70

11.3K 731 102
                                    

Los ojos de la morena se llenaron de lágrimas al instante, emocionándola.

- No - dijo con incredulidad-.

- ¡Ha dicho que no! - exclamó Elena-. Pues madrina, yo.

- No, no, de eso nada - reaccionó al fin Natalia-. Es que no... que no me lo creo. Buah...

La morena se levantó para abrazar con todas sus fuerzas a Santi, colgándose de su cuello.

- Por fin, hermanito - le dijo para después llenar su mejilla de besos-. Enhorabuena.

- Un mini Santi, Natus - respondió él, con los ojos llenos de ilusión-.

La aludida se abrazaba ahora a Carol como si no hubiera un mañana, repartiendo también besos por toda su cara.

- ¿Puedo tocar?

- Claro. Pulguita, saluda a la tía Nat - le habló la futura madre a la barriguita prácticamente imperceptible-.

- ¿De cuánto estáis?

- Tres meses y medio.

- ¿Y por qué no estáis todos emocionados e histéricos como yo? - preguntó al resto de su familia-.

- Porque ya lo sabíamos - admitió Mikel-.

- ¿Y tú? - preguntó Natalia a Olivia, que también se había unido al grupito para sentir la tripa de Carol bajo su mano-.

- Se le escapó a Elena en una videollamada.

- ¿Y me lo has ocultado? ¿Cuánto hace de éso?

- Sólo una semana - admitió Elena-.

- Estoy indignada.

- Ya sabes, Natus. Eres siempre la última en enterarte de todo, ésto no iba a ser menos - picó Santi-.

- Y no te quejes que encima eres madrina.

- Haber nacido antes, mocosa.

- Ten otro hijo y me pones de madrina. Basta ya del bullying a mi persona.

- En cuanto vuelva a Madrid empiezo a practicar a ver si hay suerte.

- ¿Acabas de hacer una broma sexual delante de papá y mamá y de mi futuro hijo? - cuestionó Santi-. ¿Quién eres y qué has hecho con la seria de mi hermana?

- Se me ha escapado - se retractó roja de vergüenza-.

Tras la cena, los hermanos dedicaron un rato a organizar la excursión que iban a hacer esos días.

Santi era el encargado de decidir dónde iban a parar a comer, dada su nueva condición de realfooder, y las chicas de planear la ruta en busca de paisajes bonitos.

- Que haya un río, un laguito o algo. Que yo me he traído el bikini.

- Oli, cariño, vamos a hacer senderismo.

- Teniendo en cuenta que Carol está embarazada, creo que este año es mejor ir de tranquis.

- No me seas vaga, eh.

- ¿Vaga? Es que os pasáis siempre un montón, que se supone que estamos de vacaciones - se quejó la chica-.

- Después bien que no te cansas de que te hagamos fotos en los sitios increíbles a los que te llevamos.

- Eso, eso, que llevas con la foto que te hice yo en el bosque puesta de perfil de Whatsapp desde el verano pasado - apoyó Elena a su hermana-.

Olivia no pudo evitar darle la razón a su tía, e incluso se animó a ayudar a elegir rutas basándose, como buena adolescente millenial, en las fotos de Instagram tomadas en esos enclaves.

- ¿Qué haces aquí a estas horas?

La voz de Santi sobresaltó a Natalia, que llevaba más de una hora en la mecedora del porche, guitarra en mano.

- No te hagas el sorprendido, que llevo escápandome aquí de madrugada desde que era una enana.

- Tienes razón. ¿Me invitas a un piti? - pidió Santi, cogiendo un cigarro de la cajetilla sin esperar respuesta-.

- ¿Te acuerdas cuando te di el primero? - recordó la morena con una sonrisa nostálgica-.

- ¿Cómo me voy a olvidar de mi hermana haciéndome adicto a la nicotina? Yo ni siquiera te lo pedí. ¡Qué buen ejemplo! - rió su hermano-.

- Te estaba intentando comprar para que no te chivaras a papá.

- Me llevaste por el mal camino y ya está. Acéptalo, Natus.

- Exagerado. Tú eres un cacho de pan, no sabes lo que es el mal camino.

- ¿Sabes? Creo que voy a dejar de fumar. No quiero que mi hijo crezca rodeado de humo y viendo malos hábitos.

- ¿Es un niño?

- No lo sabemos todavía. Pero te digo yo a ti que sí - aseguró Santi y Natalia no pudo evitar soltar una carcajada-.

- ¿Eres adivino?

- Instinto de padre. Ya estoy notando los primeros síntomas. Tardo la mitad de tiempo en encontrar las cosas - le guiñó un ojo y su hermana le dio un golpecito en el hombro mientras rodaba los ojos-.

- Vas a ser papi, Santi - destacó de nuevo la chica, el brillo de sus ojos, junto al del cigarrillo, eran los únicos puntos de luz en la noche cerrada-.

- Todavía no lo he asimilado mucho, no te creas.

- Llevábais tanto tiempo queriendo. Y nosotros...

- Sí, por fin. Lo llevo soñando tanto que ahora estoy cagadísimo.

- Vas a ser el mejor padre del mundo - sentenció agarrándole la cara para deformarla en una mueca graciosa-.

- ¿Estabas tocando? - preguntó Santi, señalando la guitarra con la cabeza-.

Natalia asintió y agarró el instrumento para rasgar sus cuerdas en un acorde suave.

- Puede y sólo puede que ya le haya escrito una canción a mi sobrinito.

- ¿Ya? - se sorprendió el futuro papá-. No puede ser.

- Si es que la que nace intensa, nace intensa - se encogió Natalia de hombros-.

- ¿Me la enseñas?

- Sólo porque me tienes muy contenta hoy - bromeó, sin dejar de tocar-. Es una nanita para cuando tenga que hacer de niñera...

Natalia deleitó a su hermano con una canción tiernísima que vistió con sonrisas enormes las caras de ambos hermanos, en un momento de conexión que les puso el vello de punta.

- Es preciosa, Nat.

- ¿Sí?

- Sí. Me encanta. Y seguro que al bebé también le gustará.

- Eso espero, tengo que ganarme el puesto de tía favorita.

- Elena le va a mimar como mimaba a Oli, así que la competencia va a ser fuerte.

- Daré lo mejor de mí - rió Natalia-.

.......

Nat y Santi un amor sí son 😍

Por cierto, chicxs, calculo que al fic le queda ya super poquísimo.

Días.

Me muero de penita 😭

Olivia | Albalia Where stories live. Discover now