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Las chicas prepararon las imprescindibles palomitas antes de darle play a la primera película de Netflix que les pareció medio decente.

Al rato de tenerla puesta, Natalia se dio cuenta de que la cara de Olivia, tumbada en su pecho en uno de los lados del sofá, no era la mejor.

- Oli... ¿Estás bien? - se preocupó su madre-.

- Sí, es que el protagonista se parece un poco al chico - se lamentó-.

- ¿Qué chico? - preguntó Iciar confundida, mientras se llevaba un puñado de palomitas a la boca-.

- A Jorge - aclaró Natalia-.

- ¡Mamá! - la fulminó Olivia con la mirada-.

- Perdón - se disculpó y le aclaró el concepto a su amiga-. Le llamamos "el chico" para no decir su nombre.

- Ah, vale. ¿Pero este actor no se parece en nada, no? - entrecerró los ojos la rubia-. Si el chico es moreno y éste es rubio.

- ¡Pero tienen la misma sonrisa! - se quejó Olivia de forma dramática-.

- Está bien, está bien - acarició su madre el pelo de la más pequeña-. Cambiamos de peli, ¿vale?

Al final acabaron eligiendo una fantástica donde los protagonistas eran aliens que no se parecían a nadie, por suerte.

Hacia la mitad de la sesión de cine, el móvil de la morena se iluminó con una notificación.

"¿Qué haces, churri?"

"Estoy en el sofá rodeada de chicas guapas"

"¿Ah, sí?"

"Sí. Las he invitado a ver una peli, ya sabes..."

"El viejo truco"

"Exacto"

"¿Y está funcionando?"

"Bueno, una se está quedando un poco dormida y la otra... tiene rotito el corazón"

"Un poco fracaso, entonces"

"Un poco sí. Creo que es porque se me ha visto demasiado el plumero, es que la excusa de ver una peli está ya muy usada"

"Y la excusa de tomar un vermú en una terracita el sábado, ¿cómo la ves?"

- Natalia, deja el móvil y estáte por lo que te tienes que estar - la regañó Ici a golpe de cojín-.

- ¡Eso tú, que te estabas sobando! Yo estaba prestando atención.

- Mentira. A ver, ¿qué acaba de pasar?

- Que el alien se ha enamorado de la chica guapa - inventó con convicción-.

- Enamorada estás tú, si le acaban de matar.

- Menudo giro de los acontecimientos - se burló Natalia-. Estoy hablando con Alba.

- No nos habíamos dado cuenta - ironizó esta vez Olivia-.

- Ay, dejadme vivir - se quejó la morena en broma, recibiendo de nuevo cojinazos por parte de ambas-.

"Naaaaat"

"Perdona, que me han pillado hablando contigo y se han puesto celositas... Me parece un planazo"

"Genial. Pues piensas tú el sitio, que yo ya he tenido la idea"

- Ici, ¿sitios guays para hacer un vermú? - consultó Natalia a la mayor fuente de sabiduría en ese ámbito-.

- Shh, estamos viendo la película. Tu pastelada romántica puede esperar, hoy toca ciencia ficción. ¿A que sí, Oli?

- Sí.

- Gracias por nada - bufó la navarra, haciendo que su flequillo se elevara de forma graciosa-.

El sábado, Natalia llegó puntual a la terracita que finalmente Ici tuvo la decencia de recomendarle, alegando que tenían el mejor vermú y las tapas más ricas, para disfrutar al solecito.

La navarra ocupó una de las mesas y pidió las bebidas.

No tardó ni un minuto en divisar a la rubia que se dirigía sonriente hacia ella. A Natalia le pareció toda una diva, ataviada con unas enormes gafas de sol negras.

- Hola, guapa - la saludó la morena, cuando Alba se sentó a su lado y le dio un pico-.

- Hola, churri. Me encanta el sitio.

La terraza estaba muy bien decorada con guirnaldas, lucecitas y manteles vistosos.

- Es así modernillo, me lo recomendó Ici.

- Y a ti que te encanta hacerte la moderna...

- Oye, yo soy moderna - replicó Natalia subiendose las mangas de la camiseta para mostrar todos sus tatuajes-.

- Uy, sí por cada tatu, un año menos - vaciló la rubia-.

- Los amigos de Olivia siempre dicen que soy lo más, así que no me vas a hacer cambiar de opinión. Envidiosa.

Alba rodó los ojos y atrapó la mano de la más alta para jugar con los anillos de sus dedos.

- ¿Qué tal estos días? - preguntó la navarra refiriéndose a los escasos tres días que no se habían visto en persona-.

- Uf, he estado muy ocupada planeando mis vacaciones - informó con una sonrisa-. Me voy a casa.

- ¿Sí? ¿Tienes ganas?

- Muchísimas, quiero ver ya a mi familia.

- Normal - la comprendió Natalia-. ¿Cómo te has organizado?

- Pues en un par de semanas cerramos la galería, me voy a Elche otras dos semanitas y a la vuelta estrenamos la exposición.

- Genial, te mereces un descansito - besó su mejilla con ternura-.

- ¿Y tú? ¿No tienes vacaciones?

- No sé, todavía. Por el bufete no hay problema porque las puedo coger cuando quiera, pero quiero tener en cuenta también el tema del estudio.

- ¿Nuevos proyectos? - se interesó-.

- Más o menos - sonrió Natalia-. Ya hemos acabado el curso, he sacado notaza por cierto...

- Ella, empollona - rió Alba-. Si el EP puntuaba, habrás dejado a los demás a la altura del betún, pobres.

- Bueno, tampoco para tanto - la rubia alzó las cejas en señal de incredulidad-. El caso es que estoy haciendo un poco de asistente de Manu en su nuevo proyecto. Y justo acaba de empezar así que no me quiero ir ahora.

- ¿Tu idea es irte a Pamplona?

- Sí. Yo también echo de menos a los míos. Y Olivia ni te cuento, sobretodo a Elena. Se ven poco, pero se llevan genial.

- ¿Y tú?

- Yo también. Aunque lo de no vivir en la misma ciudad me hace más difícil estar al día... - se lamentó-.

- No tiene por qué, yo con Marina hablo todo el rato.

- Ya, no sé... Simplemente no tenemos la costumbre.

- Llámales un día de estos, seguro que les hace ilusión.

- Lo haré.

- ¡Uy, Oli, mira quiénes están aquí! - la voz de Iciar en su espalda puso a Natalia en alerta al instante-.

....

Me parece que las han interrumpido un poquito.

¿Vermú para cuatro? 🍸

Olivia | Albalia Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu