noche para que estuviera cerca de su familia. Había tardado, pero al fin lo había encontrado, un pedacito llamado hogar.

– Tessa – Le habló Mal detrás de ella. La joven Alta Señora giró para observarlo. Ya se había acostumbrado a verlo con cabellera oscura y con las mejillas ligeramente sonrojados, pero jamás se acostumbraría a la cicatriz que tenia en el pecho o a que seguía envejeciendo, como un humano normal. Aún seguía teniendo pesadillas con esos dos últimos puntos.

– ¿ Qué pasa? – le preguntó mientras se acercaba a él. Cal aun seguía teniendo su siesta de media tarde en la cama. Por alguna razón, parecía más cansado en esos días.

– ¿Estas segura que quieres hacer el Calanmai? Parece bastante barbárico. – habló algo sonrojado.

– ¿La idea de que los posea a los dos en una cueva no te parece tentador? – preguntó Tessrin mientras se acerca a su cuerpo desnudo y lo abrazaba. A ella le ponía nerviosa. No quería tener espectadores viéndola hacer el amor con sus dos compañeros. Ni si quiera quería que la escucharan.

– A mi me encanta la idea. – Dijo Cal entre las sabanas. Tessrin le sonrió con picardía.

– A mi también. – Finalizó dándose fuerzas, evitando que sus compañeros se dieron cuenta de su nerviosismo. Se hechó en la cama con tranquilidad.

– Leí sobre eso, los humanos eran asados con vida en esas fiestas, las hembras eran violadas y había orgias que ni te cuento.... – Continuó Mal. Tessrin se puso de rodillas sobre la cama y le tomo el rostro con ambas manos.

– Nada de eso va a pasar mi amor, ya todo esta planificado.

Tendría a sus mejores soldados protegiendo la zona y a parte de eso, secretamente Laia y Tessrin habían puesto runas de protección en todas las zonas de la fiesta y en sus alrededores. Cualquiera que estuviera presente se comportaría aun si no quisiera hacerlo. Se habían preparado para esa fiesta durante casi doscientos días. Después de todo, era el día perfecto para presentar a Primavera con formalidad frente a los Altos señores y toda su gente. Vendrían de todos lados, hasta gente de Continente.

Mal gruñó y Tessrin lo beso.

Todo estará bien. – Le susurró a través del vinculo que Cal había vuelto a poner en ellos tres y luego le mostró las runas que ella y su hermana habían dibujado. La sonrisa en el rostro de Mal se hizo más grande. La empujó para que callera sobre el regazo de Cal. Vio su rostro, sediento de su cuerpo, como si el sexo de anoche y el de esa mañana no hubiese sido suficiente.

Una Corte de Venganza y Ruinas   -  Una Corte de Venganza y RedenciónWhere stories live. Discover now