Ezra

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Tessrin

No regresó a tierras ilarianas, solo dio un salto hasta los bosques fronterizos con la Corte Primavera y comenzó a buscar los lugares donde estaban las runas de Ezra.

¿Qué es lo que te sucede?– Le preguntó Ezra. Le había permitido entrar a su mente sin saber el por qué. Tal vez no quería estar sola o tal vez realmente quería a su gemelo en ese momento.

– No lo sé – Dijo sin ganas de discutir. Simplemente solo quería caminar, ver y sentir sus tierras (y tenerlo a él a su lado, como los viejos tiempos en ese mismo bosque).

– Cuando éramos pequeños me decías exactamente esa misma frase cuando algo grave pasaba y no sabías como sentirte al respecto. Aun recuerdo cuando descubriste que mamá iba a morir en el nacimiento de Laia. – habló sin la voz acida.

Tessrin recordó ese momento. El preciso instante en el que vio a su padre caer de rodillas y abrazar a su madre. El preciso instante en el que Tamlin le pidió que abortara a Laia y su madre simplemente le dijo "Todo estará bien, tendrá mi esencia en nuestra pequeña hija y eso es lo que cuenta".

Recordó también cuando Ezra le preguntó que pasaba y ella respondió "No lo sé", pero lo abrazó con fuerza y se hecho a llorar. Recordó los brazos de su hermano rodeándola con fuerza y llorando a su lado por entender lo que pasaría.

– Mamá fue egoísta. – Susurró Tessrin, jamás lo había dicho en voz alta, pero allí estaba, sacando recuerdos dolorosos de su vida para sentirse más miserable.

Ezra asintió con la cabeza.

– De todas maneras, creo que esto no hubiese sido diferente. – habló Ezra señalándola y luego a él. – Desde que supe que tú eras la primogénita el deseo de matarte fue creciendo más y más.

– Wau hermano, tu si que sabes levantar el animo. – habló con ironía y siguió su caminata. Ezra sonrió, pero no hubo nada de felicidad en esa sonrisa.

– No puedo evitarlo. ¿Por qué estas mal? – preguntó.

– La pregunta es ¿por qué estas siendo tan civilizado?

– Aburrimiento básicamente, eres la única persona nueva con la que puedo hablar.

– ¿Ianthe te aburre? – le preguntó, aun que posiblemente ella le estaba hablando por la misma razón. Quería alejarse de la gente que conocía.

– Es muy intensa. – Se limitó a decir. Tessrin asintió con la cabeza y tomó aire con fuerza.

– Un amigo mío me traicionó. – Se limitó a decir mientras veía la runa en el piso, era una runa negra tatuada en la tierra seca. La tocó y sintió una especie de estática caliente que le hizo crisparse de nervios.

– ¿Era tu amante? – Se aventuró a preguntar Ezra. Tessrin levantó la cabeza y le miró con algo de asombro.

– No, claro que no.

– ¿Entonces por qué es tan importante? – preguntó y no había nada de malicia en esa pregunta, solo falta de entendimiento. Tessrin se encogió de hombros mientras veía a su hermano. Sus facciones no habían cambiado en lo absoluto desde la ultima vez que lo vio, aun que su cabellera dorada ahora estaba ya en sus codos.

– No lo entenderías. – Se limitó a decir. Luego observó a su hermano. – A veces te extraño. – Ezra la observó con sorpresa. – Al antiguó tu. – añadió Tessrin sin saber por qué estaba siendo tan honesta con él. Tal vez muy dentro de ella había aun la pequeña esperanza de no iniciar una guerra.

– Yo no y para que lo sepas, te mataré cuando te vea. – dijo con frialdad. Tessrin asintió con la cabeza y cerró su mente. En ese momento toda esperanza minúscula de terminar bien con su hermano se esfumó.

Una Corte de Venganza y Ruinas   -  Una Corte de Venganza y RedenciónTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon