Errores

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Tessrin

– Se lo que hiciste. – Le dijo Dorael en el momento en que se tamizaron al castillo.

– Quedamos en que tenían que morir y así fue. – Habló ella con normalidad, sin embargo su cuerpo estaba tenso y el miedo corría por debajo de sus venas. Se había arriesgado demasiado.

– Pero no sintieron dolor.

– Solo tu te diste cuenta de eso, para los demás fue un espectáculo increíble y sangriento, me encargue de eso. – habló ella y siguió caminando, Dorael la agarró de la muñeca, obligando a que girara. Miró su dedo. El pequeño punto donde ella había hecho el corte ya no existía.

– Así que es tu sangre. – se limitó a decir.

– Si. – gruñó entre dientes y se soltó de su agarre.

– Quiero comprobarlo. – habló

– Bien, necesito una hoja, pluma y una caja con un candado. Como la primera vez. – habló con frialdad.

– Para que esto sea mas entretenido, que sea uno de mis soldados.

Tessrin puso los ojos en blanco. De una tortura a otra, no había tregua.

– Como tu quieras. – dijo con cansancio.

El soldado entró, era joven y delgado, parecía nuevo. Tessrin sintió lastima por él, pero ya estaba demasiado cansada como para generar una nueva idea para sacarlo de allí sin algún rasguño.

– Haremos una runa sencilla. – le dijo y dibujó un par de ellas, inofensivas y fáciles de utilizar.

– ¿Qué significan? – le preguntó.

Ella señalo la runa que parecía una iinvertida. –Calma. – mostró que parecía una e – Paciencia.

– Quiero una que duela. –dijo él mientras sonreía. Tessrin tomó aire y dibujó la más complicada que pudo imaginar, él jamás lograría dibujar esa.

Ese fue su primer error.

Dorael practicó en el papel por un instante. El maldito bastardo tenia una buena caligrafía y supo hacerla a la perfección. Tessrin comenzó a sentir que todo iba en espiral.

– Tu sangre. – Exigió y en un movimiento felino le pincho con la pluma.

– Auch. – dijo ella con indignación mientras observaba a Dorael acercarse a su soldado.

– Quédate quieto. – le ordeno y dibujó la runa en su frente.

No, no, no. Eso no.Pensó mientras el macho se retorcía de dolor. Al cabo de unos segundos su cuerpo seguía teniendo espasmos, pero ya no tenia vida. La sangre comenzó a caer por sus ojos, su nariz y oídos. Dorael le acababa de quemar el cerebro con esa runa.

Lo miró con dolor sin poder ocultarlo mientras Dorael se sentaba en su trono con una sonrisa lobuna.

– Esto quiere decir que si puedo hacerlo con tu sangre, tu ya eres inservible. – habló con la mirada de depredador.

Tessrin en ese momento sintió que todo se iba al piso. Todo lo que había logrado, todo se estaba yendo.

Tomó aire con fuerza y dejó que ese lado salvaje la dominara. Se tamizó y llegó a centímetros de él, sintiendo su aliento a sangre.

– ¿Y de donde sacaras el conocimiento de las runas? Puede que utilices mi sangre como tinta, pero tu no sabes escribir, solo imitar. – habló ella con fiereza.

Una Corte de Venganza y Ruinas   -  Una Corte de Venganza y RedenciónWhere stories live. Discover now