73

12.1K 778 204
                                    

- Suerte que tus padres eran muy fríos - apuntó Alba con ironía cuando Natalia se encargaba de enseñarle la casa, y más concretamente, su cuarto-.

- Acabo de flipar con mi madre. En la vida ha abrazado así a ningún desconocido.

- Pues ya ves, siempre hay una primera vez - le guiñó un ojo su novia-.

- ¿Qué te ha dicho?

- Ese es un secreto entre mi suegra y yo.

- Albi... - se acercó a ella para hacer uso de su carita de perrito abandonado-. Dímelo.

- No.

- Por fi, amor - la llenó de besitos-.

- Cosas bonitas me ha dicho. No te voy a contar nada más.

- Están muy contentos.

- Sí. Y son un amor, además. Los vendías muy mal, Nat - le regañó con ternura-.

- Gracias por venir. Te quiero mucho, Albi.

- Y yo a ti, amor - contestó para luego atrapar sus labios en un beso lento-.

- ¿Bajamos a comer? - Alba asintió y Natalia la besó para luego empezar a tirar de su mano hacia las escaleras que llevaban a la planta principal-.

Antes de poder dar un sólo paso, la anfitriona se vio interrumpida por el sonido de su móvil.

- ¿Cómo que está Alba ahí? Cuéntamelo todo ya.

Natalia había informado a Ici por Whatsapp de la visita sorpresa y su amiga no había dudado ni un segundo en llamarla para obtener toda la información.

- ¿Que está Alba en Pamplona? ¡Mantecón! - escuchó también la morena al otro lado de la línea-.

- ¿Estás con María? ¿Y lo suficientemente cerca como para que se la oiga tan bien? - inquirió la navarra ante la mueca de sorpresa de Alba, que seguía a su lado-.

- No me cambies de tema, estamos hablando de ti, de Alba y de que ha ido a conocer a tu familia.

- Siempre echas balones fuera, Ici, no merezco - dijo haciendo un puchero y su novia aprobó la estrategia levantando el pulgar-.

- Ay, quejica. Sí, estoy aquí con la Mari muy a gustito y muy en bolas, ¿a que sí, nena?

- Natinat, no te preocupes por tu amiga que yo te la tengo cuidada y entretenida. Retransmítele mi situación al Furby, para que vea que estoy ganando en la vida.

- Te estoy oyendo, Mari - habló Alba-. Mensaje captado.

- Bueno pero al tema, ¿qué tal con los suegris? - se interesó Iciar, acabando la frase en un tono más agudo de lo habitual, por lo que le susurró a la causante-. Mari...

- ¿Estáis haciendo guarradas mientras nos preguntáis por la reunión familiar? - flipó Natalia, escuchando atentamente todo lo que sucedía al otro lado del teléfono-.

- Ni confirmo ni... desmiento - soltó entre dientes Iciar-.

- María demuéstrame ahora mismo que no tienes la boca ocupada - demandó Alba, divertida por la situación, Natalia, en cambio, estaba ya más roja que un tomate-.

- Albita, soy una mujer de recursos muy variados - los ahogados jadeos de su acompañante daban fe-. Cuéntanos cómo ha sido todo.

La ilicitana relató con ilusión la planificación de su viaje a Pamplona compinchada con Olivia y el primer encuentro con la familia de su novia.

Ici y María hacían aportes más bien cortos y poco coherentes, oyéndose en cambio besos húmedos y respiraciones agitadas.

- Bueno, basta ya con el cachondeíto que nos vais a acabar dedicando el polvo y tenemos una comida familiar en cinco minutos.

Olivia | Albalia Where stories live. Discover now