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Tras escuchar esas palabras, Natalia se levantó de la mesa y salió al balcón para fumarse un cigarro.

Olivia no sabía cómo reaccionar frente a la discusión de aquellas dos, que a sus ojos eran como verdaderas hermanas. Ante la tensión, se levantó para recoger la mesa. Ici lo hizo también.

- Se le pasará - suavizó Ici-. Siento que nos hayas tenido que ver discutir, quizás no debería haberme entrometido.

- ¿Crees que mi madre está amargada? - preguntó la chica-.

- ¿Qué? ¡No! - desmintió fervientemente Ici -. Ha sido el calentón del momento, no quería decir eso...

- ¿Tú sabes quién es Alba? - preguntó Olivia directamente y a Ici se le resbaló uno de los vasos que llevaba hacia la cocina-.

- Eh... Voy... voy a recoger esto - titubeó la amiga de su madre y desapareció para buscar la escoba-.

Cuando hubo limpiado todos los cristales, Olivia repitió la pregunta de la discordia.

- Ici, ¿quién es Alba?

- Oli... Yo... no sé - carraspeó-. No conozco a ninguna Alba.

- Por favor - rogó-. He encontrado una libreta con canciones para ella que tiene mi madre escondida. ¿Quién es?

- Nadie - evitó la mirada demandante de Olivia-. Pregúntale a tu madre, cariño.

- ¿Tiene algo que ver con lo del verano en Santa Pola? ¿Lo que dijiste antes, que enfadó a mamá?

- No.

- Ici, mírame - pidió Olivia y ella obedeció encontrándose con un par de ojos suplicantes-. Desde que tengo uso de razón solo he visto a mamá feliz por mis cosas. Ni con papá ni en todo este tiempo que lleva sola, se ha ilusionado o enamorado de nadie. En esa libreta hay sentimientos que yo no sabía que mi madre había tenido nunca. No sé de qué se trata pero, sé que tú tanto como yo quieres que sea feliz.

- Oli...

- No. Déjame hablar. Tú siempre se lo dices, que viva su vida. Dame algo de lo que pueda tirar. Por favor, solo quiero intentarlo - rogó Olivia con los ojos inundados de lágrimas, aunque se resistía a dejarlas rodar-.

- Se llama Alba Reche.

- ¿Fue novia de mamá? ¿Estuvieron juntas? - quiso saber Olivia-.

- Ya te he dicho más de lo que debería, cariño. Eso no me corresponde responderlo a mí.

Ici desapareció del salón y se dirigió al balcón dónde Natalia fumaba su tercer cigarrillo, dispuesta a hacer las paces con su amiga.

- Lo siento. No debí meterme - esas palabras hicieron que Natalia girara la cabeza para mirarla-.

- Yo también me pasé. No quería gritarte. Sacaste ese tema y no me supe controlar.

- Ya. No entiendo porque te pones así, la verdad. No es para tanto y han pasado muchos años.

- Ici, no me apetece hablar de eso - advirtió Natalia-.

- Ay... está bien. No quiero discutir más contigo por hoy - se acercó a dejar un beso en la mejilla de la morena-. Pero deberías dejar que tu hija tenga un verano a la altura del mejor de los tuyos, Nat.

- Lo pensaré.



Alba Reche. Alba Reche. Alba Reche.

Olivia no podía creerse que Ici le hubiera proporcionado un apellido, algo con lo que empezar a investigar.

Al poner el nombre en Google salían bastantes resultados. No sabía a quién buscaba, seguramente a alguien de la edad de su madre, posiblemente de Pamplona como ella. ¿O de Santa Pola?

Definitivamente, la anécdota que había sacado a relucir Ici había encendido la mecha de su madre automáticamente, cosa que no solía pasar ya que la morena solía hacer gala de bastante paciencia. Podía ser alguna pista.

Tras varias búsquedas en distintas redes sociales y una gran cantidad de perfiles descartados, Olivia creyó haber encontrado a la Alba Reche correcta.

37 años, uno más que su madre. Nacida en Elche, Alicante. Y muy guapa. esas fueron las primeras conclusiones que pudo sacar Olivia.

Era artista, concretamente pintaba, lo cual al parecer había combinado con dar clases de arte en distintas universidades.

Por lo que veía en su activo perfil en Instagram, había vivido en varias ciudades en los últimos años: París, Berlín, Londres y Amsterdam entre otras. En todas ellas había expuesto sus obras en distintas galerías y recibido algún que otro premio.

Pese a que no era un nombre especialmente destacado en el mundo de las artes plásticas, a Olivia le pareció que esa mujer realmente se las había apañado para vivir de lo que le gustaba. Y en su opinión tenía verdadero talento.

Olivia no podía dejar de revisar toda la información que internet le ofrecía buscando algún dato que le confirmara que esa artista bohemia y viajera era la Alba Reche a la que su madre le escribía canciones. Y lo encontró.

En su página de Facebook, una publicación antigua con la que parecía ser su hermana le llamó la atención. Las dos posaban sonrientes en bikini, con una preciosa playa detrás. La playa de Santa Pola, como informaba la ubicación de la instantánea.

No podía ser casualidad.

Era ella. Tenía que ser ella.

Olivia | Albalia Where stories live. Discover now