Epílogo Extra III

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- ¿A qué hora era la cita ver el piso? - preguntó Natalia, dejando tres cafés recién hechos en la mesita del salón-.

- A las cinco, mamá - contestó Olivia-.

- Uy, pues nos tenemos que dar prisa, a ver si al final no vamos a llegar... - se agobió la navarra, dando un sorbo a su bebida-.

- Mamá, tú no vienes - informó Olivia, sin rodeos-.

- ¿Cómo que no voy? - se indignó la morena, girándose ahora hacia Alba, que se encogió de hombros, exculpándose-.

- Con la que liaste ayer en el de Atocha, ya no te dejo venir a ver ninguno. Vamos Alba y yo.

- Olivia soy tu madre, tengo derecho a ver dónde va a vivir mi niña. Encima que me dejas el nido vacío - hizo un puchero Natalia-.

- Si no te va a parecer bien ninguno, mamá. Que solo pones pegas.

- Albi también pone pegas y no le dices nada - acusó-.

- Oye, amor, a mí no me metas - protestó golpeando ligeramente su hombro-.

- Alba pone pegas razonables. A ti lo que te pasa es que no quieres que me vaya y por eso nada te gusta.

- Eso es mentira - se defendió la navarra, casi ofendida-.

- Eres una hater de manual, mamá.

- Eso es verdad, Nat. Eres la persona menos objetiva de la historia.

- Pues nada, todas contra mí - se lamentó-. ¿Pero es que a ti no te da pena que se vaya de casa?

- Pues claro - asintió Alba y acarició el brazo de Oli-. La voy a echar mucho de menos. Y además te voy a tener que aguantar yo sola. Eso es lo que más miedo me da.

- Is li qui mis miidi mi di - rodó Natalia los ojos-. Ya veo lo que valoras a tu mujer.

- Venga, no te enfades, que ya sabes que nos encanta picarte.

- ¿Seguro que no te quieres quedar con nosotras, Oli? Te dejo que me piques todo lo que quieras, te lo juro.

- Ay, mami, pareces un bebé - le cogió Olivia los mofletes-. Soy una adulta responsable que quiere irse a vivir con su novio de casi seis años, acéptalo.

- ¿Vendréis a comer los domingos? - preguntó la morena-.

- Mamá, te está invadiendo el espíritu de la Rafi - picó Olivia-.

- ¿Qué dices?

- Yo que tú le iba pidiendo la receta de la paella. Eres su clon - apuntó Alba-.

- ¡Exagerada! No es para tanto.

- Oye, ¿y qué pasa si te pareces a mi madre? ¿Algún problema? - frunció el ceño la rubia-.

- No, no, ninguno. Es un honor - exageró Natalia, llevándose la mano al pecho teatralmente-.

- Idiota, y tanto que es un honor - afirmó la ilicitana-.




- Jefa, ¿estás lista? - gritó Olivia desde el recibidor, esperando a que la rubia apareciera por el pasillo-.

- ¡Dos minutos!

- ¿Seguro que no prefieres que vaya yo también? - apareció Natalia con ojos de gato con botas-.

- No, mamá. Ayer casi nos echan. No te sabes controlar.

- Me porto bien, te lo juro - juntó las manos en señal de súplica-.

- Que no, que voy con Alba. Además, creo que éste es el bueno. Si nos gusta, vienes cuando vuelva Álvaro de grabar y os lo enseño a los dos. ¿Vale?

Olivia | Albalia Where stories live. Discover now