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La navarra escuchaba con atención la explicación de cada detalle de cada una de las obras. La dedicación que Alba había puesto en ellas le llenaba de una manera que no sabía expresar.

Natalia admiraba los cuadros con la vergüenza de saberse protagonista y la satisfacción por eso mismo.

- Dios, Albi, parezco un ángel.

Natalia flipó al verse frente al cuadro de Otras Alas, en el que aparecía de espaldas, alada.

- ¿Estás segura que sólo lo pareces? - le susurró la rubia con una sonrisa, para dejarle un besito en la mejilla-. Acércate más, anda.

La navarra obedeció y sólo pudo flipar aún más al descubrir que las alas estaban hechas de pequeñas y casi impercetibles notas musicales.

- Wow. ¡Es música!

- Sí. Tus alas están hechas de música, amor. No podía ser de otra forma.

La morena parecía una niña pequeña acercándose y alejándose del cuadro, hasta que su novia la instó a seguir con el recorrido.

- Es el traje de la cena - destacó la musa cuando llegaron a No te veo, en el cual la silueta morada de Natalia era el único toque de color en medio de un tumulto de gente gris-.

- Lo sé. Me lo dijo Olivia.

- ¿Ya se ha puesto la medallita de que lo eligió ella?

- Por supuesto, churri, no tienes nada que hacer. Ella es la del buen gusto - imitó la voz de la chica-.

- No sé qué voy a hacer con esta niña - se lamentó Natalia-.

Alba siguió explicándole su arte, hasta que llegaron al seis. Olivia.

- Éste ya lo he visto - aclaró la morena-. De hecho, es lo primero que he visto porque tu madre, nada más llegar me ha preguntado si he posado para ti en bolas.

- ¿En serio? - rió Alba-. La Rafi es mi ídola.

- No, no te rías. Lo he pasado fatal. ¿Cómo se te ocurre pintar algo así?

- ¿Cómo se te ocurre a ti componer algo como Olivia? ¿Qué querías que me inspirara? ¿Pajaritos y florecitas?

- No sé cómo pudiste acordarte así de mi cuerpo después de tantos años - la miró a los ojos Natalia-. Es impresionante el nivel de detalle, por muy abstracto que quieras hacerlo parecer.

- Lo peor es que después de pintar esto estuve de acuerdo con María en que tenía que pasar página definitivamente contigo - confesó Alba-.

- Me alegro de que no pudieras - la besó Natalia-.

- Y yo de dejar de engañarme a mí misma.

La pareja se movió hasta el cuadro correspondiente a Nana Triste, para dar por finalizado el recorrido.

- Uy, uy, uy, mira - señaló Alba disimuladamente a la zona de la portada diseñada por Olivia, dónde ésta charlaba muy sonriente con Álvaro-. ¿Ése no es tu amigo el guitarrica?

- Sí. Le dije lo de la exposición, pero no pensaba que fuera a pasarse. Voy a saludarle - Natalia no pudo ni dar un paso antes de que Alba le agarrara de la chaqueta para evitar que se moviera del sitio-.

- Ni se te ocurra interrumpir. ¿Es que no lo ves?

- ¿El qué? - frunció el ceño la más alta-.

- La química - explicó la rubia-. Estos dos...

- ¿Tú crees?

- Mira cómo le sonríe él y Oli no se queda atrás.

- Puede ser - achinó Natalia los ojos, analizándolos-.

- Es buen chico, ¿no? - preguntó Alba-.

- Súper buen chico. Y músico - recalcó la navarra-.

- Y sólo con eso ya tiene ganada a la futura suegra. Qué fácil eres, churri.

- Eso es mentira, y no exageres que sólo están charlando.

- ¿Le está dando el número? - exclamó la artista, golpeando suavemente la cintura de su novia para que prestara atención a la escena-. Sí, sí, se lo está dando. ¡A ganar, Nat!

- Ahora sí, voy a saludarle.

- ¡No seas cortarrollos! Olivia no merece.

Natalia la ignoró y se escapó del brazo de la rubia para llegar a donde se encontraba el chico.

- ¡Álvaro!

- ¡Natalia! ¡Hola! - saludó el chico, acercándose a darle dos besos-.

- Has venido al final...

- Sí, de tanto que habías hablado de la exposición ya me moría de curiosidad. ¿Has visto lo increíble que es el cuadro de nuestra nanita triste? - comentó el de rizos, ilusionado-.

- Es una pasada, lo de la palomita...

- Y que esté a punto de echar a volar en tus manos... ¡Es justo lo que habíamos pensado nosotros! Se lo estaba comentando a Olivia.

- Veo que ya has conocido a mi hija - observó Natalia con una sonrisa-.

- Sí, y ya le he dado la enhorabuena por la parte que le toca. ¿Verdad? - le dedicó una sonrisa y ésta asintió-.

- Y ha reconocido a la diosa de la victoria - destacó la chica, y Natalia supo que tenía que anotar un minipunto en el marcador del cantautor-. Álvaro estaba buscando a Alba, para darle la enhorabuena. ¿Sabes dónde está?

- Olivia me ha hablado maravillas de ella y su arte es increíble. Me cayó bien cuando me la presentaste en el concierto, pero fue tan poquito tiempo...

- Pues estaba por aquí hace un momento...

- Mamá - la mirada de Olivia se dirigió a un punto exacto de la sala, y a Natalia le cambió la cara al instante-.

- Álvaro, volvemos en seguida - se despidió la morena, y madre e hija se dirigieron al epicentro del huracán-.

- Me encanta la técnica. Presiento que me va a enloquecer la exposición. El trazo está muy bien logrado y el hecho de que la silueta de la chica sea una tela de araña es una metáfora interesantísima. Cómo si la persona retratada tuviera algo que no dejara que nadie se desenredase de ella...

Alba no pudo evitar escuchar la opinión que uno de los visitantes le expresaba a la que parecía su pareja y, contenta con que hubiera sabido desengranar lo que quería transmitir en "tarántula", se unió a la conversación.

- Déjame decirte que me has leído la mente. Eso era exactamente lo que quería plasmar al pintarlo.

- ¿Eres la autora? Mi más sincera enhorabuena, acabamos de entrar pero ya estoy más que fascinado.

- Estoy de acuerdo, se nota el sentimiento en cada pincelada - alabó también su acompañante, mientras se dirigían al siguiente cuadro-.

- Muchas gracias - se sonrojó la artista-.

- ¿Sabes? No te lo vas a creer pero la protagonista de este retrato se parece muchísimo a...

- ¡Papá! ¿Qué haces tú aquí? - exclamó Olivia que llegaba a su posición seguida de su madre-.

.....

Ups.

Se tenía que venir y se vino.

Olivia | Albalia Where stories live. Discover now